Un encuentro casual en un aeropuerto da lugar a un audaz pacto: Encontrarse en un año sin datos de contacto, pero nada sale como estaba previsto - Historia del día
Un encuentro fortuito en un aeropuerto lleva a Ellie y Ryan a hacer un pacto audaz: encontrarse en el mismo lugar un año después, sin intercambiar información de contacto. Para ella, es un momento de cuento del destino, pero sus amigos creen que es un desastre a punto de ocurrir. ¿Las volverá a unir el destino o las separará?
Ellie suspiró y dejó la maleta en el suelo cuando el anuncio resonó en el aeropuerto: "Atención, pasajeros del vuelo 267 con destino a Florencia.
Su vuelo se ha retrasado dos horas. Disculpen las molestias".
"Perfecto", murmuró, pasándose el equipaje de mano al otro hombro. Buscó un asiento vacío en la abarrotada sala y sus ojos se posaron en un lugar junto a la ventanilla.
Mientras maniobraba entre el caos, dobló una esquina demasiado deprisa y chocó con alguien.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"¡Guau!", exclamó una voz cuando su bolsa resbaló, esparciendo por el suelo revistas, tentempiés y su diario de viaje.
"Oh, no, ¡lo siento mucho!". Ellie se agachó inmediatamente y el calor le subió a las mejillas mientras se esforzaba por recoger sus cosas.
"Deja que te ayude", dijo el hombre, que ya estaba recogiendo su diario.
Ellie levantó la vista y se encontró con la mirada amable de un hombre alto, de pelo castaño desordenado y sonrisa fácil.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Su camisa estaba ligeramente arrugada y su mochila parecía haber pasado por tantos viajes como ella.
"Gracias. Te juro que no siempre soy tan torpe".
Le entregó el diario con una leve risita.
"No te preocupes. Los aeropuertos parecen sacar lo mejor y lo peor de todos nosotros".
Ellie se rio nerviosamente y se sentó a su lado. "Por cierto, soy Ellie".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Ryan", respondió él, ofreciéndole un apretón de manos que le resultó extrañamente familiar y cálido.
El anuncio que sonaba de fondo pareció desvanecerse cuando empezaron a hablar.
Ellie explicó que llevaba años soñando con visitar Florencia y que por fin iba a participar en un programa de un año para estudiar arte y sumergirse en la cultura italiana.
Se le iluminó la cara al hablar de las calles empedradas, las obras maestras del Renacimiento y el helado que pensaba saborear.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Arte, historia y comida, todo en el mismo sitio", dijo suspirando. "¿Qué más puedo pedir?".
Ryan se echó hacia atrás, intrigado.
"Suena increíble. Voy a Berlín por trabajo, pero también estaré allí todo el año. Es uno de esos lugares que lo tienen todo: historia, cultura, vida nocturna".
Ellie sonrió. "Ahora estoy celosa. Berlín también está en mi lista".
"Parece que los dos tenemos buenos planes", dijo Ryan, sonriendo.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Su conversación fluyó sin esfuerzo, pasando de consejos de viaje a libros y películas favoritos, e intercambiando anécdotas vitales.
El humor seco de Ryan contrastaba perfectamente con la animada pasión de Ellie y, antes de que se dieran cuenta, habían pasado dos horas.
Cuando por fin llamaron al vuelo de Ellie, su entusiasmo se atenuó por primera vez. Dudó, con los dedos apretados alrededor de la correa de su bolso.
"Puede parecer una locura, pero... ¿y si volvemos a vernos aquí, en el mismo sitio, dentro de un año?".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"¿Un año?", preguntó Ryan, con una ceja levantada en señal de curiosidad.
"Tú te vas de viaje un año, yo también", dijo ella, con palabras rápidas y esperanzadas. "Sin números de teléfono, sin información de contacto. Sólo ver si aparecemos".
Ryan la estudió un momento antes de recuperar la sonrisa, esta vez más amplia. "De acuerdo. Mismo lugar, misma hora, dentro de un año".
Mientras Ellie embarcaba en su vuelo, lo miró por última vez. Él seguía allí, observándola con aquella sonrisa fácil.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
El corazón le dio un vuelco. No se trataba de una mera coincidencia: parecía sacado de una película, y se moría de ganas de ver cómo se desarrollaba la historia.
Había pasado un año y la vida de Ellie se había transformado de un modo que no había imaginado.
