Fuertes lluvias azotaron a California la semana pasada. Ahora meteorólogos advierten que empeorará
La tormenta llegó a la costa central de California y avanzó tanto hacia el sur, a la región de Los Ángeles, como hacia el norte, a la Bahía de San Francisco.
Según informó Debate, la primera fase de una preocupante tormenta procedente del Pacífico no causó graves problemas en California, pero los meteorólogos advirtieron que lo peor está por venir
Esta previsión causó gran inquietud entre autoridades y residentes. El pasado miércoles, algunas zonas del sur de California registraron lluvias récord que provocaron la evacuación de miles de personas.
Esto se hizo debido a la posibilidad de inundaciones con escombros y deslaves en zonas arrasadas hace unos meses por los incendios.
A pesar de que ninguna de las inundaciones fue tan terrible como se temía, los meteorólogos advirtieron que, ante el repunte de las precipitaciones el pasado jueves, esto es todavía una posibilidad muy elevada.
Joe Sirard, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología, manifestó lo siguiente:
Estamos muy preocupados. Esperamos que este no sea un escenario de alerta falsa en el que la gente no cree lo que estamos diciendo.
La tormenta llegó a la costa central de California y avanzó tanto hacia el sur, a la región de Los Ángeles, como hacia el norte, a la Bahía de San Francisco, alimentada por una larga columna de humedad subtropical llamada río atmosférico.
También se movió hacia el este, trasladando la amenaza de inundaciones al valle de San Joaquin y a Sierra Nevada, donde las alertas por nieve seguían activas en el segundo día de la primavera.
En cinco puntos del estado se batieron récords con 4,5 centímetros (casi 1,8 pulgadas) de lluvia el miércoles en la noche, incluyendo Santa Bárbara, Palmdale y Oxnard.
Las autoridades monitorean de cerca el condado de Santa Bárbara con la esperanza de que no se repitan las masivas inundaciones de enero tras los incendios que arrasaron la comunidad de Montecito y dejaron 21 fallecidos.
El barro y los desprendimientos de rocas provocaron el cierre de varias carreteras en la región, incluyendo la autopista 1 en Ragged Point cerca de Big Sur.