logo
página principalHistorias Inspiradoras
Tres bebés acostados. | Foto: Shutterstock
Tres bebés acostados. | Foto: Shutterstock

Padre soltero lucha por criar a sus trillizas: un día descubre que no son suyas - Historia del día

José era un padre soltero que hacía todo lo posible para criar a sus trillizas. Nunca se daba por vencido a pesar de sus problemas porque sus hijas eran sus razones para vivir. Pero su mundo se estremeció un día cuando alguien llegó a su puerta con una revelación.

Publicidad

Para muchos padres solteros, los desafíos diarios que enfrentan no son nada comparados con la alegría que obtienen al criar a sus hijos.

Verlos crecer sin enfocarse en el vacío dejado por el otro progenitor es lo que trae un rayo de sol a la vida de estos padres solteros.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Sin embargo, al criar a tres niñas solo, las luchas a veces pueden ir de mal en peor. Eso es algo con lo que lidiaba el padre cariñoso José. Desde que Ariana, el amor de su vida (o eso creía) lo dejó, él quedó devastado.

Dicen que el tiempo lo cura todo, así sucedió con este padre soltero. Se olvidó de todo y vivió una vida tranquila con sus tres angelitos hasta que un día alguien de su pasado regresó con una noticia para interrumpir la alegría de su paternidad.

Publicidad

José y Ariana se conocieron ocho años atrás en una exposición en la capital. Como él había crecido en un orfanato, decidió casarse con una mujer con las mismas raíces. Ariana también se había criado en un orfanato.

Los dos se hicieron amigos y no tardaron en comenzar su historia de amor. Su relación comenzó a presentar problemas dos años después, cuando Ariana le dijo a José que estaba embarazada y estaba en su quinto mes de gestación.

“Pero habíamos planeado tener bebés después del matrimonio. ¿Cómo pudo haber pasado esto? Hemos tomado todas las precauciones”, dijo José, preocupado.

“Está bien, cariño. Los percances suceden. Tenemos que casarnos pronto. Es la única manera”, insistió Ariana.

Pronto, la pareja se casó en una pequeña ceremonia y comenzó una hermosa vida de casados. Pero a medida que pasaba el tiempo, José comenzó a notar un cambio extraño en el comportamiento de su amada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Publicidad

O estaba demasiado ocupada en el trabajo o pasaba muchas horas al teléfono.

Todo parecía extraño de repente, pero él, como el hombre confiado que era, dejó que las cosas pasaran. Además, esperaba con ansias dar la bienvenida a su bebé.

Pero, durante una ecografía, el hombre hizo un descubrimiento que le cambió la vida.

“¿Qué? ¿Trillizas? ¡No puedo dar a luz a tres bebés! ¡Eso arruinaría mi belleza!”, gritó ella después de escuchar al médico revelarle los informes del escaneo.

“Pero, mi amor, son nuestras bebés. No puedes hablar tan mal de ellas. ¿Cuál es la conexión entre tener bebés y tu belleza? No entiendo”, expresó José, dolido y conmocionado por la reacción de su esposa.

“¿Cuál es la conexión? ¡Comenzaré a parecer vieja y nadie estará interesado en mirarme!”.

“¿Mirarte? Espera... ¿Qué quieres decir con eso? ¿Es que acaso quieres que alguien más aprecie tu belleza además de mí, tu esposo?”, preguntó José. En este punto, Ariana dijo lo impensable y desató otra angustia para el pobre hombre.

“Me casé contigo para vivir una vida con comodidades. Pensé que no solo seríamos arquitectos que construyen los sueños de otros, sino también una pareja con dinero que podría construir los suyos propios también”.

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

“¡Pero tus ganancias no son suficientes ni siquiera para ir en un crucero!”, dijo ella enfurecida. “¡Y con estas tres cargas extra que vienen al mundo, dudo que puedas darme todos los lujos que quiero!”.

La honesta opinión de Ariana hirió a José. Él pensaba que ella lo amaba. Pero no. Ella solo buscaba su dinero y había estado soñando en grande, usándolo para financiar su lujoso estilo de vida.

Antes de que el hombre pudiera decir algo más, Ariana le dijo que se divorciaría de él después de dar a luz a sus bebés. Él estaba en shock, y ella seguía diciendo palabras hirientes.

“No me importa lo que hagas con estas bebés, pero no las voy a criar. Hace mucho que solicité un trabajo en México, y me iré allí después de deshacerme de esta carga”.

Publicidad

Luego solicitó el divorcio, y eso puso a José bajo un estrés increíble. La audiencia fue pautada para después de que nacieran las bebés.

Finalmente, la pareja dio la bienvenida a tres hermosas niñas cinco meses después. Lamentablemente, las trillizas perdieron a su madre incluso antes de que pudieran sentir su piel y respirar su amor.

La mamá de las niñas ni siquiera las tocó. Ariana se negó incluso a mirarlas. Una semana después del parto, procedió con el divorcio.

José firmó la custodia total de las bebés. La madre abandonó a sus hijas y al padre de las pequeñas. El día de la audiencia fue el último que el hombre vio a su exesposa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Publicidad

Aunque todavía estaba dolido, el padre decidió dar lo mejor de sí por sus hijas. Trabajaba desde casa para estar con sus bebés todo el día. No quería contratar a una niñera porque temía que no cuidaran bien a las niñas.

Desde alimentarlas hasta cambiarles los pañales, hacía todo lo relacionado con el cuidado de las pequeñas y del hogar, además de brindarles todo su amor.

Durante seis años, José crio a sus trillizas, Julia, Ruby y Emily, con mucho amor y cuidado. Él era su padre y su madre.

