Hombre pobre encontró un bebé en un contenedor de basura abarrotado - Historia del día

Un hombre pobre encontró una bebé en la basura de la puerta de su trabajo, pero no podía llevárselo a casa porque su mujer odiaba a los niños. Él se escapaba todos los días para ver a la niña, hasta que ella empezó a sospechar y mostró su verdadera cara.

Todos los empleados del hotel hacían sus pausas para fumar cerca de los cubos de basura del edificio. Jeremy no fumaba, pero también iba allí a veces. No había nadie en ese momento, lo cual era perfecto, ya que necesitaba un poco de tranquilidad.

Pero eso no ocurrió porque oyó gemidos procedentes del cubo de basura. Casi tuvo miedo de abrir la tapa, pero descubrió que dentro había un bebé llorando. Era una niña con una curiosa marca de nacimiento en la cara. No puedo creer que alguien haya dejado un bebé aquí, pensó.

Hacía años que Jeremy quería tener un hijo, pero su esposa, Lina, detestaba a los niños. Además, apenas ganaba salario mínimo, lo que no era ideal para criar a un bebé. Así que decidió llevar a la niñita al orfanato local.

"¿Puedo visitarla de vez en cuando?", preguntó a la trabajadora social.

"Sí, eso no debería ser un problema. ¿No puedes acogerla tú?", preguntó ella.

"Por ahora no. Es mejor que encuentre un hogar decente", dijo Jeremy a la trabajadora social. Desde entonces, empezó a visitar a la niña todos los días después del trabajo hasta que Lina empezó a sospechar.

"¡Llevas semanas llegando tarde todos los días! Tu hotel no tiene tanta ocupación. ¡Quiero saber qué está pasando! ¿Me estás engañando?", le gritó Lina.

"No, cariño. Jamás lo haría. Te quiero. Es solo que...". Jeremy dudó en decirle la verdad a Lina. Pero ella debía saberlo. Finalmente, le contó todo lo que había pasado y lo mucho que quería quedarse con la bebé.

"Sabes que no se me dan bien los bebés", dijo Lina.

"Lo sé. Por eso la dejé allí, pero realmente quiero acogerla. La trabajadora social dijo que los padres de acogida reciben dinero para ayudarles con la crianza. Creo que podríamos hacerlo", dijo Jeremy con entusiasmo.

"¿Los padres de acogida reciben dinero? Bueno, eso ayudaría. Hagámoslo", dijo Lina, cambiando repentinamente de opinión.

Jeremy estaba tan contento que no se dio cuenta de las verdaderas intenciones de su mujer. Fueron al orfanato y solicitaron ser los padres adoptivos de la bebé. Cuando les aprobaron, decidieron llamarla Allison.

El hombre trabajó más duro que nunca e hizo horas extras para poder darle más cosas para su hija. Mientras tanto, Lina se quedó en casa con la bebé, pero enseguida se cansó de ser madre.

"¡Ya no puedo más, Jeremy! Pensé que disfrutaríamos de algún dinero extra del Estado, ¡pero criar a esta bebé es tan costoso!", le gritó Lina.

"¡Lina, ese dinero siempre fue para la niña!", dijo Jeremy enfadado.

"¡No me importa! Quiero que se vaya ahora mismo!", continuó gritando ella.

"¡No la abandonaré!", respondió él.

"¡Entonces tú también tienes que irte! Esta casa era de mis padres, ¡así que vete con ella!", le dijo Lina.

Jeremy no necesitó que se lo pidieran dos veces. Recogió sus cosas y a Allison rápidamente. Por desgracia, no tenía adónde ir ni familia que le ayudara.

Por suerte, su jefe lo dejó quedarse en una de las habitaciones baratas del hotel durante algún tiempo. Algunas de las camareras del hotel se turnaban para cuidar de Allison mientras él trabajaba turnos extra para ahorrar suficiente dinero para un apartamento.

Eventualmente se mudó a un pequeño piso de dos habitaciones y crio a Allison lo mejor que pudo. Ella creció estupendamente y empezó a trabajar de adolescente para ayudar.

"¡Papá! He conseguido trabajo en casa de una pareja rica. Los Emerson son dueños de todo en esta ciudad. Tengo que cocinar, limpiar y, básicamente, hacerles compañía", dijo Allison un día. "Es el mejor sueldo de la historia, quiero decir para una recién graduada de 18 años".

"¡Felicidades, Alli! Ahora podremos ahorrar para tu universidad mucho más fácilmente", dijo Jeremy. "Aunque me gustaría poder pagarla yo mismo".

"No te preocupes, papá. Yo también puedo trabajar duro y, algún día, no tendrás que volver a preocuparte por el dinero", le dijo Allison. "También espero ahorrar para quitarme esta marca de nacimiento". A Jeremy siempre le gustó su marca de nacimiento, pero ella la cubría con maquillaje.

Allison se llevaba muy bien con la pareja de ricos. No tenían hijos ni familia cerca, así que adoraban su compañía. Pero un día, se pasó la mano por la cara y se corrió el maquillaje sin querer y los Emerson vieron su marca de nacimiento.

"Oh, Allison. ¿Puedes decirnos algo sobre tu madre?", preguntó la señora Emerson.

"No conocí a mi madre. Mi padre me adoptó y me crio solo", contestó ella. La señora Emerson tenía lágrimas en los ojos mientras su esposo se atragantaba.

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"Allison, hay muchas posibilidades de que seas nuestra nieta", dijo el señor Emerson. Explicó que su hija se había escapado porque no la dejaban ver a su novio. Al final, quedó embarazada y tuvieron una gran pelea por el bebé.

"Creía que no tenían hijos", dijo Allison.

"No tenemos. Nuestra hija, Cora, murió en el hospital. Los médicos dijeron que sufrió una hemorragia después de dar a luz, pero nunca encontraron al bebé. Nos ha invadido la culpa y llevamos dieciocho años buscándolo", sollozó la señora Emerson.

"¿Pero cómo pueden estar seguros de que esa niña era yo?", preguntó Allison.

"Tienes la misma marca de nacimiento que ella", respondió el señor Emerson. Le enseñó una foto de Cora y Allison se echó a llorar.

Con la aprobación de Jeremy, los Emerson se hicieron una prueba de ADN que confirmó que Allison era su nieta. "¿Puedes hacernos un hueco en tu corazón?", le preguntaron sus abuelos tras conocer la verdad.

Allison le dijo a Jeremy: "¡Eres mi único padre! Y quizá, si no le hubieran prohibido a mi madre biológica estar con mi padre biológico, seguiría viva".

"Primero, siempre seré tu padre. Y segundo, ahora tienes unos abuelos que quieren estar en tu vida. No puedo imaginarme el dolor de perder a un hijo, y siempre he lamentado que solo fuéramos nosotros dos. Esto es una bendición", le dijo Jeremy a su hija.

Desde entonces, Allison iba a ver a los Emerson todos los días, pero ya no como empleada. Jeremy cenaba con ellos todos los viernes por la noche y se convirtieron en una familia.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Todo el mundo merece una segunda oportunidad. Los Emerson cometieron un error que les costó su hija y su nieta. Pero el destino les llevó hasta Allison, y ella les dio una segunda oportunidad.
• Un hijo es un gran compromiso y no una oportunidad para conseguir dinero. Lina era una mujer codiciosa que quería explotar el sistema de acogida. Pero Jeremy quería de verdad a su hija de acogida y la alejó de esa situación.

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