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Niña rezando | Foto: Shutterstock
Niña rezando | Foto: Shutterstock

Pastor soltero adopta a niña abandonada: años después, un hombre llega a confesarse y la niña lo llama "papá" - Historia del día

Mayra Pérez
14 oct 2022
19:30

Un pastor soltero acoge a una niña abandonada por su madre en una iglesia en una noche lluviosa. Años después descubre que su padre la había estado buscando todo el tiempo.

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El pastor Elio estaba inquieto. Mientras hojeaba las páginas de la Santa Biblia, se detuvo en un versículo.

“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños. Porque os digo que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre que está en el cielo. Mateo 18:10”.

La noche se oscureció y un estallido atronador resonó en el cielo. El pastor juntó sus manos para orar mientras la lluvia pesada caía con fuerza, liberando a las nubes de su carga.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Poco después, un pequeño sollozo distrajo sus oraciones y se dio la vuelta. Una niña estaba agachada en uno de los pasillos con el rostro surcado por gruesas lágrimas.

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El pastor Elio había dedicado toda su vida a Dios y nunca se había casado. Tampoco había tenido hijos, aunque hubo ocasiones en las que deseó tener una familia.

Él creía en el poder de Dios y aspiraba a dedicar su vida a su servicio. A lo largo de los años, había ayudado a muchas familias a recuperar su fe y las guio en la dirección correcta.

Pero este era el día en que el Dios al que servía lo pondría a prueba. Cuando observó a la niña en el pasillo, se preocupó. No había nadie a su alrededor, y la lluvia caía sin cesar. ¿Quién pudo haber dejado a esa niña en la iglesia?

“Hola cariño, soy el padre Elio”, dijo en voz baja mientras se acercaba a ella. “¿Te gustaría decirme tu nombre? No tengas miedo. Este es el hogar de Dios”.

Después de una breve pausa, la niña respondió. "Mi nombre es Hannah", susurró. “No me gusta cuando llueve”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“A mí tampoco”, respondió el pastor. “Entonces, cuando llueve, cierro los ojos y rezo. ¿Te gustaría intentarlo?”.

“¿No tendré miedo si rezo?”, preguntó la niña. “Los truenos y la lluvia me asustan”.

“Para nada”, dijo el pastor con confianza. “Dios nunca abandona a sus hijos, especialmente a los más pequeños. Él escuchará tus preocupaciones y, te dará consuelo. ¿Lo hacemos?”.

Le ofreció la mano a Hannah para que la sostuviera, y la ayudó a levantarse. Ambos se sentaron en un banco a rezar y poco a poco la niña dejó de llorar.

“Mi mamá me dijo que encontraría un nuevo hogar”, dijo al rato. “¿Voy a vivir aquí?”.

El corazón de Elio comenzó a latir con fuerza. “¿Tu madre te dejó aquí?”.

Hannah asintió. “Mami dijo que no podía tenerme en casa. Me dijo que le pidió a Dios que me encontrara un hogar. ¿Aquí será mi nuevo hogar?”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“¿Y tu papá no estará preocupado?”, preguntó. “A lo mejor podemos llamarlo”.

“Mami me dijo que papá no va a venir. Ella siempre dice la verdad, así que sé que tiene razón”, preguntó, y el corazón del pastor Elio pareció detenerse. Una idea empezó a tomar forma en su mente.

Le prometió a la niña que todo estaría bien. Llamó a la hermana Nancy, que dirigía un hogar de niños, y ella se llevó a la pequeña. También informó a la policía y a Servicios Infantiles.

“Hay pocas posibilidades de que su familia venga. Parece que fue abandonada”, afirmó la trabajadora social. “¿Estás seguro de que quieres acogerla en tu casa?”.

El pastor Elio asintió. “Le dije que todo estaría bien, y es la única forma de cumplir mi promesa”, respondió.

El proceso tomó mucho tiempo para completarse, pero finalmente pudo darle un hogar de acogida a la pequeña Hannah. Aunque pasaba el día con los otros niños del hogar de la hermana Nancy y veía clases con ellos, tenía su propia habitación en casa del pastor.

