Pareja amorosa que no puede tener hijos abre su casa y adopta 6 niños ciegos de todo el mundo
Ellos soñaban con formar una gran familia, pero tuvieron problemas para concebir después de tener a su hijo biológico hace tres décadas. La solución que encontraron tiene a todos conmovidos.
Esta es la historia de una gran pareja que adoptó a seis niños ciegos de diversos lugares del planeta, incluida una niña que fue arrojada a un bote de basura. Cuando se casaron, Joe y Karen Bartling, ambos ahora de 60 años, querían tener una numerosa familia, pero el destino los llevó a tomar una decisión admirable.
Al principio nada auguraba que no la tendrían, pues concibieron sin problemas a Joel, quien hoy tiene 30 años. Pero luego tuvieron dificultades para embarazarse de nuevo y cuando los médicos les dijeron que no tendrían más hijos, recurrieron a la adopción.
Stories.swns contó que en esa época un cliente de la tienda de Karen les informó acerca de una bebé que había sido abandonada en un orfanato de Corea del Sur.
Ansiosos por ayudar, en 1997 decidieron adoptar a Hannah, de 2 años, que nació sin ojos debido a un trastorno del desarrollo, y la llevaron a vivir con ellos a los Estados Unidos.
Ese fue el inicio de toda una proeza que emprenderían durante la próxima década, al convertirse en la pareja ideal para los trabajadores sociales que intentan encontrar hogares para niños ciegos.
Casualmente Karen y Joe, director de una firma de contabilidad, se conocieron en una “cita a ciegas”, pero en ese momento no imaginaron que ese sería el símbolo de su misión en la vida.
Además de Hannah, que ahora tiene 23 años, la prole de los Bartling está conformada por David (18), Bethany (18), Jesse (17), Abi (17) y Obed (12), todos invidentes.
"Decidimos adoptar y el primero resultó ser ciego. Tan pronto como apareció la primera imagen de Hannah, pensamos: 'Dios mío'. Fue un rasguño de cabeza. Pensamos, 'oh bueno, eso es interesante'. Entonces fuimos al aeropuerto y recogimos a esta niña. Ella era un pequeña nena preciosa”, relató Karen, ex azafata de Oakton, Virginia.
Recordó que les tomó alrededor de una semana acostumbrar sus cerebros al hecho de que ella era ciega y eso nunca cambiará. "También tiene una discapacidad en el procesamiento y el aprendizaje y es mucho menos madura que su edad de 23 años, pero es muy agradable”.
Unos años más tarde, una trabajadora social que se acercó a ellos y les preguntó si estarían interesados en acoger a otra niña cuyos padres se estaban divorciando.
Pero ella tenía necesidades que iban más allá de su capacidad y experiencia y terminaron sin finalizar la adopción.
"Fue devastador. Esperamos muchos más años antes de que pudiéramos siquiera discutir la adopción nuevamente, luego, un día hubo una publicación en nuestro buzón sobre niños ciegos. La hojeé y apareció la foto de Jesse con las palabras: Los padres necesitan a un niño ciego", recordó Karem.
"Después de eso, nos convertimos en la pareja ideal para los trabajadores sociales y las agencias cuando tenían un niño ciego".
En 2002, Karen y Joe adoptaron a Jesse, ahora de 17 años, que sufre una grave discapacidad intelectual y fue abandonada en un hospital de Corea del Sur por su madre biológica.
Luego vino Abi, también de 17 años, a quien los Bartlings adoptaron en 2004 después de que un oficial de policía la encontró gritando y llorando, abandonada en un bote de basura en un parque en la India.
La joven nació con una condición genética rara llamada síndrome de Fraser, que causó que sus ojos tuvieran malformaciones y piel.
Su cuarto hijo, David, ahora de 18 años, se unió a la familia ese mismo año después de que otra familia estadounidense decidió que no podían manejar a un niño ciego.
David, quien nació con cataratas en un ojo y tiene otro ojo anormalmente pequeño debido a la microftalmia, fue abandonado en los escalones de un edificio del gobierno en China.
De 12 años de edad, Obed Josiah, que tiene parálisis cerebral y discapacidad intelectual severa, se unió a los Bartlings a finales de 2006 desde el oeste de África.
Unos meses más tarde adoptaron a su sexta hija, Bethany, que ahora tiene 18 años y está ciega debido a una retinopatía de bebé prematuro, después de haber nacido a las 28 semanas en Tailandia.
Aunque atraen miradas en público y algunas veces sus bonificaciones son pagadas por extraños de buen corazón en los restaurantes, Karen dice que son una "familia corriente".
Pero su gran corazón los ha convertido en unos ángeles para los niños ciegos.
"Nunca imaginamos que esto sucedería, nunca en mis sueños más locos imaginé que estaríamos en un estilo de vida con jóvenes adultos con necesidades especiales”, concluyó Karem.