Mi avaricioso suegro puso un pelo en un platillo caro para conseguirlo gratis—pero el karma lo pilló de inmediato
Frank siempre se había enorgullecido de sus tácticas furtivas para conseguir regalos, pero su suerte se acabó en un restaurante de lujo. Lo que empezó como una simple comida se convirtió en un espectáculo público cuando el karma acabó por alcanzarlo, enseñándole una lección que nunca vio venir.
