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Un camión de comida | Foto: Shutterstock
Un camión de comida | Foto: Shutterstock

Mamá de 3 niños que lloran de hambre descubre que no puede pagar sus hamburguesas: una voz le dice "No te preocupes" - Historia del día

Georgimar Coronil
05 sept 2022
16:00

Una madre y sus tres hijos se equivocaron de autobús y acabaron perdidos. Cuando la mujer fue a comprarles algo de comer, se dio cuenta de que no tenía dinero. Afortunadamente, una persona le ofreció la ayuda que tanto necesitaba.

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Julia no tuvo más remedio que criar sola a sus tres hijos después de que su marido la abandonara. Él la había engañado con su mejor amiga. Cuando ella se enteró de la infidelidad, el hombre la dejó y no se hizo cargo de la manutención de sus hijos.

En ese momento, Julia estaba destrozada. Pensó que su vida se había arruinado. Tenía grandes problemas de confianza después de haber sido traicionada no solo por su marido, sino también por su mejor amiga.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Tienes que recomponerte, Julia. Tienes tres hijos que tienes que criar. No puedes estar deprimida en casa por lo que te hicieron. Úsalo como motivación para hacerlo mejor", le dijo su madre tras ver a Julia llorando en el baño.

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Julia miró a sus hijos y supo que su madre tenía razón. Tenía que cuidar de sus hijos y asegurarse de que tuvieran una vida cómoda, incluso si eso significaba tener dos trabajos para ganar suficiente dinero.

La madre de Julia, Lisa, se ofreció voluntariamente a cuidar de los tres niños mientras ella estaba trabajando.

Todos los días empezaba a laborar a las seis de la tarde, como camarera. Luego, desde la una de la mañana hasta las ocho, trabajaba como ama de llaves en una posada.

Cuando llegaba a casa, le quedaban unas tres horas para que sus hijos se despertaran. Aprovechaba ese tiempo para dormir antes de despertarse junto a sus hijos para jugar con ellos y limpiar la casa.

El horario de trabajo de Julia la agotaba, sobre todo porque no dormía lo suficiente todos los días. Esta falta de sueño a menudo le hacía ser despistada, incapaz de recordar las cosas más sencillas.

Un fin de semana, Julia tuvo que llevar a sus hijos al hospital para que los vacunaran. De camino a casa, la madre confundió accidentalmente las rutas de los autobuses y acabaron en un lugar de la ciudad en el que nunca habían estado.

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Desgraciadamente, tardaría una hora más en llegar otro autobús. Compró el pasaje y se sentaron tranquilamente hasta que sus hijos empezaron a llorar, gritando que tenían hambre.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Julia se dirigió a un puesto de hamburguesas cercano, donde pidió cuatro hamburguesas. Cuando estaba a punto de pagar, buscó frenéticamente su cartera dentro de su bolso.

"Mi cartera estaba aquí", gritó. "¡Acabo de comprar nuestros billetes de autobús!" Volvió a buscar en su bolso.

"Lamento escuchar eso, señora", dijo el hombre que tomó su pedido. "Esta parte de la ciudad es conocida por los carteristas".

Julia miró a sus hijos, avergonzada por no poder comprarles comida. Se disculpó con ellos y les dijo que tendrían que esperar. "¡Mamá, no he comido en todo el día!", se quejó su hija. "¡Tengo mucha hambre!".

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En ese momento, Julia estaba a punto de colapsar. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. De repente, oyó una voz que decía: "No te preocupes".

Levantó la vista y vio al hombre del puesto de hamburguesas sacando su cartera. Pagó las hamburguesas, preparó una bolsa para Julia y se la entregó.

"Por favor, toma esto. Invita la casa", le dijo.

Julia miró al hombre sorprendida. Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas y le dio las gracias varias veces. "Muchas gracias; no sabe lo que significa para mí", le dijo. "¿Puedo pedirle su número? Quiero devolverle el dinero cuando pueda".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

El hombre negó con la cabeza. "No es gran cosa, y es un simple acto de amabilidad que me gustaría hacer por usted".

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Desde aquel día, Julia se aseguró de ayudar a quien lo necesitara. Después de trabajar en dos empleos durante algunos años más, ganó el dinero suficiente para montar su propio negocio. Creó una aplicación móvil que permitía a los usuarios reservar diferentes servicios, personal de limpieza, manicuristas, limpiadores de coches y mucho más.

Un día, mientras estaba en una reunión de negocios, Julia se encontró con el sujeto que la ayudó varios años atrás.

"Usted es el hombre del puesto de hamburguesas", le dijo. Él sonrió, reconociéndola también.

"Eres la madre con tres niños llorones", recordó. "¿Cómo has estado?".

Esa conversación acabó cambiando la vida de ambos. Julia insistió en invitar al hombre, que se presentó como Jacobo, a cenar. Era su forma de devolverle el favor.

Descubrió que Jacobo estaba buscando trabajo y decidió contratarlo como secretario ejecutivo. Él la acompañaba a todas sus reuniones y la ayudaba a hacer crecer su negocio.

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Al final, después de pasar tanto tiempo juntos y conocerse mejor, se enamoraron. Se casaron y adoptó a los tres hijos de Julia, queriéndolos como propios.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Si estás en condiciones de ayudar a alguien, hazlo: El hombre se sintió muy mal porque Julia no podía alimentar a sus hijos cuando tenían hambre, así que intervino para ayudarla. Cuando seas capaz de ayudar a alguien que lo necesita, hazlo sin esperar nada a cambio.
  • Lo que va, vuelve: Después de recibir un acto de bondad, Julia lo devolvió. Con el tiempo, volvió a encontrarse con el hombre que le tendió la mano, esta vez en posición de ayudar. Esto dio lugar a una hermosa relación laboral y personal entre ellos.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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