Papá encuentra a su hija perdida tras 2 años de búsqueda con la ayuda de canción que escribió para ella

La buscó sin parar, y cuando se enteró dónde estaba, no dudó ni por un instante de ir a buscarla. El amor de un padre no tiene fecha de vencimiento.

Durante dos años, un padre estuvo viviendo con el dolor de no saber dónde estaba su hija menor hasta que una llamada encendió una esperanza en su vida, reseñó el portal web About all things.

Su nombre es Bryan Thouvenel y llevaba dos años buscando a su pequeña Harmony. La niña es su segunda hija, y la primera de una relación amorosa que poco a poco se fue desmoronando.

Hasta que un día su exnovia se fue al norte, a Washington, y se llevó a la pequeña consigo. Thouvenel las buscó por todos lados sin obtener resultados.

Sin saber siquiera en qué estado se encontraba, en medio de la tristeza y la búsqueda compuso una canción inspirada en Harmony.

Escucha la emotiva letra que compartió en su canal de Youtube:

"Esos recuerdos, para mí, están pintados en mi corazón", dijo Thouvenel. "Descubrir que no estaban pintados en el suyo, fue devastador".

La música fue uno de sus refugios para olvidar el dolor, pero nunca dejó de buscar. Incluso solicitó su custodia en el tribunal del condado de Douglas, y se la otorgaron en marzo de 2015.

Exactamente dos años después de no verla, un amigo le llamó para decirle que había visto a la pequeña y a su ex novia en un refugio para personas sin hogar.

Thouvenel no lo dudó ni un instante. Él y su madre viajaron durante 10 horas al juzgado para obtener nuevamente la custodia de Harmony.

"Me senté allí y lo siguiente que sé es que mi hija estaba saliendo, caminando sola", dijo Thouvenel. "Ella miró alrededor, y dije su nombre una vez. Me miró de manera rara y le dije, 'Harmony, es papá'. Sus ojos se iluminaron un poco".

Sin importar el tiempo que hubiese esperado, su amor nunca se desvaneció. Jamás dejó de buscarla, y ahora están juntos nuevamente.

Un programa llamado Put Kids First les financió un viaje a Hawai donde tuvieron la oportunidad de disfrutar de unas vacaciones entre padre e hija. Un momento para cultivar nuevos recuerdos.

Después de todo, el amor de un padre no tiene fecha de caducidad.