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Una niña y un Papá Noel sonriendo | Fuente: Midjourney
Una niña y un Papá Noel sonriendo | Fuente: Midjourney

Una mamá llora por la pregunta de su hija sobre Santa Claus, que su difunto esposo hacía todos los años, hasta que de repente aparece Santa – Historia del día

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03 dic 2024
04:15

Lora sigue llorando a su marido, y su fiesta favorita, la Navidad, sólo le recuerda a él. Lora aún no sabe cómo decirle a su hija, Kira, que su padre no volverá por Navidad. Pero justo cuando encuentra el valor para decir la verdad, aparece Santa Claus para salvar la Navidad.

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Lora paseaba por el bullicioso centro comercial, el caos festivo que la rodeaba contrastaba fuertemente con el sombrío peso de su corazón. Los compradores charlaban y reían, con sus carritos repletos de tesoros navideños.

Luces centelleantes se alineaban en todos los escaparates, reflejándose en los brillantes adornos y proyectando un cálido resplandor.

Por los altavoces sonaban villancicos familiares, cuyas alegres melodías casi se entrometían en su melancolía.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sandra caminaba a su lado, sosteniendo adornos y charlando animadamente.

"¡Oh, Lora, mira éste!", dijo, cogiendo un delicado adorno de cristal con forma de copo de nieve. Atrapó la luz, brillando como si estuviera espolvoreado de escarcha.

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Lora esbozó una leve sonrisa y asintió. "Es precioso", murmuró, pero su mirada se desvió hacia una estantería de figuritas de Papá Noel que había cerca.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Todas tenían la misma expresión alegre, y sus trajes rojos y barbas blancas eran un doloroso recuerdo de John. Una oleada de tristeza la invadió y apartó la mirada, fingiendo estudiar otra cosa.

Sandra se dio cuenta del cambio de actitud de su amiga. Devolvió el adorno a la estantería y tocó suavemente el brazo de Lora.

"Has estado callada toda la tarde. ¿Estás bien?".

Lora suspiró, con los hombros caídos.

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Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"Es que... esta época del año siempre fue muy especial para John. Le encantaba la Navidad, Sandra. Todos los años se disfrazaba de Santa Claus para Kira.

Ella se emocionaba tanto al verlo, bajaba corriendo las escaleras para cogerlo junto al árbol. Hacía que fuera mágico para ella. Pero este año...".

Se le quebró la voz e hizo una pausa para tranquilizarse.

"Este año no está aquí. Kira sigue preguntando cuándo vendrá papá, y no tengo valor para decírselo".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Sandra apretó el brazo de Lora para tranquilizarla. "¿Todavía no se lo has dicho?".

"No". Lora negó con la cabeza, con la voz temblorosa.

"Sólo tiene seis años, Sandra. Le he dicho que John está trabajando lejos. Sé que está mal, pero es que... no puedo arruinarle la infancia. No este año".

Sandra frunció el ceño, pensativa, con una expresión mezcla de comprensión y preocupación.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"Lo entiendo, Lora. De verdad que lo entiendo. Pero sabes que algún día tendrá que enterarse. No puedes ocultarle la verdad para siempre".

"Lo sé", susurró Lora, con los ojos llenos de lágrimas que luchó por contener.

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"Pero no estas Navidades. Sólo quiero que sea feliz. Aunque sólo sea un ratito".

Sandra rodeó los hombros de Lora con un brazo y la abrazó suavemente.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"Eres más fuerte de lo que crees, ¿sabes? Y no estás sola en esto. Estamos aquí para ti".

Lora asintió y sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa de agradecimiento.

"Gracias, Sandra. No sé qué haría sin ti".

Por un momento, el peso de su pecho se sintió un poco más ligero, pero el dolor por John persistía, más agudo que nunca sobre el telón de fondo de la alegría navideña.

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Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

De vuelta en casa, el acogedor aroma de las agujas de pino llenaba el salón, mezclándose con el tenue aroma de las galletas que se cocían en el horno.

Lora y Kira trabajaban codo con codo, desempaquetando cuidadosamente la caja de adornos navideños que llevaban guardados desde el año pasado.

El árbol, recién elegido y erguido en un rincón, parecía brillar a la cálida luz de la habitación.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"¡Mamá, mira éste!" chilló Kira, levantando un pequeño adorno pintado con forma de muñeco de nieve. "Es mi favorito".

