'Sacerdote' removido de iglesia española tras fingir por 20 años para entrar en la orden
Miguel Ángel Ibarra, regresó a su natal Colombia tras ser destituido de su cargo por el Obispo de Cádiz.
Según lo reseñado por El País, Miguel Ángel Ibarra arribó a Cádiz, España, en octubre de 2017, procedente de la arquidiócesis colombiana Sata Fe de Antioquia, junto a documentos que respaldaban su condición de sacerdote.
Como tantos otros sacerdotes provenientes de América, Ibarra pasó a ocupar puestos de responsabilidad en parroquias gaditanas, primero en Jimena de la Frontera y, desde septiembre de este año, como párroco en las iglesias de Santa María La Mayor La Coronada y Santiago Apóstol de Medina.
Aunque su estadía en España transcurría sin ninguna alteración, el día 13 de diciembre y tras recibir una comunicación de la arquidiócesis colombiana, en la que se explicaba que existía una denuncia de falsedad en los documentos de ordenación, la diócesis de Cádiz decidió destituirlo de su cargo.
A pesar de que el supuesto sacerdote fue informado de lo sucedido, este optó por decirle a los feligreses que retornaba a su país natal, ocultando la investigación a la que estaba siendo sometido, pero tras hacerse público el caso, el obispado de Cádiz debió romper el silencio y fijar postura.
Tras diez días de silencio, informó a través de internet que fue ordenado por el Arzobispo de Tunja, Augusto Trujillo Arango, en su capilla privada en el año 1998 y que para el 2011, pasó a incardinado en la archidiócesis de Santa Fe.
Según lo publicado, el colombiano ahora deberá responder ante el obispo Orlando Antonio Corrales, arzobispo de Santa Fe y Antioquia.
Aunque en la actualidad se desconoce el paradero del supuesto sacerdote, este manifestó a los medios que está dispuesto a comparecer ante la autoridad eclesiástica que le corresponda en compañía de su abogado.
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“Lo primero que haré será tener una entrevista con el arzobispo para que me escuchen y aportar los documentos que me respaldan, junto con un testigo que estuvo presente en mi ordenación sacerdotal”, ha puntualizado en una conversación vía mensaje.
Ibarra ha lamentado “el daño moral y psicológico tan grave” que la difusión del caso le ha provocado. Sin embargo, ha preferido guardar silencio sobre su versión de los hechos y las pruebas que dicen ampararle.
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El obispado de Cádiz ha lamentado lo sucedido, además de aclarar que de confirmarse la falsedad de la ordenación sacerdotal de Ibarra, los matrimonios y bautizos impartidos por éste pasarán a ser ilícitos, aunque seguirán siendo válidos para la Iglesia, más no lo serían las eucaristías, penitencias o unción de los enfermos.
Por otra parte, se desconoce cuál sería el paso a seguir si llegar a corroborarse el supuesto fraude cometido por el colombiano, pero es seguro que lo ocurrido ha afectado en gran manera el equilibrio de la estructura de la iglesia en Cádiz, tal y como lo ocurrido con las presiones a la que se vio sometido el obispado debido al incumplimiento de sus obligaciones urbanísticas.
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Según lo señalado por Portal de Cádiz, El Plan de Ordenación Urbana, contempla que una parcela del Hospital de Mujeres, que afecta al patio trasero del Obispado, pase a ser espacio público.
Asimismo, la propuesta recoge que, en caso de que no cumpla, se iniciarán los trámites correspondientes para proceder a la expropiación y lograr los objetivos del PGOU para esta unidad de ejecución.
El concejal de urbanismo, Martín Vila, ha asegurado que las presiones ejercidas por los entes pertinentes, han logrado que el Obispado ceda y así evitar que el estado expropie los terrenos de manera abrupta.
Así mismo, Vila, aprovechó para hacer un llamamiento al Obispado e insistirle en que, como “el mayor tenedor de viviendas”, atienda a la demanda que le realiza el Ayuntamiento para que “responda al interés general” e incorpore las viviendas que tiene vacías al programa de Alquiler Social.