Florence le había dado nuevos amigos, nuevas experiencias y una confianza en sí misma que nunca pensó que tendría.
Pero a pesar de todo, un pensamiento permanecía constante: Ryan. La posibilidad de su reencuentro había vivido en su mente durante todo el año.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Ahora, de pie en la bulliciosa terminal del aeropuerto, Ellie miraba el tablón de salidas y se le hundía el estómago. Las palabras "RETRASADO: 8 HORAS" parecían una broma cruel.
"Esto no puede estar pasando", murmuró, aferrando el billete mientras se paseaba de un lado a otro.
"Ellie, cálmate", le dijo tranquilizadora Sarah, su compañera de viaje. "Ya ha pasado un año. ¿Sabes siquiera si aparecerá? A lo mejor se ha olvidado".
Ellie dejó de pasearse y se volvió hacia Sarah con una mezcla de pánico y desafío.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Estará allí. Sé que estará. Y ahora va a pensar que no me importó lo suficiente como para aparecer".
Sarah suspiró, apoyándose en el reposabrazos de una silla cercana.
"Mira, no intercambiaron números ni ninguna forma de ponerse en contacto. Por lo que sabes, podría haber sido sólo una idea divertida para él, un momento pasajero".
"No fue sólo una idea", dijo Ellie con firmeza, aunque su voz tembló ligeramente. "Parecía real. Sé que parece una locura, pero así fue".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
A medida que pasaban las horas, Ellie no podía deshacerse de la imagen de Ryan sentado en el salón, consultando el reloj y echando un vistazo a la entrada, preguntándose por qué no había llegado. ¿Y si ya había perdido su oportunidad?
Ellie irrumpió en la sala del aeropuerto, con la maleta tambaleándose a sus espaldas mientras escrutaba frenéticamente la habitación.
El corazón le latía con fuerza en el pecho y sus ojos iban de una cara a otra, esperando -rezando- ver la figura familiar de Ryan.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Pero no estaba allí. De repente, sintió que alguien le tocaba el hombro. Se dio la vuelta y vio a una mujer mayor cerca.
"Perdona, ¿necesitas ayuda?", dijo la mujer, preocupada.
"¡Hola! ¿Has visto antes a un hombre por aquí? ¿Alto, pelo castaño, algo... muy guapo?".
La mujer sonrió amablemente, ladeando la cabeza como si recordara algo. "Oh, sí, querida. Estuvo aquí durante horas, sentado justo allí", dijo, señalando un asiento junto a la ventana.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Parecía que estaba esperando a alguien. El pobre se marchó no hace mucho. Parecía decepcionado".
A Ellie se le cayó el estómago. Le temblaron las piernas y se hundió en la silla más cercana, con la cabeza entre las manos.
"Le he echado de menos", susurró, con la voz entrecortada.
Sarah, que la seguía en silencio, se agachó a su lado.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Ellie, lo siento mucho", le dijo, poniéndole una mano reconfortante en el hombro. "Sé lo mucho que esperabas esto".
Las lágrimas corrieron por las mejillas de Ellie mientras respiraba hondo y temblorosamente.
"Estaba aquí, Sarah. Esperó. Y yo no...". Sus palabras se interrumpieron, pero sus pensamientos eran fuertes y claros. ¿Y si ésta era su única oportunidad?
Mientras se enjugaba las lágrimas, algo le llamó la atención: un papelito doblado, encajado entre los cojines del asiento donde Ryan había estado sentado.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Le temblaron las manos cuando lo recogió y lo desdobló.
La letra era inconfundiblemente la de él.
"Ellie, he esperado todo lo que he podido. Siento que nos hayamos perdido. Si estás leyendo esto, aquí tienes mi dirección. Me encantaría verte.
Ryan".
A Ellie se le cortó la respiración. Apretó la nota contra su pecho, con el corazón desbocado. "Sarah -dijo, su voz rebosaba ahora determinación-, necesito un taxi. Ahora mismo".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Ellie se quedó helada frente a la modesta casa de ladrillo, apretando la nota con fuerza en la mano.
El aire del atardecer era fresco y su aliento era visible a la tenue luz de la lámpara del porche. Miró el césped pulcramente recortado y las macetas que enmarcaban los escalones; la normalidad de todo aquello contrastaba fuertemente con el caos que se arremolinaba en su interior.
Respiró hondo y llamó con los nudillos, rozando la madera con suavidad al principio y luego con más firmeza. El corazón le latía con fuerza en el pecho.
