Momento en que dos novias prenden fuego a sus vestidos de boda mientras los tienen puestos
Las imágenes, que muestran llamas consumiendo los vestidos que fueron especialmente diseñados para que pudieran ser desmontables, son espectaculares.
April Choi, de 32 años, y Bethany Byrnes, de 28, decidieron organizar su boda especial el 13 de octubre. Las chicas son a la vez artistas y aman la adrenalina, y entre sus talentos está comer fuego, por lo cual se les ocurrió combinar sus habilidades y su adicción y tener una boda nunca antes vista.
Ellas empezaron a salir en 2013 y se comprometieron en 2016. Bethany es una intérprete y especialista en comunicaciones, y April, es instructora de danza, artista e ingeniera.
El evento tuvo lugar en el Campamento Tanager en Mt. Vernon, Iowa, EEUU, y fue al revés que la mayoría de los matrimonios: con la recepción por la tarde, y al anochecer, cada una con un vestido diferente, fue que pronunciaron sus votos.
Se tomaron de las manos mirándose de frente y uniendo sus rostros, mientras las colas de sus vestidos eran empapadas con combustible. Un par de invitados tomaron las antorchas encendidas, y cuando el oficiante dijo "Ahora pueden encender a las novias", procedieron a encender las colas de los vestidos.
El vestido de una de ellas respondió de inmediato, mientras el de la otra requirió que el invitado volviera a acercar la antorcha, esta vez más hacia el centro para lograr el resultado deseado.
April, de Peoria, Illinois, dijo: "Tratamos de hacerlos coincidir uniformemente, pero el mío corrió primero y el de Bethany tomó un tiempo, pero lentamente quemó la falda".
"Creo que Bethany logró ocho segundos en los de ella y la mía fue de 12 segundos antes de que tuviera que dejarla caer”.
Aunque los padres y los invitados estaban muy nerviosos, las novias tomaron todo tipo de precauciones de seguridad antes de realizar tan arriesgado truco.
Compraron sus vestidos en una tienda de segunda mano, y para asegurarse de que su piel no se quemara usaron polainas de algodón para protegerse las piernas y se ataron el cabello.
También pegaron lienzos de tela de pato de combustión lenta a la falda de los vestidos, que habían sido cortados y cosidos para asegurar que pudieran quitarse fácilmente. Y por si todo esto fuera poco, mojaron el suelo alrededor y tenían extintores de incendios a mano.
Por otra parte, y debido a que muchos de sus amigos trabajan en la industria del entretenimiento, sus invitados incluyeron ocho artistas del fuego, un pirotécnico certificado y un médico.
"Me encantan muchísimo las fotos. Son gloriosas. Ver las llamas arrastrándose por el vestido de tu esposa no es algo que puedas olvidar", dijo Bethany.
Una novia que fue abandonada en Florida quizá hubiera querido prenderle fuego a su vestido, pero tuvo una idea muy ingeniosa para lidiar con su dolor.
Kiley Manulak estuvo comprometida por más de dos años y para su gran día, tenía todo lo que quería, incluido su hermoso vestido de novia. Pero días antes de la fecha de su boda, su novio la abandonó por mensaje de texto.
Ella dijo a NBC News que decidió que necesitaba destruir su vestido de novia como un acto catártico. Así que con sus damas de honor, fue al Color Fun Fest de Tampa, todas vestidas con sus preciosos vestidos de la boda, y los cubrieron con maicena de color neón, arruinándolos.
Y volviendo a las bodas novedosas, Elisabeth, de 27 años, y Rune Dalseth, de 36 años, se casaron el 25 de agosto en una ceremonia vikinga tal y como se llevaba a cabo en el siglo X, con sacrificio de sangre incluido.
La ceremonia incluyó trajes tradicionales usados tanto por los novios, como por los invitados. Los botes vikingos estuvieron presentes durante el servicio. Además, hubo un canto de garganta, bebida de aguamiel y un banquete de cerdo asado celebrado a las orillas de un lago noruego.
Imagen tomada de: Youtube/Showbiz Mojo
Para el ritual de sangre, pusieron un caldero con sangre de cerdo sobre piedras y en ese líquido se sumergen pequeñas figuras talladas, representativas de los dioses, y luego se mancha la frente de los novios con la sangre.