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Deanna y su padre biológico, Gus | Foto: instagram.com/ddshrodes
Deanna y su padre biológico, Gus | Foto: instagram.com/ddshrodes

Mujer encuentra a su papá biológico solo en residencia a 56 años de ser dada en adopción, le da un hogar definitivo

Guadalupe Campos
19 may 2023
11:00

Una mujer dada en adopción cuando era bebé buscaba respuestas. Después de que su madre biológica se negara a nombrar a su padre, tomó cartas en el asunto y acabó encontrándolo 56 años después.

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Las historias de adopción no siempre son blancas o negras. A veces vienen acompañadas de historias profundas que merece la pena explorar.

Para los niños que acaban descubriendo que son adoptados, buscar sus orígenes y encontrar respuestas a sus muchas preguntas es una forma de cerrar el círculo, de saber quiénes son realmente y de dónde vienen.

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Descubrir sus orígenes

Deanna Shrodes sabía que no podría formar una familia sin conocer su propia historia. Buscó a sus padres biológicos hasta que años más tarde, cuando tenía 27 años, dio con su madre.

Al principio, su madre biológica, Sally King, no estaba dispuesta a conocerla. Sin embargo, Deanna estaba decidida y un día se presentó en la puerta de Sally sin avisar.

Deanna y Sally se reencontraron entonces y mantuvieron el contacto durante 20 años, hasta que Sally falleció. A lo largo de los años, Sally apenas mencionó al padre de Deanna; se negó incluso a decirle su nombre.

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Su madre se llevó el nombre de su padre a la tumba

Deanna supo demasiado tarde que su madre padecía cáncer. Murió en 2019, poco después de su diagnóstico, llevándose la identidad del padre de Deanna a la tumba.

Deanna pensó que eso era todo y que nunca conocería a su padre biológico. Sin embargo, recordó una información que su madre le había contado: era griego y vivía en Virginia.

Con la ayuda de sus amigos y algunos voluntarios, creó un grupo en Facebook en el que publicaban actualizaciones sobre su búsqueda. También se inscribió en varios registros de ADN, con la esperanza de que al menos uno la emparejara con su padre.

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Dios susurró el nombre de su padre

Fueron diez largos años de búsqueda. Cuando empezó a perder la esperanza, Deanna acudió a Dios en busca de ayuda. Su fe no la defraudó. Mientras rezaba, cree que Dios le susurró su nombre. Recordó:

"Se lo conté a mi esposo, se lo conté a mi mejor amiga Laura... Les dije: 'Escuchad, chicos, puede que penséis que estoy loca, pero estaba rezando. Dios me habló: Tu padre se llama Gus'".

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Encontró un registro compatible

Al cabo de un tiempo, Deanna encontró por fin un primo compatible en uno de los registros de ADN. Le tendió la mano y su prima le contestó: "Creo que eres la hija de mi tío Gus".

Gus Nicholas vivió toda su vida en Richmond, Virginia. Tenía 92 años, era profesor de bailes de salón jubilado y soltero de toda la vida.

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Deanna estaba preparada para encontrar una tumba, pero para su sorpresa, encontró una persona. Su padre estaba vivo, y ella no podía creerlo.

Esa mañana, Gus se despertó solo. Sólo unas horas después, tenía una hija, un yerno, nietos y bisnietos.

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Se puso en contacto con su padre

Al día siguiente de ponerse en contacto con su primo, llamó a su padre. "Se me salía el corazón del pecho", admite Deanna. "Me preguntaba: '¿Cómo va a ser esto? ¿Me va a aceptar? Va a querer verme?".

Todas sus preocupaciones desaparecieron cuando se dio cuenta de que Gus se alegraba de haber encontrado a su hija. "Ya no estoy solo en el mundo", le dijo emocionado.

Aquella mañana, Gus se despertó solo. Sólo unas horas después, tenía una hija, un yerno, nietos y bisnietos. ¡Tenía una familia!

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Deanna viajó para estar con Gus

Esa misma semana, Deanna viajó a la residencia donde vivía Gus. Había sufrido una caída y lo encontraron tirado en el suelo, por lo que desde entonces se consideró que ya no podía valerse por sí mismo.

Por primera vez, padre e hija compartieron un cálido abrazo en el momento en que se conocieron. Fue un momento especial que nunca olvidarían.

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"Por favor, no me dejes morir aquí. No me dejes morir aquí", suplicó Gus a su hija. Y aunque en ese momento eran desconocidos, Deanna hizo lo impensable: le pidió a su padre que viviera con ella.

Desde Virginia, trasladaron a Gus a Florida, donde la habitación de invitados de Deanna y su familia se convirtió en su dormitorio. Su historia es un testimonio de amor incondicional y perdón.

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Compensar 56 años

Durante el tiempo que Deanna pasó con Gus, no había nada que deseara más que llegar a conocer al padre a quien pudo encontrar 56 años después de su nacimiento. Lo cuidó hasta su muerte en diciembre de 2022.

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Deanna escribió un emotivo mensaje en Facebook tras su muerte, diciendo que "Siempre será el mayor milagro" que ha vivido. Semanas después, afirmó que no pensaba dejar de hablar de su padre. Al fin y al cabo, tardó 56 años en conocerlo.

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