Cómo reconocer los síntomas de la peligrosa intoxicación alimentaria por salmonella
La intoxicación alimentaria, es una enfermedad causada por comer alimentos contaminados. Los organismos infecciosos, que incluyen bacterias, virus y parásitos, o sus toxinas son sus causas más comunes.
Según lo publicado por la Clínica Mayo, los organismos infecciosos o sus toxinas pueden contaminar los alimentos en cualquier punto de su procesamiento o producción, no obstante, la contaminación también puede ocurrir en el hogar, cuando los alimentos son manipulados o cocinados incorrectamente.
Los síntomas de intoxicación alimentaria o infecciones por Salmonella, pueden comenzar pocas horas después de la ingesta de alimentos contaminados, a menudo incluyen náuseas, vómitos o diarrea.
Este tipo de infecciones son bastante comunes, por lo que decena de millones de casos son diagnosticados alrededor del mundo. Aunque la mayoría de ellos son leves y se resuelve sin tratamiento, otros requieren atención medica.
Este tipo de infecciones son más comunes en verano, y los niños son los más propensos a contraerlas, a la par de las personas con sistemas inmunológicos débiles.
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Síntomas
Los síntomas de intoxicación alimentaria varían de acuerdo a la fuente de contaminación, pero la mayoría causan las siguientes dolencias:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea acuosa o sanguinolenta.
- Dolor abdominal y calambres.
- Fiebre.
Los signos y síntomas pueden comenzar horas después de la ingesta de alimentos contaminados, pero estos también pueden presentarse días o incluso semanas después.
La enfermedad causada por la intoxicación alimentaria generalmente dura de algunas horas a varios días, pero si presenta algunos de los síntomas a continuación, debe acudir a un medico lo antes posible.
- Episodios frecuentes de vómitos e incapacidad para mantener los líquidos en su estómago.
- Vómitos con sangre o heces.
- Diarrea por más de tres días.
- Dolor extremo o calambres abdominales severos.
- Temperatura oral superior a 38 grados.
- Signos o síntomas de deshidratación: sed excesiva, boca seca, poca o ninguna micción, debilidad severa, mareos o aturdimiento.
- Síntomas neurológicos como visión borrosa, debilidad muscular y hormigueo en los brazos.
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Causas
La contaminación de los alimentos puede ocurrir en cualquier punto de producción: cultivo, cosecha, procesamiento, almacenamiento, envío o preparación.
A menudo, la causa es la contaminación cruzada, referida a la transferencia de organismos dañinos de una superficie a otra.
Esto es especialmente problemático en alimentos crudos listos para el consumo, como ensaladas u otros productos, ya que los organismos dañinos no se destruyen antes de comer y pueden causar la intoxicación.
Factores de riesgo
El hecho de que se enferme tras ingerir alimentos contaminados depende de otros factores además de la salud de su organismo, tales como la cantidad de exposición y su edad.
Entre los grupos de alto riesgo se incluyen:
Adultos mayores: A medida que se envejece, es posible que el sistema inmune no responda tan rápida y eficazmente a organismos infecciosos como cuando se es más joven.
Mujeres embarazadas: Durante el embarazo, los cambios en el metabolismo y la circulación pueden aumentar el riesgo de intoxicación alimentaria. Su reacción puede ser más severa durante el embarazo. En raras ocasiones, su bebé también puede enfermarse.
Bebés y niños pequeños: Esto se debe a que su sistema inmune no se ha desarrollado completamente.
Personas con enfermedades crónicas: Tener una afección crónica, como diabetes, enfermedad hepática o SIDA, o recibir quimioterapia o radioterapia para el cáncer reduce su respuesta inmune.
Complicaciones
La complicación seria más común de intoxicación alimentaria es la deshidratación, referida a una pérdida severa de agua y sales y minerales esenciales.
Si eres un adulto saludable y bebes tanta agua como es necesaria para reemplazar los líquidos que pierdes por vómitos y diarrea, la deshidratación no debería ser un problema.
Los bebés, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunológicos reprimidos o enfermedades crónicas, pueden deshidratarse gravemente cuando pierden más líquidos de los que pueden reemplazar.
En ese caso, es posible que tengan que ser hospitalizados y recibir líquidos por vía intravenosa. En casos extremos, la deshidratación puede ser fatal.
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Prevención
Para evitar intoxicaciones alimentarias en el hogar, usted debe:
Lavar los utensilios y la superficie en la que está manipulando los alimentos de manera frecuente.
Lávese bien las manos con agua tibia y jabón antes y después de manipular o preparar alimentos.
Use agua caliente y jabón para lavar los utensilios, tablas de cortar y otras superficies que use.
Mantenga los alimentos crudos separados de los alimentos listos para el consumo. Cuando vaya de compras, mantenga la carne cruda, las aves de corral, el pescado y los mariscos lejos de otros alimentos. Esto evita la contaminación cruzada.
Cocine los alimentos a una temperatura segura. La mejor manera de saber si los alimentos se cocinan es usar un termómetro para alimentos. Ya mayoría de los organismos dañinos en los alimentos, pueden ser eliminados al cocinarlos a la temperatura adecuada.
Cocine la carne molida a 71.1 C; bistecs, asados y chuletas, como cordero, cerdo y ternera, a por lo menos 62.8 C. Cocine el pollo y el pavo a 73.9 C. Asegúrese de que los pescados y mariscos estén bien cocidos.
Refrigere o congele rápidamente los alimentos perecederos, dentro de las dos horas de haberlos comprado o preparado. Si la temperatura ambiente es superior a 32.2 C, refrigere los alimentos perecederos en una hora.
Descongele la comida de forma segura. No descongele la comida a temperatura ambiente. La forma más segura de descongelar los alimentos es descongelarlos en el refrigerador.
Si hornea alimentos congelados usando la configuración de "descongelamiento" o "50 por ciento de potencia", asegúrese de cocinarlos inmediatamente.
Tíralo cuando tengas dudas. Si no está seguro si un alimento ha sido preparado, servido o almacenado de manera segura, deséchalo.
Los alimentos que se dejan a temperatura ambiente demasiado tiempo pueden contener bacterias o toxinas que no pueden destruirse cocinando. No pruebes alimentos de los que no estés seguro; solo deshazte de ellos. Incluso si se ve y huele bien, puede no ser seguro comer.
Las personas consideradas como de alto riesgo, deben tomar precauciones adicionales al evitar los siguientes alimentos:
Carne de ave y aves crudas o raras.
Pescado o marisco crudo o poco cocinado, incluidas ostras, almejas, mejillones y vieiras.
Huevos crudos o poco cocidos, o alimentos que pueden contenerlos, como masa para galletas y helado casero.
Brotes crudos, como alfalfa, frijol, trébol y brotes de rábano.
Jugos y sidras sin pasteurizar.
Leche y productos lácteos no pasteurizados.
Quesos blandos, como feta, Brie y Camembert; queso con vetas azules; y queso no pasteurizado.
Patés refrigerados y productos para untar de carne.
Perros calientes y fiambres.