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Tres hombres mayores sentados en un banco junto al mar | Fuente: Shutterstock
Tres hombres mayores sentados en un banco junto al mar | Fuente: Shutterstock

4 amigos prometen reunirse en 40 años, 3 hombres aparecen y encuentran una nota que dice: "No voy a ir" - Historia del día

Guadalupe Campos
03 jul 2024
23:15

A cuatro mejores amigos les rompió el corazón separarse tras graduarse en el instituto. Así que se prometieron que, pasara lo que pasara, volverían a encontrarse en el mismo lugar al cabo de 40 años. Pero el día del esperado reencuentro, uno de sus amigos no apareció y decidieron averiguar por qué.

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En la playa de Santa Mónica, mientras se ponía el sol, cuatro amigos, Ben, Todd, Willie y Karl, se enfrentaban a la realidad de su separación tras la graduación en el instituto. El momento era agridulce, pues recordaban el baile de graduación y los buenos momentos, pero una nube se cernía sobre sus cabezas: su futuro les llevaba a nuevos lugares.

Karl reveló que se marchaba a España, Ben se iba a la universidad en Nueva York, Todd planeaba mudarse a México y sólo Willie se quedaba en Los Ángeles. Willie sugirió entonces que anotaran sus direcciones para mantenerse en contacto.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Pero mantenerse en contacto no parecía suficiente. También propuso: "¿Qué tal si nos reunimos aquí todos los años en la playa de Santa Mónica... en este banco?".

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Karl frunció los labios: "¿Hablas en serio? No creo que funcione... Probablemente no pueda permitirme un billete de avión de España a Los Ángeles todos los años".

Ben también expresó su incertidumbre, mencionando sus imprevisibles planes de viaje con sus padres.

Al darse cuenta de que las reuniones anuales eran poco prácticas, Willie propuso un plan a más largo plazo. "De acuerdo, la vida se nos va a complicar y no podremos reunirnos a menudo. Estoy de acuerdo. Pero ¿y si juramos reunirnos dentro de 40 años aquí y el mismo día... el 11 de junio de 2017? ¡Seguro que podemos hacerlo! ¿Qué te parece?

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Al principio, la idea parecía absurda. Ben bromeó: "¿Es broma, no? ¿Quieres que nos encontremos después de cuarenta años... después de toda una vida de experiencias y aventuras? Por favor, ¡dime que era una broma!".

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Karl cuestionó la elección de Willie de 40 años, dudando de que para entonces siquiera recordaran esa fecha. Pero a pesar de las risas y el escepticismo iniciales, los chicos acabaron aceptando la propuesta de su amigo.

"Chicos, no lo olviden. Hemos quedado aquí el 11 de junio de 2017, a las 5 en punto de la tarde". les recordó Willie.

La idea de reunirse les alegró el corazón, pues tenían algo que esperar en el vasto e incierto horizonte del futuro. Cuando los amigos se separaron, se abrazaron con fuerza y lloraron, sintiendo el peso de su separación.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Pasaron cuarenta años, y los amigos estaban ocupados con sus propias vidas en distintos rincones del mundo. Willie había fundado una empresa informática en Silicon Valley. Todd se retiró de la navegación y se hizo cargo de la tienda de cebos de su difunto padre en México. Mientras tanto, Ben era uno de los abogados más aclamados de Nueva York. Todos estaban casados y tenían hijos y nietos.

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Se mantuvieron en contacto y se vieron de vez en cuando, pero el paradero de Karl se convirtió en un misterio. Sus respuestas a las cartas y, con el tiempo, a los mensajes de texto y los correos electrónicos cesaron, dejando al resto perplejos.

"¿Está bien Karl? preguntó Ben a Willie durante una llamada, expresando su preocupación por el silencio de Karl. Willie compartió sus infructuosos intentos de reunirse con Karl en París y España, sospechando que su amigo podría estar evitándolo.