Pero Hannah no resultó ser una niña fácil. Era realmente problemática y un poco arrogante, y solo temía a la lluvia y los truenos, por lo que su valentía provocaba mil y un inconvenientes.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

“¡No quiero hacer tareas! ¡No quiero entrar a clases!”, les espetaba a los maestros. “¡Quiero jugar! ¡Llamen al padre Elio!”.

Y bueno, el pastor siempre debía intervenir para disipar la tensión. Y aunque la niña era difícil y siempre hacía drama y travesuras, a él le encantaba tenerla cerca.

Sus fuertes gritos llenaban los pasillos de la iglesia y su gran sonrisa y encanto hacía que todos se enamoraran de ella. El pastor solía preguntarse por qué sus padres abandonarían a una niña tan adorable.

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Seis años después, un hombre vino a la iglesia a confesarse. “Querido Señor”, dijo. “Perdóname. Soy un hombre terrible y un padre horrible. Mi niña pequeña... ya no puedo seguir buscándola, Dios”.

“Me siento tan impotente. Mi querida Hannah... no puedo encontrarla. En este momento, te ruego que me perdones, porque estoy a punto de rendirme. Mi corazón sufre y no puedo encontrar consuelo. Te suplico de nuevo que me ayudes. Extraño a mi hija y la necesito. ¡Ayúdame, por favor!”, suplicó llorando.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Cuando se levantó para irse, una hermosa niña de unos 10 años vino corriendo hacia él tan rápido que chocó con su cuerpo. “¡Papá! ¡Viniste a buscarme!”, gritó, y el hombre la abrazó con fuerza.

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“¡Hannah, hija mía! ¡Por fin te encontré! ¡Gracias, Señor! ¡Gracias!”. ¡El hombre no podía dejar de llorar cuando finalmente abrazó a su hija después de tantos años!

“Cariño, ¿cómo estás? Oh, te busqué por todos lados. ¡Te extrañé mucho! ¿Cómo terminaste aquí?”, preguntó el hombre atropelladamente.

“¡Mi mamá me trajo!”, dijo Hannah. “Me dijo que no vendrías por mí y que ya no podía estar con ella. También me dijo que aquí encontraría un nuevo hogar. Desde entonces el padre Elio me cuida.

“¿Tu mamá te dejó aquí sola?”, preguntó el hombre, totalmente desconcertado.

Fue entonces cuando el pastor Elio se acercó a él. “¿Podemos hablar en privado? Hannah. ¿Podrías disculparnos por un rato? Necesitamos conversar algunas cosas”, le pidió con dulzura a la niña.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“¡Está bien, padre Elio!”, respondió, y se fue al jardín para jugar.

El pastor le contó todo al padre biológico de Hannah, Dennis, quien no podía dejar de llorar.

“Busqué a mi hija por todos lados, padre. No le miento. Estaba en un viaje de negocios cuando mi esposa desapareció con un nuevo novio. Me dejó una simple nota de despedida”.

“Traté de encontrar a Hannah, y al final entré aquí al borde de la desesperación para pedirle a Dios que me diera fuerzas. ¡Y estoy tan feliz de haberla encontrado!”, explicó.

El pastor Elio palmeó su hombro. “Todo estará bien. Tienes un largo camino por recorrer. ¡Eres responsable de tu hija de ahora en adelante! ¡Eso es lo que el Señor desea, por eso estás aquí hoy!”.

“Hannah te necesita, así que mantente fuerte. Atesoraré los días en que fui su padre toda mi vida, pero ahora ella es tu responsabilidad”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños jamás deben ser abandonados. Dentro de la difícil situación, Hannah encontró personas que la ayudaron y le brindaron un entorno seguro y amoroso. Pero no todos los niños corren la misma suerte.
  • Nunca pierdas las esperanzas. Cuando Dennis estaba a punto de darse por vencido, finalmente sus oraciones fueron respondidas y pudo encontrar a Hannah, sana y salva.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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