logo
página principalHistorias Inspiradoras
Niño pequeño sentado en el umbral | Foto: Flickr / davitydave (CC BY 2.0)
Niño pequeño sentado en el umbral | Foto: Flickr / davitydave (CC BY 2.0)

Mujer encuentra a un niño en la puerta de su casa: "¿Tiene comida? ¡No he comido en 3 días!", suplica él - Historia del día

Mayra Pérez
27 sept 2022
22:00

Una mujer abre la puerta una noche de tormenta y se aterroriza al encontrar a un niño llorando por comida en su puerta. Ella decide ayudarlo, sin imaginar adónde la llevaría ese gesto.

Publicidad

Dicen que los milagros suceden cuando menos los esperas. Amanda, de 35 años, creía firmemente en ellos y esperaba tener algún día un niño en su vida que la llamara “mamá”.

Pero siete años antes, un fatídico accidente acabó con su sueño de convertirse en madre. Después de una cirugía que le salvó la vida, los médicos le dijeron que no podría tener hijos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

La noticia impactó terriblemente tanto a Amanda como a su esposo, Juan José. Durante los años siguientes, ambos vivieron con la amarga realidad de que no habría ningún niño en sus vidas.

Hasta que un día, cuando un extraño niño pequeño llegó a su puerta...

Era la noche de un domingo de tormenta, y hubo un corte de energía inesperado. “El clima está muy loco estos días…”, sonrió Amanda mientras encendía una vela.

Publicidad

“¿Qué es ese ruido?”, exclamó después de escuchar un extraño sonido de arañazos en la puerta principal.

“Juan José, ¿olvidaste cerrar la puerta?”, se quejó, mientras caminaba hacia ella para cerrarla. “¡Qué raro! Está bien cerrada. ¿De dónde viene ese ruido?”.

Amanda pensó que era el viento y se alejó, solo para escuchar lo que le pareció una susurro, seguido de un rasguño en la puerta. Sabía que no era el viento y le preocupaba la posibilidad de que fuera algún animal salvaje.

Se armó de valor y volvió a acercarse a la puerta. De pronto, escuchó algunos golpes y escuchó claramente a alguien decir: “Hola, ¿hay alguien en casa?”. Eso la sobresaltó.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Curiosa, Amanda abrió ligeramente la puerta y miró afuera. Se sorprendió al ver a un niño pequeño, que la miraba con lágrimas en los ojos. “¿Tiene algo de comida? No he comido en tres días”, gritó.

“¡¿Miguel?!”, preguntó ella. “¿Qué estás haciendo aquí? Hay tormenta, y no deberías estar afuera. Entra rápido”. Amanda conocía a ese niño. Vivía con su hermanita Corina, su madre Julia, y su padrastro Joaquín, en una vieja casa rodante cerca del bosque.

A menudo veía a Miguel y Corina jugando afuera de su remolque cuando conducía a casa desde la iglesia. Le derretían el corazón y le hacían desear tener hijos como ellos. Así que ver a uno de ellos en su puerta en esa noche ventosa la desconcertó.

“¿Qué haces aquí? ¿Y cómo sabías cuál era mi casa?”, preguntó Amanda, dándole una bebida caliente.

“Mami está en el hospital. Nuestro papá dijo que nos traería comida y nos dejó en el tráiler hace tres días. Pero nunca regresó”, sollozó Miguel.

“¡Mi hermana y yo tenemos mucha hambre! Siempre te veía afuera de nuestro tráiler. Un día, corrí detrás de tu auto por diversión. Por eso sabía que vivías aquí”, explicó el niño.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Amanda estaba sorprendida. No podía creer que un hombre adulto como Joaquín se atreviera a abandonar a dos niños pequeños. Ella y Juan José corrieron al tráiler para ver cómo estaba Corina y lo que encontraron a continuación los dejó conmocionados.

“¡Corina!”, gritó Miguel, tratando de despertar a su hermana pequeña. Estaba temblando debajo de la manta andrajosa y parecía enferma.

“Espera, déjame revisarla”, dijo Amanda. “Juan José, llama a una ambulancia. Tiene que ir al hospital inmediatamente. Tiene mucha fiebre”.

Su esposo llamó a emergencias de inmediato. El pequeño Miguel y su hermana fueron trasladados al hospital. Mientras tanto, Juan José preguntó a todos sus amigos si habían visto a Joaquín. Él era muy conocido en la ciudad.

Finalmente, lo localizaron pocas horas después. El hombre había decidido huir porque no estaba dispuesto a pagar el tratamiento de su esposa, Sarah, y no quería cuidar a los niños.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Joaquín fue arrestado por haber dejado solos a dos niños pequeños. Amanda y Juan José sintieron que se hizo justicia, pero no podían estar completamente felices. Les preocupaba lo que les pasaría a los niños.

Hacía mucho tiempo que querían tener hijos y decidieron que esta era su oportunidad de oro para ofrecer todo su amor y amabilidad a estos pequeños. Los cuidaron en su hogar todo el tiempo en que su madre estuvo enferma.

Además, recaudaron fondos para mejorar la vida de la familia. Cubrieron el tratamiento de Sarah y remodelaron su remolque para convertirlo en un espacio habitable y cómodo con el dinero restante.

“¡No sé cómo agradecerles!”, lloró Sarah cuando Amanda y Juan José la visitaron en el hospital con sus hijos.

“Está bien, Sarah. Tal vez esto es lo que Dios quería que hiciéramos, y estamos contentos de haber podido ayudar. Por suerte, tu hijo buscó ayuda a tiempo”, dijo Amanda.

Sarah se recuperó y volvió con sus hijos. Estaba profundamente agradecida con Amanda y Juan José por la gran ayuda que les dieron. Entre las dos familias se estableció un fuerte lazo a partir de ese momento y la pareja ayudó a criar a esos dos angelitos desde entonces.

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los hijos son una gran responsabilidad, y jamás debes faltar a ella. En un momento de emergencia, Sarah confió sus hijos al padrastro. Él aceptó la responsabilidad y luego los abandonó, poniendo en peligro la vida de los niños. Si hubiera sido sincero, la madre hubiera optado por otras alternativas.
  • La vida tiene muchas formas de hacer realidad tus sueños. Amanda y Juan José añoraban convertirse en padres y una noche de tormenta tuvieron la oportunidad de salvar la vida de dos hermanitos y cuidarlos por un tiempo. Al final, esos niños se convirtieron en parte de sus vidas.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Publicidad

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares