¿Cuelas tu pasta en el fregadero? Deberías dejar de hacerlo inmediatamente
Hay una razón por la cual al agua de almidón se le llama oro líquido.
Los amantes de las pastas sabrán que para hacer una buena pasta se necesitan seguir dos pasos básicos: cocinar la pasta con el nivel de suavidad perfecto (al dente) y preparar la salsa de consistencia perfecta.
Si bien es común deshacerse del agua utilizada para cocinar la pasta, el sitio web de noticias Bon Appetit reportó que es posible emplear esta agua para enriquecer aún más la textura y el sabor del plato.
Cuando la pasta se cocina, la harina libera almidón en el agua, por lo que la pasta pierde su rigidez y se pone suave.
El almidón blanco se disuelve fácilmente en el agua, por lo que termina viéndose turbia e inutilizable.
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Sin embargo, esta agua de almidón puede ser de utilidad en el siguiente paso para hacer pasta: preparar la salsa.
El agua empleada para cocinar la pasta se conoce como oro líquido y se puede agregar a la salsa para obtener una textura más suave y más espesa.
Esta actúa como un emulsionante, lo que ayuda a los ingredientes de la salsa a mezclarse sin problemas.
El agua de almidón mezcla el aceite o la mantequilla y el agua utilizada en la salsa para lograr una consistencia sedosa. También aumenta el grosor de la salsa, asegurando que no quede demasiado aguada.
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Con esta solución, también se puede evitar agregar exceso de harina, crema o almidón para que la salsa se vea más rica y más densa.
Agregar una porción apropiada del agua de almidón brindará la misma textura sin afectar el sabor de la salsa.
Esta técnica con el agua de pasta ha sido el secreto de varios chefs de renombre, incluido el famoso chef Jamie Oliver.
Dicho tip funciona bien para todo tipo de salsa de pasta, incluidos un alfredo, tomate o pesto cremoso.