Las niñas nunca extrañaron a su mamá mientras crecían porque su padre nunca les hacía pensar en ella. Él hacía todo lo posible para hacerlas felices y que disfrutaran de su infancia.

Pero un día, su corazón se detuvo cuando abrió la puerta para ver quién acababa de tocar el timbre.

“¿TÚ? ¿Qué haces aquí?”, dijo él en estado de shock, mirando a su exesposa, que estaba de pie con aspecto desastroso en su puerta.

José miró a su alrededor y suspiró aliviado, pues sus hijas estaban jugando en la casa del vecino. “¿Qué quieres y por qué has venido aquí?”, dijo enfurecido.

“¿No me permitirás entrar? Estoy segura de que podemos hablar adentro”, dijo ella, abriéndose paso hacia la casa. José se sobresaltó y no pudo hacer nada para detenerla.

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¿Dónde están mis hijas?”, preguntó Ariana, mirando a su alrededor en busca de las trillizas. “¡Niñas! ¡Mamá está en casa! ¿No quieren ver a mami?”.

“¿Qué diablos te pasa? No eres su madre... ¡Ahora sal de mi casa!”, gritó José. “Su único padre soy yo. ¿Lo entiendes? ¡Ahora, vete!”, gritó José.

“¿Ah, sí? ¿Quién dijo que TÚ eres su papá?", dijo Ariana, revelando una verdad impensable.

“Tenía otros dos novios mientras salía contigo. Y tuve mucha “intimidad” con uno de ellos. Estas niñas deben ser suyas... Estoy segura de que no son tuyas porque estuviste fuera por un mes en un viaje de negocios”.

Publicidad

“¿Qué quieres decir?”, dijo José, impactado.

“Usaste todas las precauciones que conocías para evitar el embarazo cuando regresaste. Hice los cálculos y me tomó seis largos años averiguarlo. Estoy segura de que estas niñas no son tuyas, pero pensaba que lo eran cuando te dejé hace seis años”.

José se derrumbó en el sofá con desesperación, sosteniendo su cabeza en estado de shock. “¿Mis bebés? ¿Me estabas engañando con otros dos hombres?”, se enfureció de nuevo. “¿Qué pruebas tienes de que no son mis hijas?”.

Después de un breve altercado, Ariana y José acordaron hacer una prueba de paternidad a las niñas. Dos semanas después, llegaron los resultados de la prueba de ADN. Estos indicaron que José no era el padre biológico de las trillizas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Publicidad

La revelación lo sobresaltó. Durante seis largos años, había hecho todo lo posible para criar a sus hijas. Además, las amaba incondicionalmente.

Eran la única razón de su alegría. Antes de que pudiera lidiar con la aplastante verdad, Ariana regresó al día siguiente para quitarle a las niñas.

“He venido a llevármelas. Necesito que mis hijas se vengan a vivir conmigo. Demandaré a ese rico sinvergüenza por pensión alimenticia, y solo puedo hacerlo si tengo a mis hijas conmigo”, dijo ella.

José se sobresaltó. Se dio cuenta de que no podía cambiar su amor por sus hijas solo porque no era su padre biológico. Fue entonces cuando decidió hacer algo para defender su paternidad.

“La corte decidirá eso, mujer malvada. ¿Cómo puedes ser tan cruel y egoísta? ¿Vas a usar a mis inocentes hijas para satisfacer tus deseos? No voy a permitir que eso suceda. Si quieres llegar a ellas, ¡Debes pasar por mí primero!”.

Ariana se sorprendió por la reacción de José. Ella siempre lo había conocido como un hombre de voz suave. Pero lo que vio de él ese día era diferente y aterrador.

Sin embargo, eso no le impidió subir la escalera para reclamar a sus hijas. Ella las veía como objetos, no como ángeles vivientes y risueños que merecían amor y una familia.

Publicidad

“Me enfrentaré contigo en la corte. Te demandaré y esas tres niñas serán mías”, dijo ella, desafiando a su exesposo.

Dos semanas después, ambos llegaron al juzgado de distrito. Ariana no tenía nada que la apoyara aparte de los informes de las pruebas de ADN.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Mientras tanto, José tenía los documentos que ella había firmado seis años atrás en los que le entregaba la custodia legal de las niñas al padre. También había cedido sus derechos sobre ellas a José.

En última instancia, el caso de Ariana no tenía ninguna posibilidad. El juez examinó la documentación. Esta indicaba claramente que la madre no había querido tener nada que ver con las niñas después de su divorcio.

Publicidad

La mujer perdió la batalla legal. Cuando José y las tres niñas estaban saliendo de la sala en la corte, Ariana se quedó mirándolos.

“Papá, ¿quién es ella? ¿Por qué te habla?”, preguntó una de las niñas después de ver a la mujer.

“Ella es una extraña. ¡No hablamos con extraños! Vengan, vámonos a casa. Papá tiene dos semanas libres, ¡¿y vamos en ese crucero que habíamos planeado?!”, dijo José mientras pasaba junto a Ariana, que lucía perdida, avergonzada.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños no son posesiones materiales; no los uses para cumplir tus deseos, incluso si eres su padre: Después de dar a luz a las trillizas, Ariana las abandonó y siguió su camino después de divorciarse de José. Seis años después, regresó, reclamando la custodia de las niñas para demandar a su padre biológico por pensión alimenticia.
  • Cualquier dificultad se puede superar con determinación y confianza: Cuando José se enteró de que sus trillizas no eran biológicamente suyas, no se desanimó. Luchó contra Ariana en la corte al proporcionar evidencia de que ella no las había querido cuando nacieron y las había abandonado. Él ganó el caso y siguió siendo el mejor padre para sus hijas.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Publicidad

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares