Viuda de 91 años escribió su propio obituario antes de 'unirse a su añorado esposo'
Familiares y amigos rindieron sus últimos respetos a una mujer muy querida que escribió su propio obituario para informarles que finalmente había "colgado sus zuecos".
Según lo informado por The Northern Echo, Jean Hedley, de Ferryhill, se tomó la molestia de escribir su propio obituario para que llegado el día de su partida, familiares y allegados pudieran leer lo que pensaba y sentía acerca del final de su vida.
La noticia de su fallecimiento apareció en el mencionado medio la semana pasada, conmoviendo a todos quienes tuvieron la dicha de compartir sus días con ella,
“A Jean Hedley le gustaría decirle a todos sus amados familiares y amigos que finalmente su reloj ha parado... y se ha ido con Ted, su difunto esposo, a quien extrañó terriblemente durante 25 años”.
“No estés triste, ella estaba lista, era hora de irse. No habrá flores, ni lágrimas, ni poemas tristes, ni himnos. Solo sonrisas, recuerdos felices y bonitos colores en su despedida en Durham Crematorium el miércoles 7 de noviembre a la 1:00 p.m.”
“Su amor, apoyo y amabilidad han sido maravillosos y los extrañaré a todos. Dios los bendiga, abrazos Jean”, finalizó la amable anciana.
Según su sobrina Pam Boland, la señora Hedley nació "en medio de una tormenta de nieve" en Bishop Auckland el 20 de mayo de 1927.
Cuando era niña, vivió en la ciudad, Escomb y Leeholme antes de mudarse a Kirk Merrington en 1947, para luego dirigirse a Ferryhill en 1966, donde se radicó.
Tenía una carrera en finanzas, y trabajó tanto para la Junta del Carbón, como para el Consejo del Distrito de Sedgefield.
Se casó con "el amor de su vida", el difunto Ted, en 1947.
Después de la muerte de su esposo en 1993, la Sra. Hedley recibió el apoyo de su amiga Betty Shepherd, e "hizo una nueva vida" dedicando su tiempo en el corazón de la comunidad Ferryhill.
Se convirtió en miembro fundadora de Friends of Ferryhill, en apoyo de Dean Bank y Ferryhill Institute, donde ayudó a recaudar miles de dólares para causas locales y organizó una clase de baile que dirigió durante 20 años.
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La señora Boland dijo: "Ella siempre dijo que después de “colgar sus zuecos”, esperaba que todos los demás siguieran sus zapatos de baile".
Durante el último año, Hedley vivió en Aycliffe Care Home, en Newton Aycliffe.
Fue allí donde recibió más de 100 tarjetas de felicitaciones por su 91 cumpleaños en el mes de mayo, hecho que alegró sus familiares, quienes fueron testigos de la admiración que sentían los miembros de la comunidad por ella.
Al rendir homenaje a su tía, Boland dijo: "Fue la dama más afortunada de la historia, su riqueza provenía de su familia y amigos. Invirtió su tiempo, experiencia y amor en las personas y siempre estuvo rodeada de amor y admiración por su calidez".
“Su generosidad, el humor autocrítico, y sus muchos talentos, incluyendo el ser recaudadora de fondos, su talento para la cocina, la costura, el bordado, el tejido, el crochet, y muchas cosas más”.
Añadió: "Jean tenía un corazón tan grande que nos acomodaba cómodamente a todos, atesoraba a todos y nos hacía sentir especiales".
La señora Hedley murió a los 91 años el 24 de octubre.
La muerte es lo único seguro que tenemos en nuestra vida, por lo que cuando se tiene toda una vida casado con el amor verdadero, su llegada es el temor más grande que pueden tener los miembros de la pareja.
Afortunadamente, a veces la muerte es condescendiente y no separa a quienes se han, sino que se los lleva juntos, tal y como sucedió con una anciana pareja en Texas, EE.UU.
Los esposos abandonaron el mundo de la misma manera en que comenzaron su relación hace 62 años, tomados de la mano.
Según lo reportado por AJC, Thomas y Delma Ledbetter, de Lake Jackson, murieron con menos de 90 minutos de diferencia un 21 de abril, mientras se encontraban en un asilo de ancianos después de enfermarse con unos días de diferencia.
Delma Ledbetter cayó enferma primero, seguida por su esposo.
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"Lo llevamos a la residencia de ancianos con mamá", afirmó Donetta Nichols, hija de la pareja. "Habían juntado sus camas individuales, y mamá estaba acostada allí, frente a él. Estaba dormida, papá la agarró de la mano, y se quedó allí con ella. Fue muy dulce".
Al poco tiempo de estar juntos Tom Ledbetter murió, seguido de su esposa.
"Fue exactamente como querían irse", dijo Nichols. "No pudo haber sido mejor".
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Nichols explicó que sus padres se conocieron gracias a un amigo mutuo en Florida, donde Tom Ledbetter estaba sirviendo en el ejército. Su primera cita sucedió cuando Delma Ledbetter lo acompañó a un paseo en auto.
"Manejaron alrededor de dos, tres cuadras, regresaron, se estacionaron, y él se acercó, le tomó la mano y dio un beso en la mejilla a mi mamá”, relató la Nichols recordando la historia que muchas veces escuchó de voz de sus padres.
La pareja se casó tres semanas después. A lo largo de los años, tuvieron dos hijas, siete nietos y siete bisnietos.
En sus últimos años, viajaron juntos recorriendo el país y acampando en una variedad de sitios, se informó en su obituario conjunto.
"Su amor fue un testimonio para muchos, y seguramente fue una pareja hecha en el cielo", decía la nota. "Aunque la familia está llena de tristeza, se quedan con afectuosos recuerdos hasta la llegada del momento en el que se reencuentren con ellos".
Usuarios de las redes sociales se sintieron tocados por la hermosa historia de amor de los Ledbetters, por lo que publicaron lo sucedido con ellos en diversos idiomas.