Niño fue tratado insistentemente por sinusitis. Cuando los médicos vieron su error, ya era muy tarde
Marquel Brumley era un niño promedio de 13 años con un don especial para hacer sonreír a la gente. Era un alumno de octavo grado y un estudiante muy recto.
Marquel podía encontrarse en una banda tocando la trompeta o en el campo jugando al fútbol. Conocido por su humor y esfuerzo académico, el niño de 13 años debería haber estado en casa bromeando con su familia o estudiando en la escuela a principios de marzo.
En cambio, podía ser encontrado en el hospital, que trágicamente fue donde ocurrió su muerte prematura. Marquel estaba experimentando síntomas de resfriado y dolores de cabeza en febrero.
Según reportó Liftable, visitó una clínica de atención urgente donde se le diagnosticó una infección. Los médicos explicaron que era viral, por lo que Marquel pronto se sentiría mejor a medida que la infección viral avanzara y mejorara sin ningún tratamiento especial.
Esta explicación parecía razonable, especialmente durante la temporada fría de invierno, pero fue un grave error al evaluar la salud del niño. Marquel sí tenía una infección, pero solo se descubrió de qué tipo y gravedad cuando ya era demasiado tarde.
En lugar de ver una mejora, su salud continuó disminuyendo. Las migrañas debilitantes llevaron a Marquel a la sala de emergencias en numerosas ocasiones.
El lado izquierdo de su cara se hinchó hasta el punto de que no podía mover los músculos faciales de ese lado. Era hora de otro viaje al hospital, pero esta vez un médico ordenó una resonancia magnética.
Marquel había estado sufriendo de una infección sinusal. La infección se había vuelto tan severa que se movía a través de sus huesos hasta su cerebro.
La infección cerebral provocó la formación de coágulos sanguíneos que pusieron al niño en peligro de accidente cerebrovascular. Ese riesgo se hizo realidad cuando Marquel tuvo múltiples convulsiones.
Durante la cirugía cerebral, los médicos pudieron controlar la infección, pero la presión resultante de los coágulos de sangre condujo a la falta de oxígeno, y el niño de 13 años terminó en coma.
Su familia tuvo tiempo de despedirse antes de que Marquel falleciera el 11 de marzo.
Siete vidas se salvaron gracias a las donaciones de órganos de Marquel, y mientras la familia crea conciencia sobre los riesgos potenciales de las infecciones sinusales, es posible que se puedan salvar más vidas después de escuchar la historia desgarradora de Marquel.