Aerolínea se negó a dar servicio a padre con bebé recién nacido. De pronto, una anciana dice "vengan conmigo"
Este es el tipo de historias que nos inspira. Una mujer mayor le abrió su corazón y su hogar un completo desconocido que no tenía adonde ir con su bebé recién nacido.
Ruben Swift vive en Cleveland. Él voló a Phoenix para buscar a su hija bebé, Ru-Andrea, quien tenía apenas cuatro días de nacida.
Según reportó Goodfullness, Swift tenía la custodia de su hija, pero una política de la aerolínea Frontier no permitía que un bebé viajara antes de haber cumplido los primeros siete días de vida.
Ru-Andrea había sido dada de alta y su padre tenía documentos que lo confirmaban, pero esto no fue suficiente para que la aerolínea cediera. Iban a tener que esperar tres días más para poder abordar el avión de vuelta a Cleveland.
Esto dejó al reciente padre con un dilema, pues no contaba con un lugar en el que hospedarse mientras esperaba junto a su bebé. Joy Ringhofer es una voluntaria en el centro médico de la Universidad de Banner, donde Ru-Andre nació.
Ringhofer y Swift se habían conocido cuando el padre de la niña llegó al lugar para llevarse a su pequeña con él. ‘Yo estaba meciendo a la niña cuando su padre llegó, y los dos nos conectamos de inmediato,’ contó Ringhofer a KPHO, filial de CBS en Phoenix.
Sin saber qué hacer o a quién acudir, Swift contactó a Ringhofer, y ella le dio una respuesta que él no se esperaba. ‘Nunca imaginé que ella nos ofrecería irnos a buscar y llevarnos ‘a casa’,’ dijo Swift.
Swift esperó a Ringhofer en el aeropuerto, preguntándose qué quiso decir Ringhofer al teléfono. ¿Acaso ella los conduciría de vuelta a Cleveland?, era lo que se preguntaba el hombre.
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En efecto, la anciana no los llevó de vuelta a Cleveland, pero hizo algo igualmente sorprendente por este padre en apuros y su adorable bebé recién nacida. Ringhofer les dio refugio en su casa y se aseguró de que Ru-Andrea tuviera todo lo que necesitaba.
Padre e hija permanecieron los tres días necesarios para poder volar a casa en el hogar de Ringhofer. ‘Yo sentía que necesitaba hacer esto por ellos. Confiaba plenamente en que él era un buen hombre y que no me ocasionaría problemas en casa,’ recordó Ringhofer.
‘Somos de colores distintos, pero eso nunca significó nada para ella, y me abrió las puertas de su casa. Sé que de verdad le importa mi hija. Ella pasó toda la noche en vela a su lado. ¿Quién hace algo así por desconocidos?,’ reflexionó Swift.
El padre y su bebé volaron a casa tan pronto como se lo permitieron, pero él prometió volver a visitar a la mujer, a quien ahora considera su familia.
‘Ella nos alimentó y nos amparó. Yo la considero una abuela de mi hija. Estaré eternamente agradecido,’ expresó Swift conmovido.