Mujer infértil halla el amor verdadero tras 3 matrimonios infelices, luego se entera de que será madre de 2 - Historia del día
Andrea soportó tres matrimonios horribles hasta que conoció a Johnathan, quien realmente la amaba. Sin embargo, un día la llevó a una extraña cita que se convertiría en la más loca de su vida y la haría madre de dos hijos más tarde.
“Andrea, ¿por qué no está la cena en la mesa?”.
“Andrea, ¿por qué eres tan inútil? ¡Eres una idiota!”.
“¡¡No puedo creer que esté desperdiciando mi vida con una mujer que ni siquiera puede darme hijos!!”.
Andrea cerró los ojos y sacudió la cabeza, tratando de disipar todas esas palabras de su cabeza. Algunas de esas frases habían sido pronunciadas por sus tres exmaridos. Sí, tres. Era una romántica empedernida y honestamente creía que había encontrado el amor cada vez.
Desafortunadamente, Andrea tuvo un accidente cuando era pequeña y los médicos le dijeron que sería imposible que tuviera hijos más adelante.
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Todos sus maridos sabían esto, pero de alguna manera, a medida que se volvían más y más horribles para ella, les gustaba restregárselo en la cara.
Andrea no podía creer que repitiera sus errores al elegir hombres tan horribles. Sin embargo, ella todavía creía en el amor sin importar qué.
Por eso estuvo de acuerdo cuando su madre la juntó con Johnathan, el hijo de un amigo de la familia. No esperaba mucho de la relación, pero esperaba que sus experiencias le hubieran enseñado algo.
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Johnathan era... un milagro. Nunca se había casado porque quería encontrar a la persona adecuada, y congeniaron de inmediato. Sus citas fueron fabulosas y pronto hablaron de ponerse serios.
"Me gustaría que nos mudáramos juntos. Estoy en esto al 100%", le dijo Johnathan después de una hermosa y apasionada noche juntos. "Pero sé que te han lastimado en el pasado, así que iremos a tu ritmo".
Andrea vaciló durante dos segundos. No iba a permitir que los errores del pasado dictaran su futuro. Se sumergió de inmediato en su romance y se mudaron a la casa de Johnathan. Él le propuso matrimonio unos meses después y ella aceptó. Fue entonces cuando intervino su madre.
"¿Estás segura? Sé que yo los presenté, pero van demasiado rápido, cariño. No quiero que te divorcies por cuarta vez", advirtió su madre.
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"Lo sé, mamá. Pero lo siento en mi corazón. No puedo explicarlo. Él es tan diferente de mis otros esposos en todos los sentidos. No puedo dejar que mis fracasos me impidan vivir mi vida, ¿verdad?". Andrea le rogó a su madre que entendiera.
"¿Él sabe que no puedes tener hijos? ¿Él está de acuerdo con eso?", preguntó la mujer mayor.
"Sí, y no le importa. Simplemente, me ama", respondió ella.
La madre no parecía convencida, pero le deseó suerte a su hija y le dijo que siempre estaría ahí para ella si algo sucedía. Entonces, Andrea se casó por cuarta vez y estuvo feliz durante mucho tiempo.
Hasta que Johnathan empezó a desaparecer los sábados. Apagaba su teléfono y volvía horas después. Su única excusa era que había ido al parque a meditar.
El parque local de su ciudad siempre estaba lleno de gente. No era exactamente un lugar tranquilo, así que Andrea no le creía. Pero tampoco tenía motivos para desconfiar de él, y la verdad saldría a la luz pronto.
"¿A dónde vamos?", preguntó Andrea desde el asiento del pasajero.
"Es una sorpresa", dijo Johnathan, sin mirarla.
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"¡Cuéntame, cuéntame!". Rogó ella, actuando con ternura.
"No puedo. Es algo que tengo que mostrarte y algo que he estado considerando durante algunos meses. Bueno, desde que nos casamos y regresamos de nuestra luna de miel", dijo Johnathan enigmáticamente.
