Esta es la razón por la cual nadie atajó el bouquet de Meghan en la boda
Es bien sabido que en una boda, la novia lanza el ramo de flores a la multitud de mujeres solteras que desean casarse. Pero no la Duquesa.
En la mayoría de las bodas, la novia arroja el ramo de flores a las solteras presentes, que pelean por ver a quién le toca casarse la próxima vez. Pero no fue el caso de la Duquesa Meghan en su ceremonia, donde el ritual no fue realizado.
Y es que la Familia Real tiene su propio ritual, realizado desde 1923. En vez de arrojar el ramo de flores, lo enviaron a la Abadía de Westminster, según reveló la cuenta oficial de la familia en Twitter.
Gran número de novias reales optado por quedarse con los ramos para enviarlos a la Abadía de Westminster. Allí, son colocados sobre la Tumba del Guerrero Desconocido.
Las flores de la Duquesa Meghan fueron enviadas a la Abadía el domingo para este propósito. Esta tradición comenzó con la Reina Madre, cuando se casó con el Rey Jorge VI en 1923.
Fue en memoria de su hermano Fergus, quien falleció en 1915 en la Batala de Loos, en la Primera Guerra Mundial. La tumba es un tributo a quienes perdieron sus vidas en ese conflicto.
También representa a todos los que han muerto desde entonces en conflictos militares internacionales. La tradición ha sido continuada por muchas novias, incluyendo a la Reina, la Princesa Diana y la Duquesa de Cambridge.
"Siguiendo la tradición real, el bouquet de la boda de la Duquesa de Sussex fue colocado en la tumba del Guerrero Desconocido en la nave oeste de la Abadia de Westminster, en Londres", escribió la Familia Real en Twitter.
El bouquet de Meghan complementaba perfectamente su elegante vestido de novia. Las flores que escogió tenían también un significado especial. La nueva Duquesa optó por "nomeolvides", las flores favoritas de la Princesa Diana, madre del Príncipe Harry. Fue su forma de honrar a la difunta madre de su marido.
El ramo tenía guisantes dulces perfumados, lirios del valle, astilbe, jazmín y astrantia. Estaban atadas por un nudo de seda de tinte natural. El Príncipe también escogió flores él mismo del jardín privado de la pareja en su hogar, el Palacio de Kensington.
La florista Philippa Craddock fue quien recibió estas flores y las agregó al bouquet.
Meghan también tenía una ramita de mirto en su boquet. Esta es otra tradiciónde la Familia Real, que data de 1840, cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Albert.
El mirto simboliza el amor y la esperanza, y ha sido usado en los ramos de novias reales desde el siglo XIX. También es un emblema del matrimonio.