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Mujer de 66 vive con su hijo discapacitado de 33 años en trastero de 5 metros cuadrados

Stef Colina
15 ene 2019
07:26

Rosario vive en un trastero desde hace dos meses junto a su hijo con discapacidad y aún espera la ayuda social por parte de las entidades competentes del estado.

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“Vivo en un trastero desde hace dos meses porque es lo único que puedo pagar”, explica Rosario Plana, una mujer de 66 años que vive junto a un hijo de 33 años con discapacidad.

“Es eso o la calle” agrega, pues ella y su hijo no han podido optar por un piso social, albergue o ayuda pública. Mientras tanto resuelve como puede, ya que los precios del mercado privado son inaccesibles para ellos.

SIN POSIBILIDAD DE CONSEGUIR AYUDA

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La mujer ha hecho textos solicitando a Servicios Sociales de Orriols, en España, a la Conselleria de Vivienda y a entidades bancarias la ayuda para conseguir un hogar.

“Me dicen que no hay vivienda social para nosotros”, señala Plana.

Rosario fue desahuciada de su casa en octubre del año pasado y, años antes, se rompió el pie, perdió su trabajo, el cual consistía en cuidar a un hombre mayor, informó A Fondo.

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Luego de este accidente, cayó en una larga lista de desempleados y no pudo seguir pagando el alquiler de su casa. Ahora habita en un trastero, lugar donde guarda sus pertenencias y consigue refugio durante la noche.

Rosario ha sobrevivido gracias a un comedor social llamado El Puchero, un lugar en donde se reparte comida ya hecha y se les da más alimentos a quienes tienen su nevera vacía, para que puedan alimentarse de, al menos, una comida al día.

UNA MUJER EJEMPLAR

Vivir en una situación precaria muchas veces es sinónimo de deterioro tanto físico como de personalidad. Pero en el caso de la señora Rosario no es así. Ella se viste elegante, siempre está aseada, y a simple vista es una mujer normal y con una vida común.

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No obstante, según la información de Publico, la verdad es que esta mujer lucha por una mejor vida para su hijo, pues es solo él por quien se preocupa y desvive.

Explica que en el pequeño trastero, donde se supone que no debería quedarse a dormir, “me aseo como puedo. Para ducharme acudo a algún centro municipal habilitado para que la gente sin hogar pueda asearse o me ofrece su baño algún vecino”.

Añade que su hijo no tiene dificultad para bañarse, ya que se asiste diariamente al Centro de Referencia Estatal de Atención Psicosocial a Personas con Trastorno Mental Grave de Valencia, donde le brindan todo el apoyo necesario a ambos, pues Rosario sufre de asma y no puede trabajar en funciones de limpieza.

SERVICIOS SOCIALES EN DETERIORO

Rosario lamentó el deterioro de los servicios sociales. “He pedido una vivienda social al ayuntamiento, pero no hay, he pedido un alquiler social a un banco pero estoy esperando el informe de servicios sociales en el que deben redactar mi situación y aún no me ha llegado”.

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Agrega que, cuando por fín encontró un lugar a un precio ajustado, este ya no estaba disponible, debido la falta de comunicación con los servicios sociales.

Actualmente la señora Rosario cobra una pensión de 380 euros por la discapacidad que padece, además, recibe 368 euros porque está a cargo de su hijo, pero no encuentra un piso de alquiler por 300 euros, que le permita tener un techo, estabilidad económica que le permita comer.

Imagen tomada de: YouTube / NewsLeakReplacement)

Imagen tomada de: YouTube / NewsLeakReplacement)

VIDA EN LA CALLE

La situación de calle, es una problemática mundial que sufren millones de personas en todo el mundo. Recientemente, un jóven, de nombre Jeremy Dufresne, dormía recostado sobre una de las mesas de la famosa cadena de dulces Dunkin ‘Donuts en la ciudad de Nueva York, mientras cargaba la batería de su celular.

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Imagen tomada de: YouTube / NewsLeakReplacement)

Imagen tomada de: YouTube / NewsLeakReplacement)

Minutos después, al darse cuenta de que el chico estaba ahí, un par de empleados de este lugar, le vertieron agua sobre la cabeza, lo cual hizo que se asustara.

Con lo que estos empleados no contaban, es que alguien había grabado el suceso donde se ve la triste escena que, en instantes, se viralizó; haciendo quedar en ridículo a los hombres que cometieron tal crueldad. El video cuenta con más de 17.151 visitas en YouTube, y siguen creciendo, como una muestra del poder de las redes.

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