Marido holgazán se rehúsa a ayudar a su esposa en la casa así que ella le enseña una lección
Mujer le pidió a su marido en varias oportunidades que la ayudara, pero este no escuchaba así que optó por enseñarle una lección.
En una relación deben estar presentes las muestras de afecto. Así la pareja no sea la más amorosa de todas, siempre habrá uno que otro gesto de aprecio de que te interesa la persona con la que convives y con la que te relacionas día a día.
Es casi como una tarea y, aunque parezca obvio, hay personas que deben aprender a hacer esto por las malas.
Mientras un hombre observaba un partido de fútbol en la sala de la casa, la esposa lo interrumpió pidiéndole un simple favor.
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"¿Cariño podrías arreglar la luz en el pasillo? Ha estado parpadeando por semanas ya", dijo la mujer.
Entonces él la miro y le respondió con mal genio:
"¿Arreglar las luces ahora? ¿Parece que tengo el logo de GE impreso en la frente? No lo creo".
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Ella dejó pasar dicha respuesta grosera y luego le preguntó si podría arreglar la puerta de la nevera, ya que no estaba cerrando apropiadamente.
"¿Arreglar la puerta de la nevera? ¿Parece que tengo el logo de Westinghouse impreso en la frente? No lo creo", respondió el hombre.
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Otra vez, la mujer muy pacientemente obvió su mala actitud y le preguntó si podría arreglar los escalones de la entrada de la casa, pues estaban a punto de romperse.
"No soy un carpintero y no quiero arreglar los escalones", respondió el hombre molesto. "¿Parece que tengo escrito Ace Hardware en la frente? No lo creo. Ya me cansé de ti. ¡Me voy al bar!".
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El sujeto se fue de la casa, se dirigió al bar más cercano y bebió por un par de horas hasta que comenzó a sentirse un poco culpable sobre cómo trató a su esposa más temprano, así que decidió regresar a su hogar.
Cuando llegó, los escalones habían sido reparados, la luz del pasillo estaba perfecta y la puerta del refrigerador no tenía ningún detalle. Todo esto se reparó mientras él estaba en el bar bebiendo.
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El marido, sorprendido, le pregunta a su mujer cómo hizo para reparar todo lo que había que arreglar en casa mientras él estuvo afuera sólo por ese par de horas, a lo que ella respondió:
"Cuando te fuiste, me senté a llorar afuera. Entonces un buen jovencito me preguntó qué pasaba, y le dije. Él se ofreció a hacer todas las reparaciones y todo lo que yo tenía que hacer era o acostarme con él u hornearle un pastel", explicó la esposa.
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Así que él preguntó: "¿Qué tipo de pastel le horneaste?", y ella respondió:
"¡Holaaaa! ¿Acaso ves escrito Betty Crocker en mi frente? ¡No lo creo!".
Este chiste sigue haciendo a todos reír a pesar de tener años circulando por todas partes. Comparte esto con tus amigos y sácales una carcajada también.