Andrea frunció el ceño y trató de hacer más preguntas, pero su esposo negó con la cabeza y se quedó en silencio. Como mujer que había sido despreciada muchas veces por el amor, no sabía qué pensar.
No estaba actuando como sus exmaridos, pero tampoco solía hacerlo. Finalmente, llegaron a una casa grande y Johnathan estacionó en la calle. Salió una mujer mayor, sonriendo a su esposo, lo que confundió aún más a Andrea.
Alcanzaron a la mujer y Johnathan se volvió hacia su esposa. "Andrea, esta es la Sra. Franklin. Ella dirige una casa hogar".
"Es un placer conocerte", dijo Andrea de inmediato, pero las palabras de su esposo le resonaron en la cabeza. "Espera, ¿Casa hogar?".
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Johnathan sonrió y se encogió de hombros tímidamente.
"Es un placer conocerla también, Sra. Andrea. Pasen. Pasen. Ellos los están esperando", dijo la Sra. Franklin, haciéndoles un gesto con la mano para que entraran a la casa.
"¿Quiénes son 'ellos'?", preguntó Andrea. Su esposo mantuvo su sonrisa, pero permaneció callado.
Caminaron por el pasillo hacia la parte de atrás y Andrea vio a los niños y al personal corriendo. Finalmente, llegaron al patio y dos hermosas criaturitas vinieron corriendo hacia su esposo.“¡Johnathan! ¡ Johnathan!”, dijeron al unísono.
Eran gemelos, vestidos con overoles del mismo color y absolutamente adorables. Sus sonrisas tocaron las fibras del corazón de Andrea, y no podía creer lo hermosos que eran.
"Hola, chicos. Quiero que conozcan a una persona muy especial", comenzó Johnathan, señalando a Andrea. "Ella es mi esposa".
Los gemelos se enfocaron en ella y comenzaron a hacer preguntas rápidas. También querían jugar y correr, lo que distrajo a la pareja durante mucho tiempo.
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Eventualmente, llamaron a los niños para almorzar, y Andrea y Johnathan tuvieron tiempo para ellos mismos.
"¿Aquí es donde estabas viniendo todos los sábados?", preguntó, maravillándose de su marido.
"Sí, y no quería decírtelo, cariño, porque pensé que el tema de los niños sería difícil para ti, después de todo lo que me contaste sobre tus horribles ex. He sido voluntario aquí durante muchos años, y hace dos meses, esos gemelos vinieron aquí, y yo”, se detuvo, sacudiendo la cabeza y apretando los labios.
“Sentí lo que sentí cuando te conocí. Fue instantáneo. Lo sabía”.
Los ojos de Andrea comenzaron a lagrimear porque sabía exactamente lo que estaba diciendo.
“Y quería que los conocieras, para preguntarte si considerarías llevarlos a casa. Vamos a criarlos y veremos a dónde va”, sugirió Johnathan, alzando los hombros.
"Vamos a adoptarlos. ¡Ahora! ¡Hagámoslo!", respondió Andrea, asintiendo rápidamente.
"Espera, ¿estás segura? Esto es algo a considerar", se rio, usando sus manos para detener su asentir.
"No, no tengo que pensar más. Sentí ese clic contigo y lo sentí tan pronto como vi a esos gemelos. Hagámoslo", insistió y lo besó.
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Por supuesto, no podían adoptar a los niños de inmediato porque primero tenían que ser padres de crianza, pero cumplieron con todas las formalidades y a su debido tiempo lo hicieron.
Un día, cuando los gemelos tenían 15 años, Andrea se dio cuenta de que, si hubiera dejado que sus miedos le impidieran sumergirse en una nueva relación, no tendría todo esto. Ella se lo habría perdido todo. Se alegró de haber tomado la decisión correcta.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No dejes que los errores de tu pasado dicten tu futuro: Puedes aprender de tus errores, pero no dejes que te asusten de lanzarte a nuevas aventuras, relaciones y todas las experiencias que la vida puede ofrecer.
- Hay muchas maneras de tener una familia: Puedes tener hijos de muchas maneras siempre y cuando trabajes con tu pareja para conseguirlos. Mientras haya amor, la biología no importa.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.