Veterano invita a sus camaradas al Día VE, su hijo aparece vestido de rojo para salir del clóset - Historia del día

Durante una reunión en casa de un veterano el Día V-E, su hijo aparece con un precioso vestido rojo y labios de cereza, conmocionando a todos. Le miran con desprecio y esperan que el padre reaccione de la misma manera, pero sus palabras dejan a todos sorprendidos.

Oliver Finley rebuscó en el cajón de su mesilla de noche y sacó su diario. Hojeando sus páginas, sacó una foto de su interior y sonrió al mirarla.

"Ah, qué tiempos aquellos. Quizá ahora sea el momento adecuado...", se dijo. Luego se sentó en su escritorio, se puso las gafas y empezó a llamar uno por uno a cada uno de sus compañeros.

Oliver y sus amigos llevaban varios años sin verse, y pensó que estaría bien programar una reunión para el próximo día V-E. Ciertamente, tenían muchos recuerdos preciosos como camaradas en el ejército, pero después de eso, cada uno de ellos se había vuelto tan preocupado con sus vidas mundanas que rara vez tenían tiempo para reunirse.

Así que cuando Oliver miró el calendario una mañana y se dio cuenta de que se acercaba el día V-E, decidió organizar una reunión. Afortunadamente, la mayoría de sus amigos le devolvieron las llamadas y le aseguraron de que estarían allí.

Varios días después, cuando llegó el Día V-E, Oliver estaba sentado en el sofá del salón, mirando ansiosamente a la puerta principal. "¿Vendrán? Espero que no olviden lo que prometieron".

Tras perder a su mujer de cáncer tres años atrás, Oliver se había sentido extremadamente solo. Su hijo Tristán había estado a su lado, pero él seguía anhelando compañía. Quizá todos podamos identificarnos con el sentimiento de soledad, aunque no estemos realmente solos.

Aquella tarde, cuando el reloj marcaba las 5:30 y sus amigos no llegaban, el corazón de Oliver se rompió. Habían quedado a las cinco y le preocupaba que no pudieran llegar. Pero poco después sonó el timbre y en el porche estaban sus amigos.

"¡Por fin llegaron!". Oliver saludó a todos con un abrazo. Luego los condujo al interior, les preparó una bebida rápida y se sentaron en el salón, recordando sus buenos tiempos y hablando de los logros de sus hijos.

"Mi hijo acaba de entrar en un máster en la Universidad de Nueva York", dijo Jack, que había sido su jefe de equipo durante toda la batalla. "Estoy muy orgulloso de él. Va a hacerse un nombre muy pronto. Incluso insistió en mudarse, y se las está arreglando solo para todo…".

Oliver sonrió. "Es increíble. Siempre fue un chico diligente. ¿Recuerdas cómo nos enviaba cartas a todos cuando no podíamos estar presentes el día de su cumpleaños? Ah, también era muy considerado...".

"¿Cómo es que vas vestido así? ¿Por qué no le dices algo y le prohíbes hacer eso, Oliver?".

Jack sonrió con orgullo. "Bueno, lo heredó de su padre", dijo, y todos se rieron.

"¿Y tu hijo, Oliver?", preguntó su amigo Anthony. "La última vez que hablamos oí que estaba estudiando Filosofía y Letras. ¿Qué piensa hacer después?".

"¡Oh!", sonrió Oliver. "Mi hijo tiene su manera de hacer las cosas. Le va bastante bien para su edad, y hace poco consiguió un trabajo en una editorial importante, así que sí, ha estado ocupado con eso".

"¡Es maravilloso!", dijo Víctor. "¡Nos encantaría conocerle y felicitarle!".

"¡Claro que sí! Quiere estar cerca de su padre, por eso aún no se ha mudado. Dejen que le llame... ¡Tristán!", dijo Oliver. "¿Puedes venir aquí unos minutos? Quiero que conozcas a algunas personas".

Pero Tristán no respondió. "Lo siento", se disculpó Oliver. "Debe estar ocupado en algo. Ahora vuelvo...". Cuando se levantó de su asiento para dirigirse a la habitación de su hijo, el joven apareció en el salón.

