Una mujer sigue a una niña que escapa cada noche del orfanato y la ve ir a una casa abandonada - Historia del día
Alice se queda en un orfanato para vigilar a una niña que, según dicen, se escapa todas las noches. La ve entrar en una casa abandonada y decide averiguar por qué.
Alice trabaja como profesora en un orfanato local. Le encanta su trabajo y le apasiona cuidar de los niños a los que enseña.
Aunque Alice se casó con un marido rico, insistió en seguir trabajando en el orfanato, ya que quería retribuir a su comunidad y hacer obras de caridad en la medida de sus posibilidades.
Alice trataba a todos por igual, excepto a una joven de 15 años llamada Sherry. Ella no era como los demás. Normalmente, a los 15 años, los niños del orfanato ya no pensaban en sus padres. En lugar de eso, intentaban seguir adelante y cuidar de sí mismos de forma independiente.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Sin embargo, Sherry era una niña muy sensible que se encerraba en sí misma y no tenía ningún amigo. Perdió a su madre en un accidente de coche y ese incidente seguía marcándola. Por mucho que Alice intentara romper sus barreras, Sherry no dejaba que nadie se le acercara.
Un día, un guardia de seguridad se acercó a Alice. Era un hombre amable que siempre jugaba con los niños y les daba bocadillos a escondidas.
"Señorita Alice, creo que a Sherry le pasa algo", dijo, lo que la alarmó. "Anoche la vi trepando por la valla. Me pareció extraño, así que le pedí a mi amigo del supermercado de enfrente que compartiera las imágenes de vídeo de esa noche. Resulta que se ha estado escapando todas las noches y volvía un par de horas después".
"Oh, cielos", dijo Alice conmocionada. En su mente se agolpaban tantos pensamientos sobre lo que Sherry podría estar haciendo en plena noche, pero esperaba estar equivocada.
"No quería decírselo a la directora porque todos sabemos cómo castiga el mal comportamiento. Así que te lo digo a ti", explicó el guardia de seguridad.
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"Gracias por confiarme esta información, John. Has hecho lo correcto. De momento voy a vigilar a Sherry a ver si llego al fondo del asunto", contestó Alice.
Esa noche le contó a su esposo lo sucedido. Le dijo que llegaría tarde a casa porque tenía que averiguar qué pasaba con una de las chicas del orfanato. Efectivamente, Sherry se escapó esa noche.
Alice la siguió un par de metros por detrás y la vio entrar en una casa abandonada a un par de manzanas de distancia. Mientras seguía a Sherry al interior, la vio acercarse a una silueta oscura. Era un hombre vestido con ropas harapientas. "¡¿Qué está pasando aquí?!", gritó asustada.
Sherry y el hombre dieron un respingo ante la repentina voz. Al darse cuenta de que era su profesora, la cara de Sherry se volvió de completo horror.
"Señorita Alice, puedo explicárselo. Este es Steve. Es un vagabundo sin nadie a quien acudir. Le llevo comida y a veces ropa de abrigo del orfanato. Por favor, no se lo diga a la directora", suplicó.
Alice le aseguró a Sherry que no tenía problemas y que había venido a averiguar si los tenía o no. Se sentó con la niña y Steve y escuchó su historia.
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"Nos conocimos cerca del orfanato un día que paseaba por el patio trasero. Estaba sentado junto a la valla, pidiendo comida. Le llevé un poco y, un par de minutos después, me dio un ramo de flores recogidas a mano que había cogido cerca de allí", decía.
Desde entonces, Sherry lo visitaba casi todos los días. También paseaban hasta el cementerio cercano, donde estaba enterrada la madre de Sherry. "Tenía demasiado miedo de ir sola, así que me pidió que la acompañara cada vez que visitaba a su madre", explicó Steve.
Alice le preguntó si podía ser ella quien acompañara a Sherry al cementerio esa noche, y la joven asintió. Steve le entregó a Alice el ramo de flores que había elegido aquel día, y los dos se marcharon.
"Yo le llevaba comida a Steve y, a cambio, él me daba un ramo de flores para que lo dejara en la tumba de mi madre", explicó Sherry mientras caminaban hacia el cementerio.
"Cuando murió mi madre, yo sólo tenía seis años. Pero lo que más recuerdo es cómo le gustaba ayudar a los demás. Quiero ser como ella, así que le dejo estas flores para agradecerle que me criara así, aunque el tiempo que pasamos juntas fue corto", continuó.
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Alice se echó a llorar. Sabía que su corazonada sobre Sherry era cierta, que era una buena chica. A partir de ese momento, Sherry empezó a tratar a Alice de forma diferente. Se hicieron amigas y Sherry le contaba su vida a Alice.
Alice quería que Sherry tuviera éxito en la vida, así que utilizó su propio dinero para contratar profesores adicionales para que la joven pudiera entrar en una buena universidad. Finalmente, Sherry consiguió una beca completa para la universidad de sus sueños. Incluso después de salir del orfanato, Alice y ella siguieron unidas.
"Gracias por ser una segunda madre para mí", la abrazó Sherry el día de su graduación universitaria. "Te lo debo todo a ti", añadió.
Alice y su esposo siguieron siendo los mentores de Sherry, que llegó a trabajar en uno de los mejores bufetes de abogados del país. También mantuvieron el contacto con Steve, que fue contratado como guardia de seguridad en el edificio de la empresa del esposo de Alice.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Siempre habrá gente dispuesta a ayudarte. Sherry siempre se sintió sola porque perdió a sus padres de pequeña, así que se encerró en sí misma. No se daba cuenta de que hay gente como Alice dispuesta a ayudarla a salir adelante y a llevar una vida lo más normal posible.
- Ser amable no cuesta nada. Sherry ayudó a Steve porque eso es lo que le enseñó su madre: a ser amable con la gente. Aunque ella no tenía mucho, hizo todo lo posible por ayudar al vagabundo y, a cambio, el vagabundo también le mostró su amabilidad.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.