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Niño en silla de ruedas fuera de un edificio. | Foto: Shutterstock
Niño en silla de ruedas fuera de un edificio. | Foto: Shutterstock

Mamá abandona a su hijo discapacitado en la calle: 20 años más tarde él la busca con su escolta VIP - Historia del día

Una madre decidió abandonar a su hijo discapacitado en una ciudad desconocida. Veinte años después él se reencontró con ella mientras era escoltado como VIP.

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La enfermera Evelyn llegó tarde a su turno ese lluvioso martes por la noche. Cuando bajaba del taxi en la entrada del hospital vio a una mujer con el rostro cubierto con un chal negro que empujaba una silla de ruedas con un niño sentado sobre ella.

La enfermera pensó que habían llegado para consulta en el centro médico. “Pero la puerta está por aquí. ¿Adónde lleva al niño?”, se preguntó y los siguió. La mujer se desvió hacia la parte trasera del hospital.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Cuando Evelyn caminó hacia el lugar, vio que el niño estaba solo en la terraza bajo el postigo. También vio que la mujer se alejaba.

“Oiga, señora, espere... ¿Por qué deja al chico?”, gritó Evelyn mientras corría tras la mujer.

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La enfermera, empapada, vio a lo lejos que la mujer se estaba subiendo a un taxi. Sabía que el taxista era de una parada en el pueblo vecino. Evelyn recordó haber parado su taxi una vez cuando había ido a visitar el lugar.

“¡Oiga, señora, deténgase!”, dijo nuevamente mientras corría hacia el vehículo que ya había comenzado a rodar. Pero el taxi desapareció en la concurrida calle.

La enfermera se apresuró a la parte trasera del hospital y supo que el niño era el hijo de la mujer.

“¿Cuál es tu nombre y por qué tu madre te dejó aquí?”, le preguntó Evelyn cuando empezó a llorar. Tenía miedo de los truenos y relámpagos.

“No tengas miedo. Estoy aquí contigo. No pasará nada. Dime... ¿Qué pasó?”.

El niño se presentó como Oscar. Tenía diez años y dijo que su madre, María, le había dicho que volvería por él.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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“Ella dijo ‘adiós, hijo’ antes de irse. ¿Mamá volverá por mí? Tengo miedo. Por favor, ¿puede llevarme a casa con mi madre?”.

“¿Puedes decirme tu dirección?”, dijo Evelyn, presionando a Oscar para obtener más detalles.

“No sé... hay un parque grande y edificios enormes... nos mudábamos seguido después de que papá murió y finalmente nos instalamos en una vieja casa rodante”, dijo el niño.

Evelyn llevó al niño adentro para examinarlo. Los médicos descubrieron que tenía una afección en la pierna derecha que necesitaba cirugía. Sin ella, no podría caminar y necesitaría una silla de ruedas para moverse por el resto de su vida.

“Y es una operación bastante costosa, enfermera Evelyn. ¿Va a venir su madre por él? Han pasado cuatro horas y no hemos recibido ningún indicio de eso. ¿Qué hacemos ahora? No podemos tener a este niño aquí por largo tiempo”, dijo el médico.

Fue entonces cuando una idea brilló rápidamente en la mente de Evelyn. Recordó a su hermano Francis, que dirigía un refugio para niños huérfanos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Enviaré a Oscar al refugio de mi hermano por el momento. Luego intentaremos encontrar a su madre. Creo que puede ser del pueblo cercano. Recuerdo haber tomado el mismo taxi y puedo identificar al conductor. Tal vez él podría ayudar a que encontremos a la madre del niño”.

Oscar fue enviado al refugio. Estaba destrozado y sabía que su madre lo había abandonado, pero no sabía por qué. Mientras tanto, Evelyn visitó el pueblo en el que pensaba que María podía haber ido.

Se acercó a la parada de taxis y encontró al conductor que había recogido a la madre en el hospital.

“¡Sí, señora! ¿Adónde quiere que la lleve?”.

“No. Estoy aquí para encontrar a una mujer que se subió a su taxi ayer. Ella dejó a un niño en silla de ruedas en el hospital del pueblo vecino. ¿La recuerda? ¿Sabe algo de ella? Su nombre es María”.

“Sí, la recuerdo. Ella no es mi pasajera habitual. No la he visto a menudo en la ciudad. Pero escuché que vive en un viejo remolque cerca de la carretera”.

Evelyn fue a dicho tráiler para encontrarse con María, pero ella no estaba allí.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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La enfermera regresó otro día al lugar para ver si tenía suerte esa vez, pero no la encontró. Había hecho eso mismo en varias ocasiones, pero el resultado seguía siendo el mismo. Su remolque parecía haber sido abandonado.

Habiendo perdido toda esperanza, Evelyn, viuda y sin hijos, decidió darle a Oscar una nueva vida. Como nadie se presentó a adoptarlo, ella lo acogió legalmente seis meses después.

Evelyn dedicó su corazón y su alma a criar al niño. Ella lo cuidó de forma excepcional. Con el paso de los años, Oscar siguió adelante, pero no se había olvidado por completo de su madre biológica.

