Niño murió de cáncer y su madre no paraba de recordarlo al ver mancha azul en la alfombra
A veces, los más pequeños detalles pueden terminar teniendo la mayor importancia. Debemos aprender a encontrar dicha en las cosas sencillas.
Según reporta Goodfullness, Heather Duckworth recientemente compartió en Facebook una conmovedora historia, titulada "La Mancha Azul", la cual se ha hecho viral en el mundo entero. Duckworth es una madre que ha atravesado la peor pesadilla de todas las madres, y quiere compartir lo que ha aprendido.
Desea recordarle a las madres del mundo que no deben dejar de lado las cosas pequeñas de la vida, ni la dicha que puede existir en los desastres que tanto las frustran. Todo comenzó cuando Heather estaba limpiando algo de mugre del suelo, derramada por su hija. De pronto, todo cobró un nuevo sentido...
Su hija intentó limpiar su desastre, pero Heather tuvo que ponerse a fregar el piso igualmente. Pero mientras mascullaba quejas, se dio cuenta de que esto no debería ser algo que la preocupe tanto. 14 años antes, esta madre de trillizos de 2 años y un niño de 4 años tenía una vida increíblemente ajetreada.
Pasaba casi todo el día tras sus hijos. "Tenías las manos llenas, pero el corazón también", recuerda Heather. Cuando la tarde caía y los niños estaban alimentados y bañados, era hora de limpiar el cuarto de juegos antes de dormir. Los niños tenían música en la radio y cantaban y bailaban, tratando de divertirse limpiando.
Pero resultó ser la última vez que se divertirían así en mucho tiempo.
Heather miró hacia abajo y notó una mancha en la alfombra, grande y azul. Uno de los trillizos estaba parado con una pluma que se rompió, regando tinta por toda la alfombra, sus pijamas, su cuerpo y sus alrededores. Heather se sintió frustrada, como cualquiera.
"Me molesté tanto mientras llevaba a mi hijo y lo llevé al baño a limpiarlo y mi esposo comenzó a fregar esas manchas azules de la alfombra. Tenía lágrimas de frustración en los ojos. Estaba tan cansada. Y molesta. Muy, muy molesta. No estaba molesta con mi hijo, sino conmigo misma por dejar la pluma ahí", dijo.
"Llevábamos seis meses en la casa y la alfombra estaba arruinada. Limpiamos la mancha por una hora esa noche, pero seguía ahí". Llamaron a profesionales, pero de nada sirvió. La mancha siguió molestándola, y se enojaba cada vez que la veía.
"Me molestaba y me sentía como un fracaso por dejar la pluma donde mi hijo podía alcanzarla. Esa mancha azul era algo muy negativo en mi vida. La odiaba". Pero de repente, las prioridades cambiaron. La mancha ya no importó para nada. El pequeño que rompió la pluma fue diagnosticada de cáncer un mes después.
Dos años después del diagnóstico, falleció. El pequeño se había ido, pero la mancha azul seguía en la habitación.
"Seguía ahí... y ahora... era un constante recordatorio de mi hijo. Era un constante recordatorio de mi frustración por algo tan trivial... algo tan poco importante en la vida".
La mancha azul era un recordatorio permanente de que la vida es desastrosa, pero que eso es lo que hace que valga la pena. Un recordatorio de que las cosas no son importantes, pero la gente sí lo es. Un recordatorio de que los accidentes ocurren. Un recordatorio de que debemos aferrarnos a las cosas que importan.
La mancha persistió, y Heather la tapó con muebles. Cuando quedaba descubierta, le quitaba el aliento. Era un recordatorio de la muerte de su hijo. Heather quiere que todas las madres se den cuenta de que habrán problemas criando niños pequeños, y esos problemas seguirán cuando crezcan.
Podrán ser montañas de platos sucios, pijamas en el piso o manchas azules en la alfombra. Pero son evidencia de que algo bueno hicimos en el camino. Tuvimos hijos. Heather llama a ese desastre una "bendición escondida", y admite que tendría 1 millón de manchas azules, si pudiese tener 1 día más con su hijo.
Heather continúa fregando la mugre de entre las baldosas, pero recuerda el tiempo que pasó en el hospital con su pequeño. La mancha azul ya no era importante, o al menos, no como lo era antes. Heather quiere que todos los padres logren hallar la "bendición en el desastre", y se enfoquen en lo importante.