¿Y si ni siquiera era la casa adecuada? ¿Y si había leído demasiado en la nota? ¿Y si...?
La puerta se abrió con un chirrido, dejando ver a un hombre. Pero no era Ryan. Era mayor, con el pelo canoso y una expresión de desconcierto. "¿Puedo ayudarte?", preguntó, con un tono amable pero cauteloso.
Ellie sintió que se le caía el estómago. "Lo siento", tartamudeó. "Debo de haberme equivocado de dirección".
Antes de que pudiera darse la vuelta para marcharse, el hombre la llamó por encima del hombro. "Ryan, alguien viene a buscarte".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Se le cortó la respiración al oír pasos que se acercaban desde el interior. Unos instantes después, Ryan apareció en la puerta, con los ojos abiertos de sorpresa al clavarse en los de ella.
"¿Ellie?". Su voz era una mezcla de incredulidad y alegría.
Sus lágrimas se derramaron mientras asentía con la cabeza. "Lo siento mucho", dijo, con la voz temblorosa. "Mi vuelo se retrasó y pensé que te había perdido, y...".
Antes de que pudiera terminar, Ryan se adelantó y la estrechó en un cálido abrazo. El aroma de su colonia, la sensación de solidez de su abrazo... todo le resultaba tan familiar y, a la vez, nuevo.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Se rio suavemente y el sonido la hizo vibrar.
"Ahora estás aquí", dijo con voz suave. "Eso es lo único que importa".
Ellie se rio entre lágrimas, secándose la cara mientras retrocedía un poco.
"Esto es ridículo. Podríamos habernos intercambiado los números como la gente normal".
Ryan sonrió, con los ojos arrugados en las comisuras. "¿Qué tiene eso de divertido? Ahora tenemos una historia que contar".
Ellie no pudo evitar sonreír. "Bueno. Pero aún me debes ese café".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Señaló hacia la casa. "Entra. Vamos a arreglarlo".
Cuando entraron en el acogedor salón, Ellie percibió la cálida luz, las estanterías que cubrían las paredes y el tenue aroma a té recién hecho.
Era exactamente el tipo de lugar que había imaginado que Ryan llamaría hogar.
"Siéntate", dijo, señalando el sofá. "Prepararé algo caliente para los dos".
Ellie se sentó, con las manos jugueteando nerviosamente con el dobladillo del abrigo.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Cuando Ryan volvió con dos tazas humeantes, le dio una y se sentó a su lado, con la rodilla rozando la suya.
"Así que...", dijo rompiendo el silencio. "Un año entero y aquí estamos. ¿De verdad creías que no aparecería?".
Ellie bebió un sorbo de té, y el calor se extendió por su cuerpo.
"¿De verdad? No sabía qué pensar. Pero tenía esperanzas. Seguía repitiendo nuestra conversación en mi cabeza, preguntándome si era tan real para ti como lo era para mí".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
"Lo fue", dijo Ryan con firmeza. "Cada parte".
Entablaron una conversación fácil, como la que habían mantenido en el aeropuerto hacía un año.
Hablaron de todo: de su estancia en Florencia, de las aventuras de él en Berlín, de los altibajos y de todo lo demás.
Cuando el reloj marcó la medianoche, Ellie se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado. "Probablemente debería volver", dijo de mala gana, dejando la taza vacía sobre la mesa.
Ryan se levantó, con expresión suave pero decidida. "O podrías quedarte un poco más", dijo. "Tenemos que ponernos al día".
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Ellie sonrió, con el corazón hinchado. "Me encantaría".
A medida que la noche se alargaba, Ellie se dio cuenta de que, a veces, el destino no consistía sólo en grandes gestos o en una sincronización perfecta.
Se trataba de aparecer -incluso cuando todo parecía estar en tu contra- y descubrir que la conexión que habías estado esperando merecía cada retraso.
Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney
Dinos lo que piensas de esta historia y compártela con tus amigos. Puede que les inspire y les alegre el día.
Si te ha gustado esta historia, te encantará esta: Margaret, una solitaria mujer de carrera, espera ansiosa la llegada de Colin, un hombre que conoció por Internet. Pero horas antes de que llegue, una llamada de una amiga la lleva a un cementerio cercano. Allí se horroriza al ver una foto de Colin en la tumba de otro hombre. ¿Es Colin realmente quien dice ser? Lee la historia completa aquí .
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.