Sabía que Evelyn era su madre adoptiva y estaba extremadamente agradecido con ella por haberle dado una nueva vida.

Evelyn también pagó la cirugía de Oscar. Gracias a esto, el chico recuperó su capacidad para caminar. A veces, usaba muletas para apoyarse. Al principio se sintió extraño poner los pies en el suelo. Estaba nervioso y feliz al mismo tiempo.

Las oraciones y los esfuerzos de Evelyn dieron dulces frutos cuando Oscar finalmente pudo caminar sin ayuda.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Al crecer, el joven veía que Evelyn pasaba sus días sirviendo a los necesitados y eso lo inspiró a seguir los pasos de su madre adoptiva.

Después de obtener una licenciatura en medicina, se convirtió en un cirujano cardíaco profundo. Eventualmente, dirigió su propio hospital en la ciudad y se unió a las filas de los médicos cirujanos más estimados en el campo de la medicina.

A pesar de su nueva fama y riqueza, Oscar no estaba completamente feliz. Le dolía cada vez que recordaba a su madre biológica. Quería encontrarla, pero le preocupaba que Evelyn resultara herida.

“Por supuesto, amo a mi mamá adoptiva, pero quiero saber por qué mi mamá biológica me dejó”, pensó. Cuando Oscar le dijo a Evelyn sobre su intención de encontrar a su madre biológica, ella apoyó su decisión. “Sé que me amas, cariño. Pero deberías encontrar a tu madre. Necesitas saber por qué te dejó. Por favor, hazlo”.

Habiendo conseguido la bendición de su mamá adoptiva, Oscar fue a buscar a María al pueblo en el que una vez vivió.

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Escoltado por su equipo de seguridad, buscó a la “mujer del tráiler” por semanas. Fueron a la vieja casa rodante y allí encontraron las fotos de la infancia de Oscar. En la parte posterior de una foto, había una dirección de un refugio para personas sin hogar.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Fue allí e inmediatamente reconoció a la mujer que trabajaba en el jardín del albergue. Era María.

“¡Mamá!”, escuchó la mujer que la llamaba la voz de un hombre desde afuera. Miró y vio la silueta de un joven rodeado por varios otros que lo escoltaban, vestidos de traje. Ella se quedó quieta.

“Soy yo, Oscar”, gritó el joven, caminando rápidamente hacia su madre biológica. No podía creer lo que veía. El hijo al que había abandonado por su incapacidad para caminar estaba casi corriendo hacia ella.

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“¿ÓSCAR? ¿Eres tú?”, dijo María con la voz entrecortada.

“Sí, mamá. Mira, puedo caminar, correr y pararme. Dejé de usar la silla de ruedas hace muchos años. Mi mamá, Evelyn, me dio una nueva vida”.

“¿¿Evelyn??”.

“Sí, ella era enfermera en el hospital donde me dejaste hace veinte años. Ella me adoptó y me crio. ¿Por qué me dejaste ese día? Prometiste volver por mí, pero nunca lo hiciste. ¿Qué pasó?”.

Los ojos de María se llenaron de lágrimas. Después de abandonar a su hijo, trató de seguir adelante, pero no logró encontrar el amor ni un buen trabajo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Rebuscaba en las calles para ganarse la vida y vivía en un remolque. La enviaron al refugio para personas sin hogar después de que un transeúnte la encontrara enferma e inconsciente junto a su casa rodante.

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“Lamento haberte dejado, hijo”, comenzó María. “Quería que tuvieras una buena vida en algún lugar. No podía cuidar de ti sin medios ni dinero. Mi vida ha sido miserable desde entonces”.

“Años después, un amable transeúnte me dejó aquí. Antes de irme, escribí la dirección del refugio en el reverso de una foto, con la ciega esperanza de que algún día vinieras a buscarme”.

Oscar abrazó a su madre y luego les pidió a sus hombres que empacaran sus pertenencias. “Te perdono por haberme abandonado. Puede que me hayas fallado como madre, pero yo no te fallaré como hijo. ¡Vamos a casa!”.

El hombre llevó a su mamá a la ciudad y le presentó a Evelyn, quien inicialmente estaba furiosa con María. Pero ella perdonó a la mujer después de conocer su historia.

Oscar compró una pequeña casa en el vecindario para su madre biológica para que viviera el resto de su vida bajo su amor y cuidado. Él continuó viviendo con Evelyn y no dejó de llamarla “mamá”, porque ella era su verdadera madre en todos los sentidos de la palabra.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Para el joven médico, Evelyn era más que su madre. “¡Eres la luz de mi vida, y lo que sea que soy hoy es solo gracias a ti!”, él le decía a menudo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Te vuelves más fuerte cuando perdonas a los demás: Aunque la madre biológica de Oscar lo había abandonado por su discapacidad, él la perdonó y se la llevó a casa con él veinte años después.
  • Nunca abandones a tus seres queridos: Puede llegar un día en que necesites su ayuda. Después de abandonar a su hijo, la condición de María nunca mejoró y terminó en un albergue para personas sin hogar.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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