Mi obsesionada hermana programó su boda el mismo día que la mía, así que fingí estar embarazada para poner a prueba sus límites - Historia del día

Mi hermana Sophie siempre copiaba todo lo que yo hacía, desde mis aficiones hasta mi carrera universitaria. La gota que colmó el vaso fue cuando eligió la misma fecha de boda que yo. Decidí que había llegado el momento de desenmascarar a Sophie y mostrar a todo el mundo la verdad sobre su obsesión.

Ethan y yo estábamos preparando la cena con mis padres, mi hermana pequeña Sophie y su prometido, Mark. La cocina estaba caliente y llena del reconfortante aroma del pollo asado y las patatas asadas.

Ethan estaba ocupado haciendo puré con las patatas mientras yo preparaba la ensalada. Era una escena familiar, pero se me hacía un nudo en el estómago. Me había preparado para esta velada, sabiendo que sería difícil por culpa de Sophie.

Sophie y yo habíamos sido muy unidas desde la infancia. Vestíamos igual, nos gustaban las mismas cosas y compartíamos aficiones y amigos. Algunos familiares incluso bromeaban diciendo que éramos gemelas.

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Pero a medida que crecíamos, la relación se hizo más extraña. Yo empecé a hacer mis propios amigos y a desarrollar mis propios intereses, pero Sophie seguía copiando todo lo que yo hacía. Literalmente todo.

Incluso se matriculó en la misma universidad y eligió la misma carrera que yo. No podía quitarme la sensación de que me estaba robando la vida y la identidad.

Cuando conocí a Ethan, las cosas no hicieron más que empeorar. Un mes después, Sophie empezó a salir con Mark. Cuando Ethan y yo nos fuimos a vivir juntos, ella y Mark hicieron lo mismo.

Mamá seguía diciéndome que era sólo una coincidencia, pero cuando Mark le propuso matrimonio a Sophie dos semanas después de que Ethan me lo propusiera a mí, me di cuenta de que no era sólo una coincidencia. Aunque me molestaba, decidí no darle mucha importancia.

Por fin llegaron mis padres, y poco después aparecieron Sophie y Mark. Nos sentamos todos en el comedor, con la mesa puesta con nuestros mejores platos y cubiertos.

La conversación empezó con unas breves puestas al día sobre la vida de cada uno. Papá habló de su último proyecto en el trabajo y mamá contó una anécdota divertida sobre el perro del vecino. Noté que Sophie estaba inusualmente callada, pero intenté centrarme en lo positivo.

"Hayley, ¿eligieron Ethan y tú la fecha de la boda?", preguntó mamá, con los ojos brillantes de emoción.

Cogí la mano de Ethan e intercambié una mirada con él. "Sí, el 10 de abril", dije, intentando sonar alegre.

"Es una fecha maravillosa; las bodas de primavera son siempre las más bonitas", dijo mamá con una cálida sonrisa.

"A nosotros también nos lo parece. Nos tomamos nuestro tiempo para elegirla. Además, es el día de nuestra primera cita, así que pensamos que sería simbólico", añadió Ethan, dándome un apretón tranquilizador en la mano.

"¡No lo van a creer!", exclamó de repente Sophie, haciendo que me tensara. "¡Mark y yo también elegimos el 10 de abril para nuestra boda!".

Sentí una oleada de frustración. "No, no pueden hacer eso. Ésa es nuestra fecha, y nosotros la elegimos primero", dije, intentando mantener la calma.

"¿Cómo sabes que fueron los primeros?", preguntó Sophie, con tono desafiante.

"Porque te conozco, Sophie. Estoy segura de que ni siquiera eligieron una fecha hasta que yo lo hice. Sólo quieres que tu boda sea el mismo día", respondí, alzando la voz.

"Eso es sólo una suposición tuya. No tiene nada que ver con la realidad", respondió Sophie, cruzándose de brazos.

"Por supuesto", murmuré en voz baja.

"El mundo no gira a tu alrededor, Hayley", espetó Sophie.

"Parece que tu mundo gira en torno a mí", repliqué, sintiendo que me desbordaba la ira.

"Chicas, dejen de pelear", dijo mamá, con cara de preocupación. "Tom, di algo", se volvió hacia papá, que había permanecido callado todo el tiempo.

Papá suspiró. "¿Qué puedo decir? Ya no son niñas", dijo encogiéndose de hombros.

"Mamá, sabes que eligió esa fecha sólo para copiarme", insistí, con la voz temblorosa por la frustración.

"Hayley, en realidad no sabemos cuándo eligieron su fecha. Ustedes dos siempre han sido muy parecidas, así que podría ser sólo una coincidencia", dijo mamá, intentando calmar las cosas.

"Sí, claro", murmuré, sintiéndome derrotada. Me di cuenta de que nadie me creería.

