logo
página principalHistorias Inspiradoras
Bebé con billetes | Foto: Shutterstock
Bebé con billetes | Foto: Shutterstock

Hombre rechaza la paternidad, cambia de opinión después de que su hijo recibe enorme herencia inesperada - Historia del día

Susana Nunez
15 ago 2023
17:30

Jeremy niega la paternidad del hijo de su exnovia, pero cambia de opinión al enterarse de la herencia millonaria del niño. Ansioso por saldar sus deudas, urde un ingenioso plan, pero las cosas se le escapan de las manos cuando la chica es hospitalizada.

Publicidad

Jeremy estaba frente a la puerta de la casa de su exnovia Andrea. Ella le había invitado a cenar y le había dicho que quería tener una conversación importante. Al abrir, una tímida sonrisa aparece en sus labios.

"Hola. Me alegro de verte. ¿Cómo has estado?".

"Hola, Jeremy. Estoy bien, arreglándomelas. Gracias por venir. Pasa", contestó Andrea, abriéndole paso.

El joven entró y se sorprendió al ver lo que había en la cocina. Un niño pequeño estaba sentado en la sillita junto a la encimera y se reía...

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

"¡Te presento a tu hijo, Ollie!", anunció Andrea, y la cara de Jeremy se puso pálida.

Publicidad

"Mi... ¿Qué?". Dio un paso atrás.

"Mira, sé que es chocante, Jeremy, pero Ollie es nuestro bebé. Me enteré de que estaba embarazada apenas dos semanas después de romper, y ya entonces quería contártelo, pero tenía miedo de cómo reaccionarías. Ya no podía guardármelo para mí... así que, ¡sorpresa!".

"Bueno, quédate con ese bebé; yo me voy. Estoy ahogado en deudas, y no puedo criar a un niño... ¡Al menos no en este momento de mi vida!".

"Piénsalo otra vez, Jeremy", dijo Andrea. "Puedo ir al juzgado. Pero no quiero arrastrar el asunto hasta allí si podemos arreglarlo cordialmente".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Ollie empezó a llorar antes de que Jeremy dijera nada. "Voy a por su chupete y vuelvo enseguida. Quédate aquí".

Publicidad

Andrea desapareció a otra habitación y Jeremy se desplomó en el sofá del salón, incapaz de soportar el fuerte llanto del bebé.

Mientras tanto, Andrea sacó su teléfono y envió un mensaje a su amigo Xavier. "Se lo he contado todo, pero niega la paternidad. Es hora de pasar a la acción".

De repente, el silencio que rodeaba a Jeremy se vio roto por una voz desconocida procedente del contestador automático de casa, que estaba en modo altavoz.

"Señorita Hilton, soy David, su abogado. Tengo buenas noticias. He verificado todos los documentos y, efectivamente, su hijo Ollie ha heredado tres millones de dólares de sus difuntos abuelos. El dinero está dividido en varias cuotas, y el bebé recibirá su primer pago de 200.000 dólares cuando cumpla tres años. Que tenga un buen día".

"Ollie... ¿Un bebé millonario? ¡Dios mío!", exclamó Jeremy mientras se levantaba del sofá y miraba fijamente al niño. Sin saber que la voz del contestador no era la del abogado de Andrea, sino la de Xavier, urdió un plan. Borró el mensaje del contestador y salió de casa sin decir una palabra.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Al día siguiente, volvió a casa de Andrea, pero esta vez, llevaba un ramo de rosas y se disculpó con su ex, prometiéndole que cuidaría de Ollie.

"Lo he pensado mejor y quiero compensarlos a los dos", le dijo a Andrea, dándole las flores. "Empecemos de nuevo... ¡Con NUESTRO bebé!".

"Eh, bueno, yo... no sé qué decir, Jeremy", exclamó Andrea. "Me estaba preparando para ir al juzgado, de verdad".

"Oye, ¿qué tal si pasamos este fin de semana juntos... en el zoo y luego en la playa? ¿Los tres juntos?".

"Oh", Andrea le siguió el juego, sabiendo que Jeremy la había visitado solo por la herencia de Ollie. "Si quieres dar un paso adelante por nuestro hijo, ¿quién soy yo para impedírtelo? Creo que al bebé le encantaría que pasáramos tiempo juntos".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Aquel fin de semana resultó ser realmente mágico. Jeremy señalaba con entusiasmo a los animales y pájaros, y el pequeño Ollie se reía mientras sus diminutos dedos se acercaban a los orangutanes, ciervos y loros que había detrás de las enormes vitrinas.

"Estoy tan contento de haber conocido a mi hijo", le dijo Jeremy a Andrea cuando salieron del zoo. "¡Nunca imaginé que ser padre me traería tanta felicidad!".

"Te quiere, lo noto", sonrió Andrea.

En efecto, a Jeremy le había encantado cada momento que pasaba con Ollie y, una vez en la playa, no podía parar de reírse de los intentos fallidos del niño de construir el castillo de arena.

De repente, Jeremy se dio cuenta de que Andrea había estado demasiado callada, y cuando se dio la vuelta para ver cómo estaba, vio que yacía inconsciente en la arena.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

"¡Oh Dios! ¡Andrea!". Jeremy la llevó corriendo al hospital y esperó ansioso fuera de su sala con Ollie.

"Señor Pines", dijo un médico que se le acercó tiempo después. "Me temo que son malas noticias. Andrea tiene cáncer en estadio 4, y ella ya debe saberlo. El cáncer se ha extendido por todo su cuerpo, y teniendo en cuenta la gravedad de su estado, le queda poco tiempo".

