Hombre sin escrúpulos le puso cortísima cadena a su perro, y los vecinos dijeron basta
Mecánico se enfrenta a las autoridades defensoras de animales tras evidenciar fuerte maltrato hacia su perra. ¡No la dejaba ni acosarse!
Hoy te traemos la historia de una perrita costarricense llamada Cala, que lamentablemente debió pasar por tantas cosas negativas antes de llegar al hogar correcto.
¿No te ha pasado que te cruzas con momentos en que personas actúan de cierta manera, haciendo que pierdas un poco la fe en la humanidad? ¿Haciéndote sentir que las personas no sirven para nada bueno, solo para causar daño?
Un mecánico que tiene un taller en algún lugar de San José, Costa Rica, se ganó el odio de su comunidad por la forma en que mantenía a una perra bajo su cuidado, indicó Yahoo noticias.
Se trata de una Pit Bull llamada Cala, cuya ‘cama’ era una rueda vieja llena de trapos, y era retenida con una corta y gruesa cadena que no la dejaba respirar o comer, en ningún momento del día.
Si Cala se intentaba tumbar o si dormía, instantáneamente sufría de una asfixia brutal debido a la longitud casi inexistente de esa cadena, amarrada por su degenerado dueño.
El hecho de que este animal no durmiera o comiera, ponía su vida en un inminente peligro y bajo vulnerabilidad.
De acuerdo a Recreo Viral, este mecánico sin criterio sobre el cuidado de un ser vivo jamás la había llevado al veterinario, y los vecinos de la zona ya se habían comenzado a preocupar.
Cala había dedicado cuatro años a cuidar de ese taller, y así le pagaron… con maltrato.
Los vecinos, sin poder aguantar más el hecho de verla así, contactaron a ‘Territorio de Zaguates’ y la perra fue rescatada.
Estaba tan débil, que la pit bull no se podía poner de pie. Quedó claro que, si no la hubiesen salvado pronto, hubiera muerto sin lugar a dudas.
La joven perrita estaba claramente sin energía, sumisa y aterrorizada de cualquier humano u animal que se le acercara. ¡No era de extrañar! Esa única persona que debía cuidarla, por poco la mata.
Los meses de maltrato y terror le estaban pasando factura a su carácter; estaba desnutrida, llena de heridas y de dolor. Pero no hay nada que el amor y el cuidado no sanen en este tipo de animales rescatados.
Pasó varios días alimentándose, nutriéndose y agarrando confianza nuevamente en los humanos. Sería difícil que volviera a creer en nuestra especie, pero no imposible.
Después de varias semanas, Cala empezó a entender lo que era ser feliz, lo que era amar y ser amada y, a pesar de su pasado, empezó a confiar.
Todos los animales del mundo están llenos de bondad. El amor que un perrito te otorga es el más puro y bueno de todos. Pero los humanos estamos empeñados en dañar lo que Dios nos ha dado.
Muchas acciones monstruosas terminan condenando la vida de animales como Cala, pero algún día, la justicia será servida.
Dile no a una vida de esclavitud, terror, soledad, abandono y maltrato. Ellos no se lo merecen.
Este otro perrito no merecía ser atado a un ancla y lanzado dentro de un canal de agua, pero su dueño así lo hizo y casi lo mata.
No obstante, Audra Petraškienė conducía en una calle a lo largo de un río cerca de su casa en Lituania cuando vio a un perro empapado, temblando y solo.
Evidentemente, acababa de salir del río. Una persona de corazón frío había tenido la intención de ahogarlo, pues habían amarrado en su cuello un ancla improvisada.
En un video publicado en redes sociales se reseñó la terrible historia. No te la pierdas.