Durante el resto de la velada, apenas hablé. La tensión en el ambiente era densa y me sentía como si caminara sobre cáscaras de huevo. Ethan se dio cuenta de mi estado de ánimo y siguió cogiéndome la mano, lo que me tranquilizó un poco.

Me apretaba la mano suavemente y me lanzaba miradas tranquilizadoras, intentando que me sintiera mejor.

Cuando todos se fueron y Ethan cerró la puerta, suspiré con fuerza, sintiendo que el peso de la noche se disipaba ligeramente. Ethan se acercó y me abrazó con fuerza.

"¿Quieres escaparte a una isla y casarte allí?", preguntó Ethan, con los ojos llenos de bondad.

Una sonrisa apareció en mi rostro. "Eso suena bien", dije. "¿Al menos crees que lo hace a propósito?".

Ethan asintió. "Por supuesto. Es bastante evidente. Siempre intenta copiarte".

"Gracias", dije, sintiendo alivio. "Eres el mejor".

Besé suavemente a Ethan, sintiéndome agradecida por su apoyo. Su presencia siempre mejoraba las cosas, incluso cuando todo parecía tan frustrante.

Después de aquella noche, Sophie no dejó de enviarme mensajes sobre la boda. Quería saberlo todo: los colores que había elegido, el lugar, el pastel. Me volvía loca.

No sólo me había robado la fecha, sino que ahora quería copiar toda mi boda. Cada nuevo mensaje me frustraba más.

Cuando me pidió que le enviara fotos del vestido que quería, busqué los diseños más feos que pude y se los envié. Al menos era algo.

Esperaba que eligiera uno de aquellos vestidos horribles y quedara ridícula. Pero sabía que eso no impediría que intentara copiar todo lo demás.

Un día estaba en el salón nupcial, probándome mi verdadero vestido de novia. Era precioso, como siempre había imaginado. Me estaba admirando en el espejo cuando vi a Sophie entrar en el salón. Se me encogió el corazón. "¿Cómo me ha encontrado?", pensé.

"¡Hayley! ¡Tú también has elegido este salón!", exclamó Sophie, con la voz llena de sorpresa. "No me lo puedo creer. Somos tan parecidas".

"Sí", contesté, intentando ocultar mi fastidio.

Miró el vestido que me estaba probando y enarcó una ceja. "Este no se parece en nada a los que me enviaste".

"Cambié de opinión", dije, y entonces se me ocurrió una idea para demostrar a todo el mundo que Sophie me estaba copiando. "Tuve que cambiar de opinión porque estoy embarazada".

Los ojos de Sophie se abrieron de par en par. "Oh... ¡Enhorabuena!", dijo, intentando parecer sincera. "Me alegro por ti y por Ethan. Mark y yo también estamos pensando en tener un bebé".

Sabía que no era verdad. Mark me había dicho una vez que no quería tener hijos durante unos años porque quería centrarse en su carrera. Pero Sophie siempre intentaba superarme. "Espero que todo te salga bien", dije, manteniendo un tono cortés.

Sophie sonrió, pero pude ver los engranajes girando en su cabeza. "Gracias, Hayley. Ya veremos cómo va".

Después, Sophie habló con la asesora y vi que señalaba mi vestido. Pero esta vez sentí una pequeña victoria. Quizá así demostraría por fin a todo el mundo hasta dónde estaba dispuesta a llegar para copiarme.

Cuando llegué a casa, le conté a Ethan que me había encontrado con Sophie en la peluquería y que le había mentido sobre el embarazo. A Ethan no le entusiasmó la idea, pero dijo que me apoyaría. "Entiendo por qué lo hiciste, pero mentir puede complicar las cosas", dijo.

"Lo sé, pero me sentía acorralada", respondí, sintiéndome un poco culpable.

Ethan suspiró. "Por cierto, Mark reservó para su boda el mismo lugar que elegimos nosotros. Es frustrante".

Gemí. "Claro que sí. Parece que no pueden dejarnos en paz".

Dos semanas después, recibí un mensaje de Sophie. Era una foto de una prueba de embarazo positiva con un texto que decía que nuestros hijos serían como hermanos. No me lo podía creer.

Sophie estaba dispuesta a quedarse embarazada sólo para ser como yo. La felicité, pero pensaba contarle la verdad a todo el mundo en una cena familiar la semana siguiente.

Un minuto después, Sophie envió otro mensaje: "No se lo digas a nadie todavía, ni siquiera Mark lo sabe".

Yo simplemente respondí: "De acuerdo". Era extraño, porque Sophie siempre quería presumir de todo lo que me copiaba. Le encantaban la atención y los elogios. Algo no encajaba, pero decidí esperar a ver qué hacía a continuación.

Por fin llegó la noche de la cena familiar. Ethan y yo fuimos los primeros en llegar. Nada más entrar, mamá nos saludó con una cálida sonrisa y enseguida empezó a preguntarnos por los preparativos de la boda.