A medida que se acercaba la fecha de la tan esperada reunión, los intentos de Willie por ponerse en contacto con Karl se encontraron con buzones de voz y llamadas sin respuesta. Los correos electrónicos seguían sin contestación. Sin embargo, todos seguían esperando que Karl apareciera.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Por fin llegó el gran día, y Willie estaba de pie en la playa de Santa Mónica, contemplando los rayos dorados del sol poniente que atravesaban las nubes teñidas de naranja. Le recordaba la tarde de hacía cuarenta años, cuando se separaron en esa misma playa.

Mientras esperaba a que llegaran sus amigos, su mente no podía evitar preocuparse por Karl, la pieza que faltaba en su amistad. Mientras estaba en el colegio, Karl era el más curioso de los cuatro y solía ser el primero en todas sus reuniones.

Pero aquel día, le pareció raro que Karl no estuviera ya allí delante. ¿Qué te ha pasado, amigo? ¿No vienes? ¿Has olvidado la promesa que hicimos hace cuarenta años?, se preocupó Willie.

Ben y Todd llegaron, y el trío se abrazó alegremente y se dio palmaditas en la espalda. Pero la ausencia de Karl se hizo sentir vivamente. "¿Dónde está Karl? ¿Alguien más lo llamó?" preguntó Ben. Willie volvió a intentar llamar a Karl, pero fue en vano. Decidieron esperar unos minutos más.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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Mientras paseaban por la playa, compartiendo recuerdos y risas, la ausencia de su cuarto amigo empezó a ensombrecer su alegría.

Así que, con el corazón roto, Ben, Todd y Willie se dirigieron a su lugar favorito de la playa: el viejo banco de madera donde habían prometido reunirse. Justo entonces, la mirada de Ben se desvió hacia algo en el banco.

"Chicos, ¿qué es eso?", alertó a los otros dos, señalando lo que parecía una nota clavada en el reposabrazos del banco de madera. Al examinarla más de cerca, confirmaron que se trataba de una nota. Decía:

"Todd, Ben, Willie, soy yo, Karl. He perdido todos sus números de teléfono y direcciones, así que no he podido ponerme en contacto con ustedes. Lo siento. He hecho que alguien les entregue este mensaje. Espero que estén bien y sean felices. Siento que no pudiéramos reencontrarnos tras tantos años, pero sepan que los quiero más que a nada. Esto puede decepcionarlos, chicos. No voy a ir. Pero les deseo buena suerte y espero que lo pasen muy bien en la playa. No me esperen. No iré. Los quiero, amigos. - Con cariño, Karl".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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Todos se miraron con expresiones igualmente confusas. Willie habló primero: "Aquí hay algo que no cuadra... Si Karl quería ponerse en contacto con nosotros, ¿por qué iba a dejar una nota? ¿Por qué no nos llamó a ninguno de nosotros?".

Ben y Todd también estaban preocupados y especulaban con la posibilidad de que ocurriera algo grave. Willie sugirió visitar a Andrew, el sobrino de Karl, que era el único pariente que le quedaba a su amigo en Los Ángeles.

***

En casa de Andrew, se sorprendieron al saber que era él quien había dejado la nota en la playa en nombre de Karl. "Mi tío me dio esta nota cuando lo visité el verano pasado. Me dijo que la clavara en aquel banco de la playa de Santa Mónica el 11 de junio de 2017, sin falta", explicó Andrew.

Willie se preguntó si podrían tener su dirección en España, y los demás hablaron de que les preocupaba que su amigo más entusiasta no pudiera venir a reunirse con ellos. Incluso les habían dicho que Karl había creado una empresa millonaria y que probablemente estaba demasiado ocupado dirigiéndola.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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De repente, Andrew se echó a reír. "El tío Karl no tiene dinero ni para un billete de avión a Los Ángeles... ¿Cómo puede permitirse una empresa millonaria? Buen chiste!"

La revelación les preocupó aún más, y convencieron a Andrew para que compartiera la dirección de su tío en España. Ben, Willie y Todd despejaron sus agendas y reservaron billetes de avión, preguntándose qué encontrarían al otro lado del charco.

