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Una mujer sana de 29 años muere por eutanasia, y fue decisión propia

Georgimar Coronil
08 ago 2018
21:27

Aurelia Brouwers, de 29 años, dio su último aliento en la comodidad de su propia casa en los Países Bajos después de luchar contra una enfermedad mental durante muchos años.

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Brouwers falleció sujetando su dinosaurio de juguete favorito y con una sonrisa en su rostro, informó The Guardian. Terminó su vida con eutanasia tomando medicamentos recetados.

Brouwers acudió a Facebook unas pocas horas antes de su muerte para compartir su último mensaje con sus amigos. Ella escribió: "Me estoy preparando para mi viaje ahora".

Brouwers tenía un historial de autolesiones e intentos de suicidio antes de que finalmente se le permitiera morir por eutanasia en diciembre pasado.

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La ley de la terminación de la vida a petición propia y suicidio asistido de Holanda de 2002 la consideró elegible para la eutanasia.

La mencionada ley permite que una persona termine su propia vida si cumple con varios criterios.

Una persona que recibe eutanasia debe tener un sufrimiento que es insoportable sin esperanza de alivio.

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Además, su solicitud de morir por eutanasia debe ser voluntaria y debe persistir durante un período de tiempo más largo.

Brouwers se llenó de alegría cuando se le permitió morir, finalmente podría "morir con dignidad" después de ocho años de luchar contra su enfermedad.

Las personas que apoyan la decisión de Brouwers han afirmado que su muerte era inevitable, pero con la eutanasia al menos podría morir bajo sus propios términos.

También aseguraron que era la mejor forma de escapar de su "agujero negro". Sin embargo, lo complicado de su muerte no está exento de críticas.

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Muchos han expresado su desaprobación de los métodos empleados por la joven para poner fin a su sufrimiento, sugirió un informe de Mirror.

Algunos han argumentado que Brouwers era una mujer sin una enfermedad terminal y lo que ella requería era cura y recuperación en lugar de la muerte.

Antes de su muerte, ella sufría de ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, psicosis y una rara forma de epilepsia.

Pasó tres años en un hospital psiquiátrico y cumplió dos años de prisión por incendio premeditado.

Ella admitió varias veces en el pasado a través de sus redes sociales que cada respiración era una "tortura".

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