Le decían "niño conejo" por sus dientes. Ahora luce irreconocible con su nueva sonrisa
El acoso escolar es un problema serio en nuestra sociedad moderna, y con las redes sociales, escapar de él es casi imposible. Pero Evan ya no tendrá que seguir sufriendo en manos de sus pares en su adolescencia.
Según reporta Newsner, el acoso es una lacra social que afecta a todos los niveles de la sociedad, desde la escuela y el trabajo hasta la familia y las calles.
Lograr ponerle fin es una prioridad de la sociedad moderna. Y hacerlo por completo requerirá lento y difícil trabajo reconstruyendo las bases que nos unen.
Pero para Evan Hill, de Nueva Zelanda, esperar tanto para ponerle fin a su propio infierno personal era imposible.
El chico tuvo una difícil infancia plagada de burlas, bromas y malos ratos, debido al gran tamaño de sus dientes incisivos, que le ganaron el mote de "el niño conejo".
Imagen tomada de: YouTube/NewsHub
Evan experimentó un acoso sin tregua durante toda su infancia, además de tener que lidiar con secuelas físicas por el tamaño de sus dientes.
No podía cerrar la boca del todo, y los padres de Evan no tenían el dinero para costear la cirugía que le permitiría tener una vida normal.
Sin embargo, todo cambió luego de que un periódico local reportó la historia de Evan. Muchísimos lectores manifestaron interés por el pequeño y sus dificultades, sintiéndose conmovidos por su situación.
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La respuesta de ciudadanos de Christchurch fue abrumadora, a través de miles de cartas expresando su apoyo. Con el pasar de los años y a medida que el reportaje fue replicado en otros medios, la historia de Evan se extendió al resto de su natal Nueva Zelanda.
Evan y su especial dentadura eran finalmente una sensación.
Todos deseaban poder hacer algo por el pequeño. Finalmente se organizó una campaña de recaudación de fondos para beneficiar al chico en 2011. La meta era lograr cubrir los costos de las varias intervenciones quirúrgicas que necesitaba.
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"No sé lo que hubiésemos hecho sin esto", dijo la madre de Evan sobre la recaudación de fondos.
A cinco años del primer reportaje sobre Evan en un pequeño periódico local, finalmente llegó el gran día.
Cientos de desconocidos pusieron su granito de arena para contribuir con la causa. El dinero fue recolectado exclusivamente por medio de donaciones privadas, de la buena voluntad de personas comunes y corrientes.
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La generosidad del público fue tanta que incluso sobró dinero, y la familia decidió donarlo a un fondo que ayuda a otros niños provenientes de familias humildes a costear cirugías dentales.
Hoy en día, Evan puede por primera vez en su vida sonreír sin sentir un ápice de pena. El antes y el después son simplemente impresionantes.
No debemos permitir que nadie sea juzgado o acosado por su apariencia a nuestro alrededor, pero también es cierto que incluso poniendo de nuestra parte, siempre habrá quien opte por hacer daño a otros de esta manera.
Pero para Evan, eso ya es cosa del pasado. Su nueva dentadura luce genial, y además, ha eliminado sus complicaciones de salud.
Otro ejemplo más de cómo, al unir nuestras mejores intenciones, podemos lograr grandes cosas que cambian vidas.