Al llegar a España, se dirigieron inmediatamente a la casa de Karl, sólo para encontrarla cerrada y aparentemente abandonada. Decidido, Willie abrió el camino trepando por la verja, seguido por Ben y Todd. Les costó un poco debido a su edad, pero lo consiguieron y llamaron a la puerta, llamando a su amigo.

Cuando Karl abrió la puerta, los amigos se sorprendieron al verle con aspecto frágil, mayor y dependiente de una muleta. Aun así, le abrazaron con fuerza, olvidando momentáneamente sus preocupaciones y su agotamiento.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Una vez dentro de la modesta casa de su amigo, los demás no pudieron ignorar sus malas condiciones de vida y su estado físico. Le presionaron en busca de respuestas: "Karl, ¿qué te ha pasado, amigo? ¿Por qué utilizas una muleta? ¿Y por qué nos mentiste diciendo que eras rico?".

Karl agachó la cabeza. "¡No sé qué me ha pasado! Creo que éste es mi destino... Creo que esto es lo que Dios planeó para mí", dijo entre lágrimas.

Relató su periplo tras mudarse a España. Sus padres murieron en un accidente de coche en Estados Unidos, así que no tenía dinero para la universidad. Empezó a trabajar como albañil para ahorrar para sus estudios, pero su novia lo dejó después de que él se cayó en una obra y se hizo daño en la columna.

Agachando la cabeza, Karl admitió que se inventaba historias de éxito para evitar su compasión.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Willie reaccionó primero. "¡Eres tan ESTÚPIDO, Karl! ¿Cómo se te ocurre pensar que nos burlaríamos de ti? Los amigos no están para eso, tonto. Te habríamos ayudado!", dijo, indignado.

"¿Nunca tuviste ganas de contárnoslo todo? Si lo hubieras hecho, tu vida habría sido completamente distinta, imbécil... Te odiamos por esto, Karl... Te odiamos en serio!" afirmó Ben, tapándose la boca para disimular su rabia.

A pesar de su rabia, Willie, Ben y Todd sabían que no podían dejarle así. Así que urdieron inmediatamente un plan para transformar la vida de Karl.

"¡Haz las maletas y prepárate, amigo! Nos vamos a Los Ángeles dentro de cuatro días!" anunció Willie, mientras Ben y Todd se ponían en pie para ayudarle a hacer las maletas. Karl lloró abiertamente ante la oferta y su fácil perdón.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡Y luego a México! Estaba buscando un buen socio para que me ayudara en mi tienda de cebos... ¡Así que después te vienes conmigo!". añadió Todd, sonriendo ampliamente.

Los amigos también planeaban financiar la operación de Karl en Los Ángeles para ayudarle a recuperar la movilidad. "¡Chicos, no me lo puedo creer! ¿Lo dicen en serio?" preguntó Karl mientras se le saltaban las lágrimas.

"¿Para qué están los amigos, hombre? ¡Una promesa hecha una vez es una promesa que se mantendrá toda la vida! Vamos... ¡Es hora de volver a la vida que dejamos atrás en la playa hace 40 años!", declaró Willie mientras compartían un fuerte abrazo de grupo.

"Ahora que todo está arreglado, ¿qué tal si primero nos mimamos con un poco de vino y un pequeño tour por España antes de volar a casa?!" sugirió Ben, aligerando el ambiente.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Karl aceptó ser su guía turístico, y durante los días siguientes exploraron juntos la pequeña ciudad española que Karl llamaba hogar, contándose historias nostálgicas y disfrutando de su mutua compañía.

Pero Willie les detuvo justo antes de embarcar en el avión con destino a Los Ángeles. "Deberíamos reunirnos cada 11 de junio en Santa Mónica, en el mismo banco, hasta que Dios nos reclame, ¿de acuerdo?", propuso. "Y pase lo que pase, no más secretos entre nosotros... y no más mentiras, ¿de acuerdo?".

"¡Lo prometemos!", juraron todos, uniendo sus brazos en un abrazo, demostrando que la amistad no tiene fecha de caducidad.

Dinos lo que piensas y comparte esta historia con tus amigos. Puede que les inspire y les alegre el día.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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