Policía detiene a niño de 12 años que conduce un auto: "¡Llevo a mi madre inconsciente al hospital", dice el chico - Historia del día
Un oficial de policía se queda estupefacto después de ver a un niño conduciendo un automóvil en la carretera principal de la ciudad. Aprehende al chico hasta que descubre por qué decidió correr ese riesgo.
Mary era madre soltera de un niño de 12 años llamado Jimmy. Cuando el pequeño tenía ocho años, su padre los había abandonado y nunca volvió a aparecer.
Desde ese momento, siempre habían sido solo Mary y Jimmy. Ella se había prometido poner siempre a su hijo en primer lugar, así que cuando no estaba trabajando, pasaba todo el tiempo con él.
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Todos los fines de semana, madre e hijo se iban de aventuras. Conducían a las playas, hacían caminatas por senderos naturales, hacían actividades acuáticas y cualquier otra cosa que se les ocurriera para disfrutar juntos.
En un fin de semana en particular, habían decidido conducir hacia la montaña. Acamparon en el área, caminaron y tomaron fotografías alrededor del pintoresco lugar.
De regreso a casa, Mary detuvo repentinamente el auto al lado de la carretera. “Espera un segundo, cariño. No me siento muy bien”, admitió.
Antes de que Jimmy pudiera siquiera responder, notó que su madre se había desplomado hacia el costado de su asiento, y había perdido el conocimiento.
“¡Mamá!”, gritó con miedo. “¡Mamá! ¿Estás bien?”, dijo, sacudiéndola para despertarla. “¡Despierta, mamá!”, insistió. Luego tomó la botella de agua y le salpicó el rostro.
Como no lograba hacerla reaccionar, Jimmy miró a su alrededor en busca de establecimientos cercanos, pero todo lo que podía ver era el desierto. No se acercaban coches, así que pensó con rapidez.
Deslizó a su madre hacia el asiento del copiloto para poder sentarse al volante. No tenía licencia de conducir y solo había conducido una vez en su vida, pero le preocupaba que su madre no lo lograra si permanecían estacionados en medio de la nada.
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El niño de 12 años conectó el GPS y buscó el hospital más cercano, a diez minutos de donde estaban. Pisó el acelerador y respiró aliviado cuando comenzó a ver aparecer establecimientos a izquierda y derecha, lo que indicaba que ya estaban cerca de la ciudad.
Sin embargo, tan pronto como llegó a una de las vías principales, una patrulla comenzó a seguirlo. “¡Detén el auto al costado de la carretera!”, dijo el oficial a través de su megáfono.
El corazón de Jimmy comenzó a latir con fuerza. Sabía que estaba en problemas. Lentamente, detuvo el auto en la acera y esperó a que los oficiales se le acercaran.
“Chico, ¿en qué diablos estabas pensando?”, preguntó uno de los oficiales. “Definitivamente, eres demasiado joven para conducir. ¿Qué está pasando aquí?”.
“Lo siento, oficial Wilson”, dijo Jimmy, mirando su placa de identificación. “¡Llevo a mi madre inconsciente al hospital!”. Íbamos de regreso a casa, cuando de repente detuvo el auto al costado de la carretera porque se sentía enferma”.
“Enseguida se desmayó. Estábamos en el medio de la nada. No tuve más remedio que conducir hacia el hospital. Tengo miedo de que pueda morir”, dijo Jimmy, al borde del llanto mientras miraba a su madre.
El policía miró hacia el asiento del copiloto y se dio cuenta de que efectivamente había una mujer desmayada.
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“Ve a sentarte atrás. Te llevaré al hospital”, dijo, haciéndole un gesto a Jimmy para que se acercara.
Pero su compañero de patrulla se opuso. “Vamos, hombre. ¡Este niño violó las leyes! Debería haber llamado a emergencias y esperar a que llegaran en lugar de conducir. Deberíamos confiscar este auto y arrestarlo”, argumentó.
“¡Estamos hablando de una VIDA aquí! Mírala. ¡Se está poniendo más pálida por segundos! ¡Necesita llegar al hospital rápidamente!”, respondió el oficial Wilson.
“¡Te van a despedir! Todo debe hacerse de acuerdo con la ley. Hicimos un juramento. ¿No lo recuerdas?”, le preguntó su compañero.
“Tal vez me despidan, pero la vida de esta mujer puede terminar hoy si no llega al hospital. Hice un juramento para proteger a la comunidad a la que sirvo. Yo quiero que este niño tenga la oportunidad de crecer con su madre, aunque sea lo último que haga como policía”, declaró el oficial Wilson.
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Se puso al volante y llevó a Jimmy y Mary al hospital. Cuando llegaron allí, llevaron rápidamente a la mujer a la sala de emergencias, y el oficial se aseguró de acompañar al niño mientras hablaba con los médicos.
Después de someterse a algunas pruebas, se reveló que Mary había sufrido un aneurisma cerebral. “Afortunadamente, pudieron llevarla al hospital antes de que tuviera una hemorragia. Si la hubieran traído diez minutos después, quizás no hubiese sobrevivido”, les dijo el médico.
Jimmy se sintió abrumado por la emoción al escuchar esto. Estaba aliviado por haber confiado en su instinto al ponerse al volante y comenzó a llorar. “Gracias, oficial. Si no fuera por usted, mi madre se habría ido”, le dijo.
El oficial Wilson se alegró de haber podido ayudar al niño y a su madre. Mientras Mary se recuperaba en el hospital, él se hizo responsable de Jimmy. Se aseguró de que lo cuidaran y de que ambos tuvieran todo lo que necesitaban.
Después de un par de semanas, Mary se recuperó por completo. Estaba agradecida con el oficial por haber cuidado de su hijo en su ausencia y por llevarla al hospital.
Tan pronto como fue dada de alta, habló bien del oficial Wilson en su comisaría. No solo fue elogiado por su gran vocación de servicio, sino que también fue ascendido.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Hay buenas personas en el mundo dispuestas a ayudarte. Jimmy tuvo miedo cuando los policías lo detuvieron hasta que se dio cuenta de que uno de ellos realmente quería ayudar. Gracias a eso, su madre llegó a tiempo al hospital.
- La gente hace cosas imposibles por las personas que ama. Jimmy no tenía edad ni permiso para conducir un vehículo, pero cuando vio que era necesario llevar a su madre al hospital, no lo pensó dos veces. Eso significaba salvar su vida.
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