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Niña sentada en columpio | Foto: Shutterstock
Niña sentada en columpio | Foto: Shutterstock

Niña se quita los zapatos cada vez que va al patio de recreo hasta que sus padres se presentan en la escuela - Historia del día

Georgimar Coronil
15 jul 2022
16:00

Una profesora ve que una niña se quita los zapatos en el recreo todos los días. Llama a los padres, y estos que se quedan atónitos ante su revelación.

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La maestra Jimena observó sonriente cómo sus alumnos de tercer grado salían corriendo al patio de recreo con gritos de alegría. Entonces vio que Brenda Núñez se detenía y se quitaba los zapatos.

Era el tercer día consecutivo que veía a Brenda quitarse los zapatos nada más empezar el recreo, y le había dicho que se los volviera a poner. ¿Qué pasaba con esa niña?

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

"¡Brenda! ¡No puedes quitarte los zapatos, cariño!". le dijo la maestra. Brenda se agachó y volvió a ponerse los zapatos.

La profesora se dio cuenta de que la niña hacía una mueca de dolor al abrocharse los zapatos. "¿Brenda?", preguntó. "¿Te has hecho daño?".

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"¿Te has torcido el tobillo?", preguntó la profesora.

Brenda negó con la cabeza. "No, maestra Jimena", dijo. "Me duelen los zapatos, me pican".

La maestra se agachó y presionó la parte delantera de los zapatos escolares de Brenda. "¡Estos zapatos SON demasiado pequeños!", gritó.

"Lo sé, señorita", dijo Brenda. "¡Me duelen mucho!".

"¿Se lo has dicho a tu madre y a tu padre?", le preguntó. "Es el comienzo del año, así que tal vez no se dieron cuenta de lo mucho que has crecido".

"Lo intenté", explicó Brenda. "¡Pero están tan ocupados!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Jimena se molestó, sabía que la familia de la niña era adinerada. Justo el día anterior, había confiscado el iPhone de Brenda (el último modelo y con un precio de más de 800 dólares) porque estaba enviando mensajes de texto en clase.

Entonces, ¿cómo es posible que estos padres le dieran a su hija un dispositivo electrónico caro, pero no pensaran que le quedaban pequeños los zapatos? La profesora volvió a su clase y envió a los padres un correo electrónico.

Les pidió que se reunieran con ella al día siguiente después de las clases para hablar de Brenda. Los Núñez respondieron rápidamente, solicitando que la reunión fuera otro día porque tenían cosas importantes que hacer.

La maestra les respondió por correo electrónico: "¿Qué puede ser más importante que el bienestar de Brenda?". Los Núñez aceptaron y estuvieron en la escuela a las 3:30 p.m.

La profesora recibió a los padres en su aula. Había colocado el iPhone rosa brillante de Brenda en su escritorio, y la señora Núñez lo notó inmediatamente.

"Oh", dijo. "¿Es por el teléfono? Brenda dijo que usted lo había confiscado".

"Sí", dijo la señorita Jimena. "Lo hice. No permito teléfonos en clase y Brenda lo sabe. Los teléfonos son solo para emergencias y deben guardarse en sus casilleros".

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"¡Eso es un poco duro!" dijo el Sr. Núñez. "Ya conoce a los niños... Quieren estar al tanto, adelantarse al juego...".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

"En efecto", dijo la maestra Jimena. "Desgraciadamente, de lo que tengo que hablar con usted NO es del teléfono. ¿Se han dado cuenta de que a Brenda le han quedado pequeños los zapatos del colegio?".

Los padres miraron atónitos a Jimena. "Seguramente..." dijo la señora Núñez y se sonrojó. "¡Seguro que no!".

"Se lo aseguro, señora Núñez", dijo la profesora. "Me di cuenta de que Brenda se quitó los zapatos nada más llegar al patio. Le pregunté por qué y me lo demostró. Los zapatos de su hija son demasiado pequeños. Apenas puede caminar con ellos sin un gran dolor".

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"Esa niña", gritó el Sr. Núñez. "¡Su cabeza está en las nubes! Nunca nos dijo...".

"Creo que lo hizo, Sr. Núñez", respondió Jimena. "Dijo que usted y su esposa están muy ocupados y que no tenían tiempo para hablar".

“Le aseguro, señorita Jimena, ¡Que mi hija tiene lo mejor de todo! Le he comprado el último iPhone".

"Mi hija solo tiene que pedirlo", dijo la Sra. Núñez. "¡Y consigue todo lo que quiere!".

"¿Consigue lo que necesita?", preguntó Jimena. "¿Cuánto tiempo pasó con su hija durante el verano?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Los Núñez se miraron. "Brenda tuvo un campamento de verano", dijo la madre. "Luego fue a un taller de tenis y a montar a caballo...".

"Muy poco", confesó la mamá de Brenda. El señor Núñez rodeó con su brazo los hombros de su esposa. "Hacemos lo mejor que podemos", dijo desafiante.

"Me temo que eso no es suficiente", contestó Jimena, perdiendo la paciencia. "¡Su hija se merece algo mejor! Brenda no necesita juguetes caros ni iPhones. Necesita unos padres que le presten la suficiente atención como para saber que le han quedado pequeños los zapatos".

El señor Núñez parecía muy enfadado. "¡Cómo te atreves!", dijo. "¿Sabes quién soy?".

"Sí", dijo la maestra Jimena con tristeza. "Usted es el padre de una niña solitaria".

Los ojos del Sr. Núñez se llenaron de lágrimas. "Yo... amo a mi hija, amamos a Brenda... Quizás hemos dejado que otras cosas se interpongan, ¡pero amamos a nuestra pequeña!".

"No tengo ninguna duda", dijo la profesora. "Por eso me dirijo a ustedes hoy. Porque sé que quieren lo mejor para Brenda... ¡Y eso es más tiempo y más atención!".

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Al día siguiente, Brenda llegó a la escuela con zapatos nuevos. Y lo que es más importante, fue su madre la que la recogió después del colegio, no su niñera.

Los padres de Brenda por fin se habían dado cuenta de que lo que más necesitaba su hija no eran regalos caros, sino su amor y su devoción.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Lo que más necesitan los niños no son regalos caros, sino el amor y la devoción de sus padres: Los padres de Brenda estaban tan metidos en sus propias vidas que se olvidaron de vivir para su hija.
  • No tengas miedo de defender a los niños: Si ves a un niño que necesita ayuda, habla. A menudo los adultos en la vida de un niño están tan ocupados que no se dan cuenta de sus necesidades.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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