"¿Cómo van las cosas con la boda, Hayley?", preguntó con los ojos llenos de emoción.

"Ya casi hemos terminado con los planes", respondí, intentando parecer entusiasmada.

Ethan asintió. "Sí, sólo quedan algunos detalles por arreglar".

Unos minutos después llegaron Sophie y Mark. Se reunieron con nosotros en el salón. Sophie miró a su alrededor y luego se centró en mí, como si intentara calibrar mi estado de ánimo.

Papá estaba fuera, terminando los filetes en la parrilla, así que aún no nos habíamos sentado a comer.

Sophie se sentó a mi lado con una sonrisa socarrona y dijo: "Hayley, ¿le has contado ya a mamá lo de tu embarazo?".

Los ojos de mamá se abrieron de par en par, sorprendida. "¿Estás embarazada? ¡Eso es maravilloso!", exclamó.

"No, no. No es exactamente así", dije rápidamente. "Me hice una prueba, pero resultó ser un falso positivo".

Mamá asintió, su rostro se suavizó. "Ah, eso pasa. Pero tienes toda tu vida de casada por delante".

"Sí", contesté, forzando una sonrisa.

"Entonces, ¿no estás embarazada?", preguntó Sophie, que parecía molesta.

"No, como ya he dicho, la prueba dio un falso positivo", respondí, intentando ocultar mi satisfacción.

"¡No me lo puedo creer!", gritó Sophie, llamando la atención de todos.

"Cariño, ¿qué pasa?", preguntó mamá, con cara de preocupación.

"Nada", dijo Sophie frunciendo el ceño.

Sintiendo la tensión, me levanté para ir a la cocina y servirme un poco de agua. Al moverme, derribé sin querer el bolso de Sophie, que era igual que el mío. "Oh, lo siento", dije, agachándome para recogerlo.

Me di cuenta de que se había caído algo y estiré la mano para cogerlo, pero Mark fue más rápido. Fue entonces cuando vi que era una foto de una ecografía.

"¿Qué es esto?", gritó Mark, con la cara enrojecida.

"Es nuestro bebé. Estoy embarazada", dijo Sophie, intentando parecer tranquila.

"Eso es imposible", dijo Mark, negando con la cabeza.

"¿Por qué?", preguntó Sophie, confusa.

"Porque hace unas semanas me hicieron unas pruebas y me dijeron que soy estéril", respondió Mark, con la voz temblorosa de rabia.

"¡¿Y cuándo pensabas decírmelo?!", gritó Sophie.

"¡Será mejor que me digas de quién es el bebé!", gritó Mark, con la voz resonando en la habitación.

"¿Y eso qué importa?", dijo Sophie, alzando la voz.

"¡Importa porque pienso casarme contigo!", le gritó Mark.

"¡Es tu antiguo vecino!", soltó Sophie. Sabía que Sophie había salido con el vecino de Mark antes que con él, pero no podía creer que hubiera estado engañando a Mark.

Todos nos quedamos estupefactos. Mark tiró en silencio la foto de la ecografía y salió de casa.

"¡De todas formas, nunca te he querido!", gritó Sophie tras él, con la voz entrecortada.

"¿Entonces por qué ibas a casarte con él?", preguntó mamá, con voz tranquila pero severa.

"Porque él... porque él...", balbuceó Sophie.

"Porque Mark es arquitecto, como Ethan, ¿verdad?", pregunté, sintiendo una mezcla de rabia y lástima.

"¿Tú qué sabes? Todo esto ha ocurrido por tu culpa y por tu falso embarazo", me gritó Sophie.

"No, Sophie. Tus acciones te llevaron a esto", dije con firmeza.

"¡Y qué!", gritó y corrió al baño, dando un portazo.

"¿Me crees ahora que engañaba a todo el mundo para ser como yo?", le pregunté a mamá, sintiéndome agotada.

"Sí, pero creo que fue demasiado lejos al mentir sobre el embarazo", contestó mamá, con voz suave.

"Ella mintió toda su vida, yo mentí una vez para desenmascararla", dije. Mamá no dijo nada, sabiendo que yo tenía razón.

Ethan y yo nos casamos el 10 de abril, como habíamos planeado. El día era precioso, lleno de sol y alegría. Nuestros familiares y amigos se reunieron para celebrarlo con nosotros, y todo salió a la perfección.

Sophie, mientras tanto, empezó a salir con Colin, el antiguo vecino de Mark. Al principio fue sorprendente, pero pronto quedó claro que era realmente feliz.

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Por primera vez en su vida, Sophie parecía vivir como quería, sin copiar a nadie. Parecía relajada y contenta, con una verdadera sonrisa en la cara. Verla feliz me hizo sentir aliviada, y esperaba que siguiera encontrando su propio camino.

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