"¡Ingresé a la universidad!" dice adolescente con síndrome de Down ante la tumba de su padre y encuentra un paquete allí - Historia del día

Una adolescente con síndrome de Down decide visitar la tumba de su padre para contarle que ha entrado en la universidad. Pero no sabe que allí le espera un paquete.

"Felicidades, ha sido admitida…". A Ángela se le llenan los ojos de lágrimas al leer la carta. Había entrado en la universidad de sus sueños.

Ángela, una joven de 18 años con necesidades especiales y un corazón encantador, era inteligente, talentosa y hermosa, pero también poco segura de sí misma. La chica pensaba que era diferente porque tenía síndrome de Down. Pero su padre siempre le hacía sentir lo contrario.

"¡Eres una chica preciosa, cariño, y muy especial! Nunca te menosprecies", solía decirle.

Cuando Ángela leyó la carta de admisión a la universidad, solo pudo pensar en su papá, el hombre que creía en ella, la animaba a perseguir sus sueños y la quería. Le echaba tanto de menos.

Cuando la abuela de Ángela, Diana, la vio llorar en silencio tras recibir la carta, la abrazó y le dijo: "Lo has conseguido, cariño. Tu padre estará muy orgulloso hoy".

Tras la muerte de Pablo, Diana era la única pariente que le quedaba a Ángela. La madre de la chica la había abandonado un mes después de dar a luz porque no quería criar a una niña con necesidades especiales, y en cuanto a sus otros parientes, no querían involucrarse en su cuidado.

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Diana se dedicó a su nieta. La abuela hizo todo lo posible para asegurarse de que Ángela tuviera un hogar lleno de amor.

"Pap… papá estará or-orgulloso, abuela", dijo Ángela. "Echo de menos a pap… papá…"

"Entonces, ¿por qué no lo sorprendes con una visita y le dices que su hermosa hija lo enorgullece?". sugirió Diana. "Estoy segura de que le encantará".

"Sí, abuela…", respondió Ángela. "Pap… papá no me abraza. Me gusta su sonrisa. Estará allí".

"Sí, no estará físicamente. ¿Pero no está siempre presente en tus pensamientos? Estará mirando desde arriba y enviándote sus bendiciones. Vamos, Ángela. Tienes que demostrarle a tu padre que eres más fuerte que nunca ahora que él no está a tu lado. Debes demostrarle que su hija es fuerte y segura de sí misma".

Ángela asintió. "Lo quiero, abuela".

Al día siguiente, Ángela compró un hermoso ramo de rosas rojas y le hizo una visita a Pablo.

Al llegar, cerró los ojos y pronunció una breve oración. "He entrado en la universidad, papá…", dijo. “¿Te he hecho sentir orgulloso? Voy a ir a la universidad".

El amor alberga el poder de curar y transformar el corazón de las personas.

Cuando Ángela terminó, se agachó para poner las flores en su tumba y se sorprendió al encontrar un paquete allí. Estaba bellamente envuelto, y había una nota en la parte superior, que decía: "Ábrelo con una sonrisa".

"¿Quién… quién dejaría esto?", se preguntó Ángela al desenvolverlo. Dentro había una caja con un hermoso par de pendientes, los que Pablo había prometido comprarle, y una carta dirigida a ella.

"Le pedí que me comprara estos pendientes. ¿Cómo están aquí?".

Ángela abrió la carta para leerla y, para cuando terminó, estaba llorando como una niña.

"

Mi preciosa bebé. Papá está muy orgulloso de ti hoy. No puedo creer que mi pequeña, que antes llevaba de la mano y necesitaba ayuda para caminar, esté ahora en la universidad. Aquí en el cielo, algunos ángeles se sorprendieron de que alguien pudiera ser tan hermosa y talentosa al mismo tiempo.

Me peleé con los ángeles. Ellos no saben que mi hija es la mejor del mundo. ¿Cómo pueden no saberlo? A veces no me gustan estos ángeles. ¿Cómo se atreven a dudar de mi hija?

Cariño, papá siempre está contigo. Siempre te observo desde el cielo y te sonrío. Quiero que sonrías más a menudo, Ángela. Mi hija es la chica más encantadora, y la quiero más que a nada.

Prométeme que siempre sonreirás, que serás feliz y que molestarás a la abuela Diana. Se ha quejado de que te has vuelto demasiado callada.

¿Lo prometes, cariño? Incluso si no puedes, está bien. Igual te adoro.

Te envío mucho amor y bendiciones, cariño, y te deseo lo mejor para la universidad.

Con amor, Papá".

"Abuela…", Ángela lloró mientras terminaba la carta. "Te quiero. Te quiero tanto".

Ángela corrió a casa y abrazó a Diana con fuerza. No pudo contener las lágrimas.

"Cariño, ¿qué pasa? ¿Estás bien?". Diana estaba preocupada.

"Yo… yo sé quién dejó la carta", dijo Ángela. "Tú compraste pendientes… Tú escribiste la carta…".

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Diana sonrió, abrazando a su nieta. "Mi Ángela se lo merece todo. Se merece todo el amor del mundo. Pero tienes razón. La abuela es tonta… olvidé que reconocerías mi letra".

"Te quiero…" susurró Ángela. "Te quiero, abuela… ¡Gracias!".

Cuando Diana se mudó con Pablo para cuidar de él y de Ángela, ella no le dirigía la palabra. Ni siquiera se acercaba. Cuando Pablo murió, las cosas empeoraron. Ángela no hablaba con nadie y se encerraba en su habitación.

Con amor y paciencia, Diana logró acercarse a Ángela. Tenía que tener cuidado con todo lo que le decía. Quería oír a Ángela decirle algún día "te quiero".

Después de mucho esfuerzo y de intentarlo, ocurrió. Diana había leído el diario de Pablo, se enteró del pendiente y planeó la sorpresa para su nieta.

Finalmente, Ángela abrazó a Diana y le dijo que la quería. Así que ese no fue el final, sino el comienzo de una hermosa relación entre la joven y su abuela.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• La muerte no puede romper los lazos que se construyen con el amor: Pablo ya no está presente físicamente en la vida de Ángela, pero sigue vivo en su corazón, como le dijo Diana.
• El amor alberga el poder de curar y transformar el corazón de las personas: Diana le dejó a Ángela un regalo y una sentida carta por amor a ella. Ese amor las acercó y consoló el corazón de Ángela.

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