En 1937 una niña de 1 año fue encontrada en un cerro con las manos atadas. Estaba lista para morir
Una pequeña bebé fue encontrada en una colina con las manos atadas, lista para morir. Después de ocho décadas, se conoció la verdad de su historia.
Anthea Ring fue encontrada en el verano de 1937 abandonada en una colina, con las manos atadas y sin rastro de sus padres, informó Upsocl.
Arthur y Margaret caminaban por una colina junto a sus dos hijas, Elizabeth y Jane. En medio del inteso sol de aquel día la mujer se detuvo y dijo: "hay un bebé ahí".
La familia se apresuró a buscar entre los arbustos y encontraron una pequeña bebé rubia de no más de un año. Ellos decidieron dar aviso a las autoridades y posteriormente adoptaron a la pequeña. Su vida transcurrió con total normalidad como si fuera otra hija biológica de la pareja.
Sin embargo, a los nueve años un vecino le contó que era adoptada. Por la edad de la niña, la explicación que recibió sobre su situación fue limitada.
Al cumplir 15 años, se fue de su casa y conoció a su esposo, Francis, con quien tuvo dos hijos. Además se graduó como enfermera.
En una visita a sus padres, ellos decidieron que era el momento de confesarle la verdad a Anthea. Esa noticia la dejó totalmente impactada.
En 1944 ella se unió a Norcap, un grupo que ayuda a los hijos adoptados a encontrar a sus familias de origen. Lo primero que supieron es que Anthea no era de la localidad, porque el lugar era pequeño y el secreto no podría haberse mantenido oculto por tantos años.
Con el tiempo se fueron develando los detalles. Ella estuvo hospitalizada por 6 meses. Después de hacerse una prueba de ADN se comprobó que tenía un 92% de origen irlandés y tenía primos en Estados Unidos.
Ellos coperaron y en el 2016, la genetista Julia Bell estudió el caso y concluyó que sus padres se apellidaban Coyne y O'Donell.
Al final descubrieron que Lena O'Donell, una de las siete hijas de un hombre llamado John O'Donell, era la madre de Anthea.
Ella descubrió que su madre se había casado en Irlanda en 1945 y había tenido 4 hijos más. Uno de ellos se hizo una prueba de ADN y en 2017 se confirmó que era su medio hermano.
Ella supo que había nacido el 20 de noviembre de 1936 y su verdadero nombre era Mary Veronica. Su madre estuvo en organizaciones benéficas para madres solteras con Anthea en brazos. Luego despareció y no se supo más de ella hasta 1939, por una boleta electoral.
Según Bell, la madre de la niña no la abandonó. Ella intentó luchar por su hija, pero en aquel tiempo las madres dejaban a sus pequeños al cuidado de otras mujeres.
Infortunadamente, muchas de esas mujeres vendian a los pequeños a otras parejas. Es probable que su cuidadora intentara venderla cerca de Worthing, pero algo no salió bien.
Respecto a su padre, fue difícil establecer la identidad porque los posibles candidatos habían fallecido hace años. Al final, con una prueba de ADN practicada con la saliva de un sobre de carta, logró establecerse la identidad del hombre, Patrick Coney.
Tras 80 años, Anthea encontró toda la historia de su origen. Hoy disfruta de la cercanía con la familia de su padre.
“No sabemos si Patrick supo que yo existía. Él nunca se casó y una vez mencionó que fue porque le gustaba su independencia”.