Conductor para cortejo fúnebre a mitad del camino porque cree oír extraños ruidos desde el cajón
Bajo el cielo gris, el conductor de la carroza fúnebre hizo su primer servicio ese día lluvioso, pero su trabajo tuvo que ser interrumpido cuando escucharon los golpes que venían desde al ataúd.
El cortejo fúnebre se detuvo para abrir el féretro en medio de la calle. De pronto, la familia corrió al hospital Blas Dubarry junto con el cuerpo de la mujer de 65 años.
Al llegar al centro de salud, los médicos comenzaron a reanimar a la mujer, pero no había nada que hacer, pues la dama tenía al menos 24 horas muerta.
Al parecer, todo fue una confusión, sin embargo, todavía no se sabe cuál fue el origen de los golpes que escuchó el conductor. De acuerdo a especialistas, se pudo tratar de un reflejo postmortem del cuerpo, que se produce en muchos casos a partir de contracciones musculares del cadáver.
El hecho ocurrió en Mercedes, Buenos Aires-Argentina el pasado 13 de diciembre. Los golpes que se escucharon, parecían indicar que la persona que iba en el ataúd se estaba moviendo.
El féretro llevaba el cuerpo de Beatriz Elvira Macre, una jubilada de 65 años y la familia ante la remota posibilidad de que la mujer estviera viva, decidieron ir al hospital a confirmar su estado.
Después de que los médicos confirmaron su muerte, el funeral continuó y los restos de la dama fueron trasladados al Cementerio Parque de Mercedes, donde fue cremado.
ESTABA VIVA
Durante un velorio, la familia de una dama de 94 años descubrió que estaban velando a la persona equivocada.
El nombre de la mujer es Ana, quien fue ingresada en el hospital de Viana do Castelo, a unos 400 kilómetros al norte de Lisboa, una navidad, después de sentirse muy mal.
Cuando uno de sus hijos llamó al hospital para saber de su condición, un trabajador le dijo que la señora había muerto.
Imagen tomada de Pixabay
En ese momento su familia comenzó a organizar el velorio para luego llevar el cuerpo hasta su pueblo, pero cuando un familiar llegó al hospital a buscar el cuerpo, descubrió que el cadáver era de Ana, pero resultó ser una coincidencia del nombre, pues esta mujer tenía 84 años y un apellido diferente.
"Fue una desagradable confusión", dijo una de las hijas de la falsa fallecida, Ana Rodrigues da Silva según detalla el diario La Tercera.
El centro médico afirmó estar investigando el error y se disculpó.
SE FUERON POR UN CAFÉ Y DEJARON AL MUERTO
Tres funcionarios vestidos con trajes funerarios abandonaron un ataúd para agarrar un bocado rápido mientras se dirigían al cementerio.
Un transeúnte vio a tres miembros del personal de una funeraria estacionar su coche fúnebre afuera de un restaurante durante aproximadamente 30 minutos para tomar un café.
El hombre que no quiso ser identificado, calificó la acción de "irrespetuosa" y desconsiderada por parte de los hombres.