Lora rio suavemente, cogió el adorno y le dio a Kira un gancho.

"Has elegido el sitio perfecto para ponerlo", dijo, observando cómo su hija se ponía de puntillas para alcanzar una rama.

Kira soltó una risita mientras el adorno colgaba torcido en la parte inferior del árbol.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Volvió corriendo a la caja, cogió un puñado de adornos brillantes y los lanzó hacia Lora.

"¡Date prisa, mamá! Tenemos que dejarlo precioso para Santa".

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A Lora le dolió el corazón ante la inocente excitación de Kira. Sonrió y se arrodilló junto a su hija, ayudándola a ordenar los adornos.

"Ya es precioso, cariño. Pero tienes razón. Santa Claus se merece nuestro mejor esfuerzo".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Kira giró sobre sí misma, tarareando villancicos y mandoneando a su madre como un pequeño capataz.

"¡Mami, pon el rojo ahí! No, ¡más arriba! Y el brillante al lado!".

Por fin, Kira sacó la brillante estrella dorada del fondo de la caja. La levantó triunfante.

"¡Ahora, mamá, la estrella! Ponla encima!".

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Lora cogió la estrella y se subió a un taburete para colocarla en la rama más alta. Cuando bajó, se volvió hacia Kira.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"¿Qué te parece? ¿Es perfecta?".

Kira dio un paso atrás, con las manos en las caderas, mientras estudiaba el árbol.

Sus ojos brillaron y declaró: "¡Es casi perfecto! Pero Santa Claus lo mejorará cuando venga".

Lora se quedó paralizada, con las manos apretadas frente a ella. La calidez que había sentido momentos antes fue sustituida por una aguda punzada de tristeza.

"Cariño, sobre Santa...", empezó vacilante.

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Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"¡Estoy deseando verlo!", interrumpió Kira, rebosante de entusiasmo.

"¡Siempre se come las galletas que hago y siempre lo pillo por la escalera! Vendrá, ¿verdad, mamá?".

Lora se mordió el labio, su sonrisa vaciló. Se arrodilló y apartó un rizo suelto de la frente de Kira.

"Ya veremos, cielo", dijo en voz baja, con voz temblorosa.

"Ahora, añadamos los bastones de caramelo".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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¿Cómo iba a explicar que John, su marido, el Papá Noel de Kira, no vendría este año?

Lora suspiró y se levantó, forzando una sonrisa mientras se reunía con Kira junto al árbol. Por ahora, decidió, se aferraría a este momento de felicidad, aunque fuera agridulce.

La Nochebuena llegó con una magia silenciosa que llenaba la casa. Las cuerdas de luces proyectaban un suave resplandor dorado por el salón, que se reflejaba en los adornos del árbol de Navidad.

El aire estaba perfumado con el aroma de las galletas recién horneadas, que Kira colocó cuidadosamente en un plato festivo.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Lo colocó en la chimenea, junto a un vaso de leche, con el rostro radiante de expectación.

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"Ahora esperamos", susurró Kira, rebosante de entusiasmo, mientras cogía su manta favorita y se escabullía detrás de la escalera. Era su lugar favorito para espiar a Santa Claus.

Lora se apartó, observando a su hija con una mezcla de amor y culpa. La absoluta convicción de Kira de que Santa vendría hizo que a Lora le costara tragar el nudo que tenía en la garganta.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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¿Cómo podía romperle el corazón a su hija diciéndole la verdad? Se alisó las manos en el jersey y se acercó, arrodillándose junto a Kira.

"Kira, cariño -empezó Lora suavemente, con voz cuidadosa-. "Quizá Santa venga más tarde. ¿Por qué no te vas a la cama y dejas que te sorprenda por la mañana?".

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"¡No, mamá!" protestó Kira, arrugando la carita con determinación. "Siempre le veo cuando viene. Tiene que venir".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Lora sintió que su determinación flaqueaba y que las lágrimas le escocían los ojos. Ya no podía evitarlo. Cogió con delicadeza la mano de Kira entre las suyas, la suya temblando ligeramente.

"Kira -comenzó de nuevo, con la voz cargada de emoción-, tengo que contarte algo sobre Santa Claus y papá...".

