Esta es la aterradora razón por la que nunca debes poner fotos de tus hijos en redes sociales

Las redes sociales vinieron con nuevas formas de relacionarnos con nuestra familia y el entorno. Pero publicar fotos de nuestros hijos puede terminar en algo muy malo.

De acuerdo con el portal Mujer Hoy la temporada de verano es la época del año en la que más circulan fotos de los niños en las redes sociales.

Los padres quieren mostrar a sus hijos haciendo todo tipo de actividades, pero no cuentan con el hecho de que los pequeños en algún momento crecerán y pueden no estar de acuerdo con esas fotografías.

Además, en las fotos se podrían filtrar detalles importantes sobre la privacidad y seguridad de los menores. Esto podría exponerlos a redes de pornografía infantil, secuestros, creación de perfiles falsos y otros delitos.

Facebook tiene una penalización para los contenidos enfocados a menores de 16 años:

El tratamiento [datos personales introducidos por los menores de 16 años] únicamente se considerará lícito si el consentimiento lo dio o autorizó el titular de la patria potestad o tutela sobre el menor y solo en la medida en que se dio o autorizó. Los Estados miembros podrían establecer por ley una edad inferior a dichos fines, siempre y cuando esta no sea inferior a 13 años.

En algunos países ya hay antecedentes de penalización por publicar fotos de menores en las redes sociales.

De acuerdo con el portal Soy Carmín, Francia Italia, Austria y España son algunos casos ejemplares donde algunos padres han salido castigados por esta conducta.

Francia aprobó una normativa en 2016 que castiga con una multa de 45 mil euros por publicar material audiovisual con detalles íntimos de los hijos.

El Tribunal Supremo español decidió en 2015 que la penalización de esta conducta aplicaría cuando se llevara a cabo sin consentimiento de los padres o tutor legal del menor.

Pese a que en otros países la conducta aún no ha sido tipificada como delito, es necesario recordar que por el bien y la seguridad de nuestros niños a veces es mejor aguantar el deseo de mostrar a otros lo feliz que es nuestra familia.