Hombre moribundo quiere confesarle algo a su esposa antes de dar su último aliento
Esta historia muestra un encuentro final hilarante entre un esposo moribundo y su triste esposa, lo que prueba por que a veces es mejor para todos mantener la boca cerrada.
Una vez una esposa con el corazón roto mantuvo una vela prendida al lado de la cama de su esposo moribundo. Mientras él se acercaba a sus últimos alientos, ella se veía muy angustiada y confundida.
Ella amorosamente, tomó sus débiles manos que se desvanecían más y más, con el paso de cada segundo.
Rápidamente lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Cuando de repente, sus oraciones en silencio despertaron al esposo de su letargo.
Créditos de la imagen: Freepik
El hombre miró hacia arriba como pudo y con mucha dificultad susurró: "Mi amor".
HONESTIDAD ANTE TODO
La esposa inmediatamente trató de callarlo, apretándole los labios con la mano y diciéndole: "Calla, amor. Debes descansar. No hables".
Sin embargo, el esposo insitió en hablar, y aunque difícilmente podía emitir un sonido más allá de un susurro, logró articular: "Tengo algo que confesarte".
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"No hay nada que confesar", respondió la esposa, añadiendo: "Todo está bien. Por favor, duérmete".
El esposo siguió insitiendo y le dijo: "No, tengo que morir en paz. Debo decírtelo antes de dejar este mundo".
A VECES ES MEJOR MORIR CALLADO
La esposa entonces dejó de resistirse y le preguntó que era lo que lo estaba atormentando. "Dime entonces, que eso que te lástima tanto?", preguntó la mujer.
"Mi amor", dijo el hombre moribundo. "He sido injusto contigo. He tenido aventuras con tu hermana, tu mejor amiga, su mejor amiga ¡y con tu madre!"; confesó el marido.
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La esposa miró su rostro con una sorprendente calma y le dijo: "Lo sé. Es por eso que te envenené".
Esta hilarante historia, que demuestra claramente que no todo es lo que parece, fue publicada en BabaMail.