Instinto maternal ayuda a mamá a salvar a su hija que moría de hambre debido a raro trastorno
Tras una exhaustiva investigación, la madre se encontró con la descripción de una enfermedad que le dio muchas pistas.
LewLew Whayne, una adolescente de Chapel Hill, Carolina del Norte, Estados Unidos, se moría de hambre, pero su cuerpo no la dejaba comer ni beber y se estaba deteriorando, sufriendo náuseas.
Todo comenzó en diciembre del año pasado con un virus estomacal y, luego, un día, su comida no se quedaba abajo. Ni siquiera un sorbo de agua.
"No eran náuseas. Comía y la comida simplemente subía”, dijo LewLew a ABC 11.
Debido a esto, perdió todo un semestre de escuela, vomitaba frecuentemente, hasta 80 veces al día. La única manera de mantenerse viva fue ingiriendo batidos mientras estaba acostada.
Imagen tomada de: ABC11
"Ella vomitaba 80 veces al día a veces", le dijo su mamá, Laura, al medio de noticias.
Esto continuó hasta que a la joven tuvieron que colocarle un tubo de alimentación. Todos los médicos que visitaba insistieron en el mismo diagnóstico durante meses, creyendo que no era un problema físico.
“Ellos dijeron que todo era culpa de mi cerebro”, señaló la joven.
Y su madre agregó: “Simplemente sabía que no era eso”.
Imagen tomada de: ABC11
INVESTIGÓ POR SU CUENTA
Laura se negó a aceptar lo que los doctores que habían visitado les decían. Entonces comenzó a investigar los síntomas de su hija para ver si podía diagnosticar el problema por su cuenta.
Tras una exhaustiva investigación, se encontró con la descripción de una enfermedad que le dio muchas pistas y tal como sus instintos le indicaban, los médicos estaban equivocados.
Ella sospechó que se trataba de algo llamado ‘Síndrome de la arteria mesentérica superior’ (SMAS, por sus siglas en inglés), el cual hace que una parte del intestino delgado, llamada duodeno se bloquee, lo que imposibilita el paso de alimentos o líquidos. Algo así como una manguera de jardín cuando se dobla.
Imagen tomada de: ABC11
RARO TRASTORNO INTESTINAL
Es un trastorno raro que ocurre en personas que han tenido una pérdida de peso dramática después de un tratamiento o trauma por cáncer. Los alimentos no pueden pasar del estómago a los intestinos.
El problema es que la única manera de realizar una prueba de este síndrome es que la persona que lo padece coma o beba acostado.
Debido a que LewLew puede beber batidos mientras está acostada, el síndrome fue descartado, hasta que su madre insistió.
Encontró a un médico que le hizo una prueba del ‘Síndrome de la arteria mesentérica superior’ mientras estaba acostada y mientras estaba de pie.
"Y, efectivamente, allí estaba... su duodeno se cerraba estando de pie acostada”, dijo Laura. “Pero se abría lo suficiente como para dejar que los batidos pasaran... por lo tanto, ese diagnóstico cambió nuestras vidas”.
Imagen tomada de: ABC11
CIRUGÍA PARA MOVER SU ARTERIA MESENTÉRICA
El Dr. John Petty, un cirujano pediátrico en Winston-Salem que reconoció que no era el cerebro de LewLew sino una presentación rara del síndrome, aceptó realizar la operación.
“Todo con la esperanza de mover su arteria mesentérica para que ya no se colapse”, dijo Laura.
Y agregó: “Todo el mundo tenía los vellos erizados en la parte de atrás de cuello, preguntándose cómo iría esto, pero fue bastante rápido. Podían decir que hubo un gran cambio”, dijo el doctor.
Imagen tomada de: ABC11
FUE UN CAMBIO MONUMENTAL
LewLew finalmente pudo comer y beber por primera vez en 10 meses. El doctor Petty quiere que su raro caso sea documentado en una revista médica, para dar una lección a médicos y a las familias.
“Ese tipo de cuidado de una madre hacia una hija, es una lección que es más grande que la sala de operaciones. Algo para todos los que tenemos hijos y vivimos en familias... podemos relacionarnos con eso”, señaló el Dr. Petty.
Imagen tomada de: ABC11
Por su parte, la madre agregó: “Solo sé que estaban equivocados acerca de LewLew y ella pudo haber recuperado su vida antes si hubieran sabido cómo probar esto de pie”.
LewLew aún no ha regresado a la escuela, pero pronto volverá a ser una chica normal, gracias a esta madre que se negó a perder la esperanza.
Imagen tomada de: ABC11
DIAGNÓSTICOS ERRADOS
Este caso nos recuerda al de otra madre que se negó a rendirse después de que los médicos le dieron varios diagnósticos equivocados a su hijo.
Kayne Oughton, de tan solo 6 años de edad, comenzó a sentir fuertes dolores en su abdomen, entonces su madre, Carly, pensó que solo se trataba de un dolor de barriga normal y no le prestó mucha atención.
Pero el pequeño continuó sufriendo fuertes dolores al día siguiente y comenzó a rechazar todo tipo de alimentos o bebidas. Entonces ella supo que el tema era delicado y decidió llevarlo al hospital.
"Tocaron su barriga y dijeron que estaba estreñido, aunque le expliqué que era como un reloj", dijo Carly, de 29 años de edad.
No conforme con el diagnóstico obtenido, quiso tener otra opinión acerca del estado de su hijo y fue a otro hospital. Allí le dijeron lo mismo, pero los dolores del pequeño no dejaban de afectarlo.
Días más tarde, regresó al hospital pues el pequeño tenía fiebre. El menor lloraba y gritaba de dolor, pero los médicos no pudieron entender el motivo.
Fue entonces cuando decidió ir de nuevo a un hospital, con una nota que le había dado una enfermera del diagnóstico del menor. Los exámenes que le realizaron mostraron que sus glóbulos blancos estaban extremadamente altos, un signo de infección delicada.
El pequeño tenía el apéndice perforado y lo trasladaron a Royal Victoria Infirmary de Newcastle para una cirugía de emergencia.
"El cirujano vino a vernos después para decirnos que tuvimos mucha, mucha suerte, y que, si no lo hubiéramos llevado allí, podría haber muerto. Hice bien al confiar en mis instintos".