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Sombrero flotando en el agua | Fuente: Shutterstock
Sombrero flotando en el agua | Fuente: Shutterstock

Perro corre hacia el bosque tras oír un grito: el dueño lo sigue y ve el sombrero de un niño flotando en el lago - Historia del día

Mayra Pérez
19 jul 2022
21:00

Un perro heroico corrió por el bosque al escuchar un grito agudo. Cuando su dueño lo encontró junto al lago, vio el sombrero de una niña flotando en la distancia, lo que le hizo temer lo peor.

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Juan era un hombre de negocios soltero de 28 años que amaba la naturaleza. Durante su tiempo libre, siempre hacía viajes a diferentes senderos naturales, donde caminaba y acampaba con su perro Buzz.

En un viaje en particular, Juan y Buzz estaban caminando por un sendero que conducía a un gran lago, con la esperanza de darse un chapuzón en el agua, cuando de repente escucharon un grito fuerte y agudo.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Debido a que Buzz era sensible a los sonidos, entró en pánico y se liberó de su correa. El perro corrió en la dirección del grito y Juan lo siguió.

“¡Buzz!”, llamó a su perro. “¡No tan rápido!”, dijo, corriendo tras él. Pero el perro corrió mucho más rápido y se perdió de vista en un par de segundos.

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Después de uno o dos minutos, Juan llegó al final del sendero donde estaba el lago. “¡Buzz!”, llamó. “¿Dónde estás?”.

Mirando directamente hacia el lago, Juan vio un sombrero amarillo brillante flotando. "Oh, no", pensó. Era un sombrero infantil y creyó que tal vez un niño se había ahogado.

Rápidamente, se quitó los zapatos, preparándose para saltar al agua y buscar al niño, luego escuchó a Buzz ladrar. Al mirar más de cerca, lo vio sentado junto a una mujer que lloraba, que abrazaba a una niña empapada.

“Buzz”, dijo, acercándose a la escena. “¿Está bien la niña? ¿Qué pasó?”, le preguntó Juan a la mujer, que tenía a su hija en sus brazos.

“¡Tu perro!”, dijo la mujer llorando. “Si no fuera por él, mi hija no estaría aquí conmigo”, dijo, abrazando a la niña.

“Estaba arreglando nuestra mesa en los terrenos de pícnic junto al bosque, y no me di cuenta de que mi hija había caminado hacia el lago. Saltó y no sabe nadar”, explicó, sin aliento de tanto llorar.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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“Grité, y en cuestión de segundos, su perro corrió al agua para sacarla. Si no fuera por su perro, es posible que no hubiera podido salvar a mi hija a tiempo. ¡Él es un héroe! No puedo agradecerle lo suficiente”, dijo la mujer, palmeando a Buzz en la espalda.

En ese momento, la niña en brazos de la mujer se incorporó. Parecía tener unos cinco años y lucía desorientada.

“Estás bien, cariño. Mami está contigo. Este cachorro valiente de aquí te salvó. ¿Puedes creerlo?”, le dijo a su hija.

La joven miró a Buzz y sonrió suavemente. “Gracias”, dijo ella. Buzz movió la cola emocionado, como si pudiera entender lo que estaba pasando.

Juan no podía creer que Buzz hubiera salvado la vida de una niña. Aunque siempre lo había visto como su protector, esto rebasaba sus expectativas.

“Me alegro de que Buzz haya podido ayudarte. ¿Las puedo ayudar en algo más?”, preguntó Juan.

La mamá negó con la cabeza. “Gracias”, dijo con una sonrisa. “Mi nombre es Mia, y esta es mi hija Emilia. ¿Cuál es tu nombre?”, le preguntó a Juan.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

“Soy Juan. Es un placer conocerlas a ambas, aunque haya sido en una circunstancia tan terrible”, saludó.

“Realmente me gustaría agradecerles a ti y a Buzz de alguna manera, Juan. ¿Te gustaría almorzar con nosotros? Cociné algunas comidas caseras. Podemos comer juntos en el área de pícnic”, invitó Mia.

“Eso no es necesario, pero gracias por su invitación”, le aseguró Juan a Mia.

“¡Por favor, almuerce con nosotros, señor!”, intervino Emilia. “Siempre somos solo mamá y yo. Sería bueno tener compañía”, dijo.

“¡Emi, no tienes que decirles eso!”. Mía se rio. “Lo siento por eso”, se disculpó.

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“No te preocupes por eso, ¡siempre estamos solos Buzz y yo también! También nos encantaría tener compañía”, sonrió Juan mientras se dirigían al área de pícnic.

Mia, Emilia, Juan y Buzz pasaron toda la tarde juntos, disfrutando de las comidas caseras. Jugaron con el perro arrojándole ramitas y asaron algunos malvaviscos como postre.

La joven mujer le contó que era madre soltera. Asimismo, Juan reveló que era soltero y que Buzz era su único compañero. Después de ese día, cultivaron una sólida relación. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, además de ser solteros.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Con las bendiciones de Emilia y Buzz, la pareja comenzó a salir. La niña estaba encantada de haber encontrado un nuevo amigo, y el perro no tardó mucho en sentirse cómodo con los nuevos miembros de su familia.

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Finalmente, Mia y Juan se casaron y se convirtieron en una familia feliz junto a Emilia y Buzz. Cada vez que la gente les preguntaba sobre su historia, siempre les sorprendía saber que todo fue gracias a un perro que salvó la vida de una niña.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • A veces, cosas maravillosas surgen de las situaciones más desafiantes. Juan y Buzz escucharon un grito de ayuda, y eso los condujo a un hermoso comienzo para ellos, ya que encontraron el amor y una familia en ese día extraño y predestinado.
  • La ayuda puede llegar de las formas más inesperadas. Mia nunca imaginó que un perro salvaría la vida de su hija, pero así ocurrió. Las mascotas son compañeros fieles, por lo que deben ser queridos y cuidados, puesto que dedican toda su vida a sus dueños.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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