Los nietos más jóvenes de la Reina no usan el título de "Su Alteza Real" y "es muy probable que tengan que trabajar para ganarse la vida"

Puede que Lady Louise y James, vizconde de Severn, sean hijos de la realeza, pero sus vidas son muy diferentes a las del resto de sus primos. Los hermanos no nacieron en un hospital privado sino en uno perteneciente al Servicio Nacional de Salud. Tampoco utilizan sus títulos de Su Alteza Real (SAR) como el resto de su familia.

Aunque forman parte de la realeza, la vida de los hijos del príncipe Edward, conde de Wessex, no podría ser más diferente que la de sus primos.

Como es habitual, los nacimientos de los niños de la realeza suelen producirse en hospitales privados. La princesa Diana tuvo a sus bebés en el ala Lindo del hospital londinense St Mary's, mientras que Meghan Markle, la princesa Eugenie y Sarah Ferguson tuvieron a los suyos en el hospital de Portland.

Sin embargo, Sophie, la condesa de Wessex, tuvo a sus bebés en el Frimley Park NHS Hospital de Surrey. Los dos nietos más jóvenes de la reina, que siempre han mantenido un perfil bajo. No obstante, esto no ha impedido que cumplan con sus deberes reales.

Louise tuvo un papel importante en la boda de su prima mayor, la princesa Eugenie, con Jack Brooksbank. A los 14 años, se le encomendó la función especial de ayudar a las damas de honor y pajes más jóvenes a subir las escaleras de la capilla de San Jorge y mantenerlos en fila.

Previamente, cuando tenía 7 años, también asistió como dama de honor a la boda de su primo el príncipe William y Kate Middleton.

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Louise y James también formaron parte de la gira de sus padres por África. Los hermanos tuvieron su primer compromiso real junto a sus papás durante su gira por Sudáfrica en 2015. Allí visitaron la Fundación Ubunye, una causa que su madre patrocina.

Lady Louise y su hermano también han recibido grandes honores a lo largo de los años. Durante una visita a Winnipeg (Manitoba, Canadá), el príncipe Edward recibió el regalo sorpresa de las esquelas enmarcadas que nombran dos lagos del noroeste de Manitoba con el nombre de Louise y James.

Aunque eso ocurrió cuando Louise tenía solo cuatro años y James 5 meses, uno no puede dejar de preguntarse cómo son sus vidas ahora.

La vida de Louise y James en la actualidad

Crecer como miembro de la familia real no es fácil, pero hacerlo en la era de las redes sociales es una historia completamente diferente. Los hermanos no son una excepción a la agobiante vida que suponen las redes sociales. Pero por suerte, tienen a sus padres para ayudarles a transitar por ellas.

Como patrona de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC) y de Childline, la condesa Sophie está familiarizada con las formas en que los adultos pueden ayudar a sus hijos a navegar por los diferentes desafíos.

La madre de Louise y James reconoce que las redes sociales son uno de los frentes más desafiantes a los que se enfrentan los jóvenes. Con ese conocimiento, está más que dispuesta a ayudar a sus hijos a manejarlas cuando empiezan a utilizarlas.

Aunque sus chicos aún no pueden acceder a las redes sociales, Sophie afirma que, cuando llegue el momento, les enseñará las herramientas correctas para ayudarles a entenderlas y navegar por ellas con éxito.

Entiende que la franqueza es una forma de apoyar a los adolescentes y aboga porque sus hijos se sientan libres de hablar de sus problemas y preocupaciones con ella sin miedo a ser juzgados. Dijo:

“Es muy importante que los jóvenes tengan adultos en sus vidas que les apoyen y reafirmen. Sobre todo cuando el mundo virtual puede ser, a veces, poco amable”.

La condesa también compartió que su marido y ella intentan educar a sus hijos para que entiendan que a pesar de ser miembros de la realeza, es probable que deban trabajar para ganarse la vida. Por esa razón, decidieron no utilizar los títulos de “Su Alteza Real” (SAR) con sus hijos.

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Aunque siguen teniendo los títulos, corresponde a Louise y James emplearlos una vez que cumplan los 18 años. Sin embargo, Sophie afirma que es poco probable que sus hijos los usen, ya que no se espera que crezcan para desempeñar funciones oficiales.

De este modo, son libres de elegir un camino diferente en sus vidas, sin tener que llevar un título por obligación.

Dejar que Lady Louise viva su vida

No es raro que los padres sean protectores con sus hijos, y en el caso de Sophie no es diferente. Ha revelado que, aunque trata de involucrar a su hija en conversaciones y otras causas significativas, todavía espera que su Louise mantenga un nivel particular de privacidad.

Crecer en el candelero es difícil, especialmente para las personas de la familia real, que nunca pueden alejarse de los focos por mucho que lo intenten. Teniendo en cuenta este hecho, Sophie espera que su hija tenga un nivel de privacidad con el que se sienta cómoda en el futuro.

Sin embargo, también reconoce que Louise dejará de estar bajo su cuidado y tendrá que seguir su camino y tomar decisiones difíciles por sí misma. Ella dijo:

“Tengo que dejarla vivir su vida. No es la mía la que tiene que vivir”.

La joven ya se ha enfrentado a algunas de esas duras decisiones. En 2020, Louise, una entusiasta de la equitación, que compartía esta pasión con su difunto abuelo el príncipe Philip, tuvo que abandonar por un momento su afición de conducir carruajes.

Como muchos otros jóvenes de su edad, tuvo que centrarse en sus exámenes escolares. Aunque le encantaba y siempre se sentía honrada de participar en desfiles y concursos de equitación, dio prioridad a la escuela.

Sin embargo, desde entonces ha seguido conduciendo y mantiene viva una de las pasiones de su abuelo. Casi un año después de su fallecimiento, participó en los Campeonatos Británicos de Conducción de Carruajes en Interior, obteniendo el sexto puesto en la división de novatos.

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