Jeremy, conmocionado por la noticia, fue a ver a Andrea llorando.

"Hola. Estoy bien", le sonrió Andrea desde la cama del hospital. Había hecho las paces con su inminente muerte y no quería que Jeremy se derrumbara.

"¿Por qué no me lo dijiste?", le preguntó él, tomándole la mano. "Afrontaremos esto juntos, ¿de acuerdo? Ollie... crecerá sintiendo tu amor. Siempre sabrá cuánto le quieres".

Tras salir del hospital, Jeremy inició los trámites legales para obtener la custodia de Ollie. Pero un detalle llamó su atención cuando revisaba el papeleo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

"¿El grupo sanguíneo de Ollie no coincide con el mío? ¿Y tampoco con el de Andrea? ¿No es mío?".

Jeremy se estremeció ante la verdad, pero decidió guardársela para sí mismo, ya que no podía renunciar al dinero que recibiría en breve. Dos semanas más tarde, Andrea se marchó a su hogar celestial y tuvo que cuidar solo de Ollie, lo que resultó ser agotador.

Ollie añoraba a Andrea, y sus rabietas y arrebatos eran demasiado para Jeremy. Una mañana, se despertó con el olor del pañal del niño, y al intentar cambiarlo el niño lo orinó.

"¡Esto es asqueroso!". Jeremy casi deja caer al bebé del asco. Lo sentó en la encimera después de cambiarle el pañal y, de alguna manera, se las arregló para darle de comer. Luego lo dejó solo para ir a lavar la ropa. "No te atrevas a moverte de aquí, ¿vale?". Mostró unos ojos grandes al bebé.

Pero cuando Jeremy regresó, su corazón dejó de latir. Ollie se había arrastrado por la encimera y sostenía un paquete vacío de pastillas. Jeremy no recordaba si el paquete había estado vacío antes y corrió al hospital con él.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

El niño de apenas un año fue sometido a un lavado gástrico, y Jeremy respiró aliviado cuando el médico le dijo que Ollie estaba bien.

"Casi me provocas un infarto, pequeño", le dijo Jeremy al niño aquella noche mientras lo arrullaba para que se durmiera. "Nunca me lo perdonaría si te pasara algo".

Después de dormir a Ollie, Jeremy tomó una cerveza de la nevera cuando el timbre de su teléfono le distrajo. Era un representante del banco que informaba que se le acababa el tiempo para pagar sus deudas.

Esa noche, Jeremy buscó al abogado de Andrea en Internet y decidió reunirse con él a primera hora del día siguiente.

***

"Gracias por venir, señor Pines", dijo el abogado, estrechando la mano de Jeremy. "En realidad, me temo que hay un malentendido, señor. No hay indicios de ninguna herencia perteneciente a Ollie".

"¿Qué... pero cómo? Seguro que hay un error", argumentó Jeremy. "Escuché un mensaje de un tal David sobre la herencia de mi hijo. Señor, usted es el único con ese nombre que ejerce la abogacía en esta ciudad".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

"Bueno, he revisado todos los documentos, señor. Y no hay evidencia de ningún legado a nombre de su hijo. Parece que le han engañado".

Jeremy salió furioso del despacho del abogado y condujo hasta su casa. "¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Era este tu plan, Andrea? ¿Para dejarme en ridículo?". Miró al techo.

Jeremy sacó el teléfono y pidió al banco más tiempo para saldar sus deudas. "Pienso hipotecar esta casa y hacer un depósito importante", le dijo al representante del banco.

"Lo entendemos, señor Pines. Pero una semana es todo lo que podemos darle".

"¡Maldita sea!", gritó mientras colgaba. "¡Aunque hipoteque esta maldita casa, no será suficiente! Y estaré atrapado trabajando doble turno durante décadas".

Jeremy tuvo que actuar con rapidez. Sentó a Ollie en la mesa y le dijo: "Vale, amiguito, ya no puedo quedarme contigo, ¿lo entiendes?".

El bebé se quedó mirando a Jeremy. "No, no. Deja de mirarme así", gritó Jeremy. "Tú y yo... tenemos que separarnos. No es como si yo fuera tu papá... Tenemos que encontrar caminos separados. Tenemos que empezar de cero".

Publicidad
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Media hora más tarde, Jeremy se detuvo frente a la casa de acogida. Con un fuerte suspiro, Jeremy hizo acopio de fuerzas y salió del coche, con el pequeño Ollie de la mano.

Los ojos del pequeño brillaban de asombro mientras observaba los alrededores. Estaba emocionado, pensando que era como una de esas excursiones que a veces disfrutaba con su mamá.

Cuando se acercaron a la puerta, Jeremy llamó y miró a Ollie. De repente, el pequeño levantó la vista hacia él, con los ojos llenos de inocencia y amor.

"¡Papá!". El pequeño dijo su primera palabra. En ese instante, algo dentro de Jeremy se derritió... y su corazón se conmovió.

Publicidad

No pudo contener las lágrimas. Abrazó a Ollie con fuerza cuando la puerta se abrió y una mujer mayor los saludó.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

"¡Hola! Imagino por qué están aquí. Por aquí, por favor... la recepción está por allí. Síganme", dijo.

En ese frágil momento, un silencio sepulcral flotó en el aire durante diez segundos. Finalmente, Jeremy dijo: "¿Sabe qué? Parece que nos hemos equivocado de dirección. Que tengan un buen día".

Con su hijito en brazos, Jeremy dio media vuelta y se dirigió a su coche. Pasarían muchos años antes de que descubriera que el pequeño Ollie era su hijo biológico y agradeció haber escuchado el llamado de la sangre.

Publicidad

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares