Tongki, el "oso polar más triste", fallece en un zoológico tras 21 años encerrado
Tongki era un oso que vivía en un zoológico de Corea, pero no estaba bajo las mejores condiciones lo cual lo hizo morir.
El oso polar es un animal que no tiene capacidad fisiológica para vivir en un clima tropical, sin glándulas sudoríparas no lno puede contrarrestar temperaturas altas como las que se presentan en Corea durante el verano.
Tongki estaba por ser trasladado de Everland, un zoológico que se encuentra dentro de un parque temático del país asiático hacia un santuario de vida salvaje de Yorkshire, debido a la insistencia de los defensores de animales como Jiyoung Lee del grupo Action for Animals.
Lee, como muchos activistas, buscó preservar la vida de Tongki, ya que consideraban el sitio poco cómodo e inadecuado para la estadía de un oso polar.
CUALQUIER ESFUERZO FUE EN VANO
El activista Lee consideraba que la exhibición de la que participaba el triste oso polar era, pequeña, estéril y terrible. Pero el esfuerzo de este y los demás amantes de animales vieron su frutos cuando fueron sorprendidos por el zoológico manejado por el gigante de la tecnología Samsung, al anunciar que el oso iba sería trasladado a un santuario.
El caso de Tongki hizo que hubiera una petición para reubicarlo lejos del zoológico en un santuario animal donde viviría más cómodo y con una temperatura más adecuada a su naturaleza.
“Los veranos coreanos son calurosos y húmedos, y son una verdadera tortura para Tongki”, escribieron los defensores en una petición en línea.
SIN FINAL FELIZ
La mentablemente, el oso más triste del mundo fue encontrado sin vida en su jaula, antes de su traslado a un lugar más adecuado para sus condiciones. Tongki pasó 21 años encerrado en el foso de concréto que se convirtió en su lecho de muerte.
Sin embargo, otras historias fueron más positivas, como la de Fifi otro oso polar que luego de pasar 10 años haciendo trucos en zoológico y 20 años en abandono al borde de una carretera en Pensilvania, tuvo una segunda oportunidad.
La oso polar tuvo la maravillosa fortuna de ser rescatada y trasladada a un santuario de vida salvaje en Colorado, donde pudo encontrar finalmente un hogar.
Estas historias de animales fuera de su entorno natural deben hacer reflexionar a todos de hacer lo posible para ser devueltos a donde puedan llevar una mejor vida.