Cuando los amigos de Oliver vieron a Tristán, se quedaron boquiabiertos e intercambiaron miradas furtivas. Para su sorpresa y conmoción, el joven apareció con un precioso traje rojo, labios cereza y un maquillaje impresionante. Ninguno de ellos esperaba que fuera vestido así.

"Me estaba preparando para la fiesta, papá. Mis amigos no tardarán en llegar", dijo.

"Oh, no hay problema. Solo quería presentarte a mis amigos. Servimos juntos en el ejército en los tiempos de la guerra. Todos, conozcan a mi maravilloso hijo", lo presentó. "¡Mi hijo, Tristán!".

Tristán sonrió. "Hola a todos. Encantado de conocerlos. Soy…". Pero antes de que pudiera terminar, los amigos de Oliver empezaron a lanzarle preguntas sexistas.

"¿Cómo es que vas vestido así? ¿Por qué no le dices algo y le prohíbes hacer eso, Oliver?", preguntó Anthony descaradamente.

Los amigos de Oliver tuvieron una reacción muy adversa hacia el chico y esperaban la misma respuesta por parte de su padre, pero este lo defendió.

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"¿Prohibirle? Pero, ¿por qué?", rebatió Oliver.

"Es un chico. ¿Por qué iba a vestirse así? Eso está fuera de la norma…", señaló Jack.

Oliver suspiró y negó con la cabeza. "¿Cuándo empezamos a juzgar a las personas por su apariencia, Jack? ¿De repente mi hijo es una persona diferente para nosotros porque eligió llevar un vestido? No lo creo. Cuando hace poco salió del clóset, en lugar de criticarlo, admiré su honestidad, y creo que eso es lo que se supone que deben hacer los padres", hizo una pausa. "Hoy también es un día especial para mí por otra razón. Los amigos de Tristán celebran su revelación con una fiesta, ¡y creo que mi hijo está fantástico! No sé qué tiene de malo…".

Poco después llegaron los amigos de Tristán y tuvo que marcharse. "Pásalo bien, hijo", le dijo Oliver.

"Tú también, papá. Adiós a todos, y sí, estoy muy orgulloso de tener un padre como mi padre. Espero sinceramente que lleguen a apreciarme por lo que soy en lugar de juzgarme por lo que llevo. En fin, ha sido un placer conocerlos…".

En ese momento, Oliver sonrió, orgulloso de que su hijo defendiera sus decisiones. Y sus amigos se arrepintieron de sus palabras. Destacaron los maravillosos modales y el civismo de Tristán, y la buena educación que su padre le había dado, así como el modo en que se expresaba con sensatez, aunque ellos se habían limitado a criticarle.

"No pasa nada si no están de acuerdo con las decisiones de mi hijo", dijo Oliver mientras volvía a su asiento. "Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a expresarnos. Pero estoy extremadamente orgulloso de mi hijo, y lo quiero…".

"Lo entendemos, Oliver", dijo Jack, dándose cuenta de su error. "Has educado bien a tu hijo. Te pedimos disculpas por cómo nos hemos comportado…".

Oliver les disculpó y pasaron el resto de la velada charlando y pasando un rato agradable juntos. Más tarde, disfrutaron de una deliciosa cena que Oliver y Tristán les habían preparado.

"Debo decir que tu hijo es un cocinero fantástico, Oliver", comentó Víctor mientras tomaba la primera cucharada de las natillas que Tristán les había preparado. "¡El postre es simplemente perfecto! Me ha encantado". Los demás asintieron con la cabeza.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Apoya y respeta las decisiones de tus hijos. Oliver es un padre excelente que apoya y respeta las decisiones de Tristán. Todos los hijos merecen un padre como él.
• Todos tienen derecho a tomar sus propias decisiones. Tristán salió del clóset ante su padre y no ocultó quién quería ser realmente. Hace falta valor para aceptar la realidad, y él hizo lo correcto aceptando su verdadero yo y decidiendo lo mejor para él.

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