Pero antes de que las palabras pudieran salir de su boca, el débil sonido de unos pasos llenó la habitación. Lora se quedó helada, con la respiración entrecortada.

Allí, una figura vestida con un traje rojo se arrodilló, cogiendo una galleta.

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Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"¡Santa Claus!", chilló Kira, saltando de su escondite y arrojándose a sus brazos. "¡Has venido!".

El hombre del traje de rojo se rió a carcajadas, con la barriga temblorosa. "¡Oh, me has pillado otra vez, pequeña! Ho ho ho!", dijo, con una voz rica y cálida.

Lora se quedó mirando, con el corazón latiéndole con fuerza, cuando Sandra apareció en la puerta disfrazada de elfa, con la cara iluminada por una sonrisa traviesa.

Lora se quedó sin aliento al darse cuenta. Era Rick, su hermano, el marido de Sandra, que hacía de Santa Claus.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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La risa de Kira resonó en el salón, llenando el espacio de una alegría que Lora no había oído en toda su vida.

Kira tiró de la manga roja de Santa, rebosante de entusiasmo.

"¿Te han gustado las galletas? He ayudado a mamá a hacerlas", dijo orgullosa.

Santa, Rick disfrazado, soltó una risita cariñosa y asintió con la cabeza.

"¡Son las mejores galletas que he comido en todo el año! Debes de ser toda una pastelera, pequeña -dijo, con su voz grave que imitaba a la perfección al alegre personaje.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"¿Y te has portado bien este año?".

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"¡Oh, sí! La mejor!", exclamó Kira, asintiendo enérgicamente. Rebotó sobre las puntas de los pies, con los ojos muy abiertos, llenos de asombro.

"Santa Claus, ¿has visto nuestro árbol? ¿No es el más bonito?".

"Es el árbol más bonito que he visto nunca", respondió, inclinándose con un brillo en los ojos.

Lora se quedó a unos metros, inmóvil. Su corazón se hinchó de gratitud y emoción al ver cómo se desarrollaba la escena.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Las lágrimas amenazaban con derramarse cuando Sandra se acercó a ella y le puso una mano suave en el hombro.

"No te preocupes", susurró Sandra, con voz suave pero tranquilizadora. "Es Rick. Pensamos que Kira no necesitaba la verdad este año... todavía no".

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Lora se volvió hacia su amiga, con la vista nublada por las lágrimas. "Gracias", consiguió decir, con la voz quebrada.

"Gracias por esto".

Sandra le dio un apretón reconfortante.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"Lora, no estás sola. Puede que John se haya ido, pero seguimos aquí. Nos tienes a nosotras. Siempre estaremos aquí para ti, sobre todo cuando más nos necesites".

En ese momento, Kira corrió hacia su madre, con las mejillas sonrojadas por la emoción. "¡Mamá! Santa ha dicho que mi árbol es el mejor que ha visto!".

Lora se arrodilló y abrazó a su hija.

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Besó la frente de Kira. "Lo es", susurró.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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"Y tú eres la mejor niña que Santa Claus podría visitar".

A medida que avanzaba la noche, Sandra y Rick se quedaron compartiendo cacao caliente e historias junto al árbol. Por primera vez en meses, Lora sintió un atisbo de paz.

El dolor de la ausencia de John persistía, pero el amor que la rodeaba embotaba los bordes de su dolor.

Se dio cuenta de que Sandra tenía razón. Llegaría un día en que Kira necesitaría saber la verdad, pero esta noche no era ese día. Esta noche, la magia de la Navidad permanecía intacta.

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Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Cuando Sandra y Rick se marcharon por fin, Lora abrazó a su amiga con fuerza. "Nunca olvidaré esto", dijo suavemente.

"Gracias por recordarme que no estoy sola".

Sandra sonrió cálidamente. "Para eso está la familia".

Más tarde, cuando Lora metió a Kira en la cama, sostuvo la mano de su hija un poco más, viéndola sumirse en un sueño tranquilo.

El dolor de la pérdida seguía ahí, pero también el amor, duradero y abundante. Pensó que la Navidad consistía en momentos como éste.

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Este artículo está inspirado en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrito por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes tienen únicamente fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si quieres compartir tu historia, envíanosla a info@amomama.com.

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