Hombre rico le da boleto de 1º clase a una pobre madre: luego ella toca su puerta por la noche - Historia del día
Un hombre rico le dio su boleto de avión de primera clase a una pobre limpiadora de aeropuerto que conoció afuera del restaurante del lugar. Unos días después, abrió la puerta en una noche lluviosa y la vio temblando en el umbral.
No todos pueden cumplir el sueño de volar en avión, o eso pensaba Joanna, una pobre madre soltera. Ella era una limpiadora en el aeropuerto y solo podía mirar los aviones despegar, pero nunca se acercaba a ellos, y mucho menos abordaba uno.
Cada vez que un avión sobrevolaba, ella y su pequeño hijo, Miguel, se tomaban un momento para observarlo surcar el cielo.
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Soñaban con volar algún día, pero se dieron por vencidos, sabiendo que su pobreza no se los permitiría. Pero ese mismo día, sus oraciones fueron respondidas de manera inesperada cuando un extraño se les acercó con una oferta inusual.
Era Pablo, un hombre guapo y rico de 28 años. Acababa de pelear con su novia, quien se alejó y lo dejó. Se dio la vuelta para ver si ella regresaba para disculparse, pero no lo hizo y eso lo desanimó.
Dos horas antes, él y Jessica estaban felices de abordar el vuelo de sus sueños a Nueva York, donde planeaban celebrar su quinto año de noviazgo.
Mientras finalizaban el papeleo en el aeropuerto, ella de repente le reclamó a Pablo por haber invitado a su familia a una pequeña reunión durante su viaje.
Él sintió que sería bueno que ellos también se unieran a las celebraciones, pero Jessica estaba en contra. La mujer estaba furiosa y se alejó, dejándolo a él y a las vacaciones de sus sueños atrás.
Incapaz de superarlo, Pablo se apresuró al restaurante del aeropuerto para refrescarse. Estaba tan enojado que decidió que cancelaría su vuelo y reclamaría un reembolso.
Él estaba a punto de hacer clic en cancelar en su teléfono cuando se sintió atraído hacia una vista conmovedora afuera. Eran Joanna, una pobre limpiadora de aeropuertos, y su pequeño hijo, Miguel.
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Habían dejado todo lo que estaban haciendo solo para ver el vuelo que despegaba. Pablo sintió curiosidad y caminó hacia ellos.
“Mamá, ¿cuándo viajaremos a Nueva York en un avión así?”, le preguntó el niño de 7 años a su madre.
“Solo Dios lo sabe, hijo. Apenas nos alcanza el dinero para llegar a fin de mes, y subir a ese vuelo sería imposible para gente pobre como nosotros”, dijo Joanna decepcionada.
Habiendo escuchado su conmovedora conversación, Pablo se acercó a ellos y se presentó. “¿Cuál es tu nombre, chico?”, le preguntó al niño.
“Eh, mi nombre es Miguel. Ella es mi madre, Joanna”.
“Hola, gusto en conocerlos. Acabo de escucharlos hablar, lo siento, pero me atrajo su conversación. Entonces, ¿desean volar a Nueva York?”, preguntó mirando al pequeño.
Joanna y Miguel estaban bastante asombrados y no tenían idea de por qué Pablo se había interesado repentinamente en ellos.
“Mi hijo y yo amamos Nueva York, pero solo hemos visto cómo se ve en las películas”, respondió la madre con timidez.
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Por alguna razón, ya sea por haber visto a la mujer y a su hijo viendo partir el avión, o por la vulnerabilidad que sentía ese día, el hombre tomó una decisión rápida. Sacó sus dos boletos de primera clase, los que él y Jessica no usaron, y se los ofreció a la madre y al niño.
“Señora, estaba a punto de cancelar mis boletos, pero... ¿le gustaría hacer el viaje de sus sueños a Nueva York con Miguel?”.
Joanna parpadeó. No estaba segura de haber escuchado bien o entendido lo que Pablo le estaba diciendo. “¿Está... ofreciéndonos boletos para ir a Nueva York?”, preguntó ella para aclarar.
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“Sí, señora”, respondió el hombre, sonriendo.
Lágrimas de alegría llenaron los ojos de Joanna. “¿Pero por qué?”, preguntó ella. ¿Por qué un extraño haría eso por ellos?
Pablo les contó lo que pasó y por qué tenía dos boletos de primera clase que no usaría.
“¡Mi novia peleó conmigo y se fue!”, dijo él. “Planeé una gran reunión familiar allí, pero creo que usted y su hijo se lo merecen más. Yo me haré cargo de todos los gastos del viaje”.
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Ella dudó, pero no pudo resistir la solicitud del desconocido.
Pablo entonces se dirigió al mostrador donde le pidió al asistente de la aerolínea que cancelara sus boletos y volviera a emitir dos boletos de primera clase para Joanna y Miguel.
La madre y el hijo estaban muy felices ese día. Viajaron a Nueva York durante el fin de semana y lo pasaron muy bien allí.
Mientras tanto, las cosas tomaron una dirección diferente para Pablo. Tenía una fiebre terrible y estaba solo en su casa una noche cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta.
Le parecía extraño porque no solo era bastante tarde en la noche, sino que estaba lloviendo fuertemente.
Curioso, Pablo abrió la puerta y vio a Joanna parada allí. Estaba de pie allí, temblando en el porche.
“¡Señora Joanna! ¿Qué está haciendo aquí? ¿Cómo obtuvo mi dirección?”, preguntó él, sorprendido.
“Uno de mis colegas me habló de usted. Encontré la dirección de su oficina y fui allí. Pero sus empleados me dijeron que tenía fiebre. Tomé nota de su dirección y vine aquí para ayudarlo. Traje algunas medicinas y un pastel casero”.
Pablo se conmovió.
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“Soy rico y puedo permitirme todas las medicinas costosas del mundo. Pero si algo puede curar a una persona, es el amor y el cuidado. Y ciertamente su gesto lo demuestra. Siempre lamenté no haber tenido un hermano, pero creo que encontré una hermana ahora”, dijo emocionado.
Joanna ayudó a Pablo a recuperar su salud. Él se sentía muy feliz de tenerla a ella y a Miguel cerca a menudo. Con el paso de los días, entablaron una amistad invaluable.
Mientras tanto, Jessica se enteró de que Pablo había regalado sus boletos de avión a una madre pobre y a su hijo para que cumplieran su sueño de volar a Nueva York. Ella se conmovió por su compasión por los demás y se reunió con él para disculparse.
“Cariño, me alegro de que pelearas conmigo ese día y te fueras. De lo contrario, ¡no habría tenido la oportunidad de ayudar a Joanna y a Miguel a abordar el vuelo de sus sueños!”, dijo él riendo. “El dinero no lo es todo. Lo que más importa es cuánto amor ganas en tu vida”.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Si tienes la oportunidad de cumplir los sueños de alguien con tu dinero, hazlo: Cuando Pablo supo que Joanna y su hijo Miguel anhelaban viajar en avión, les reservó dos boletos de primera clase e hizo realidad su sueño.
- Sé siempre agradecido con la persona que te ayuda: Cuando Joanna se enteró de que Pablo estaba enfermo, llegó a su puerta en una noche lluviosa para visitarlo. Ella llevó medicinas y pastel y le devolvió la salud.
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