Santa Eulalia, una de las mártires más jóvenes del cristianismo, es venerada hoy 12 de febrero
Santa Eulalia de Barcelona fue una joven cristiana, virgen y mártir, venerada por la iglesia católica. Padeció el martirio y la muerte cuando tenía solo 13 años de edad.
Su leyenda se remonta a la época romana. Fue una niña educada en el cristianismo que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), a finales del siglo III.
Durante el período de persecuciones a los cristianos y enjuiciamiento por adorar a Dios del emperador Diocleciano (284-305 dC), la joven mártir se escapó de su hogar y fue a buscar a Daciano, gobernador de la ciudad, para recriminarle las represiones y lo injusto de los Decretos Dioclecianos.
Entonces éste le realizó una suerte de juicio sumario para obligarla abandonar su fe cristiana y adorar a Dioses paganos, pero, ante la negativa de la niña a renunciar a su fe, la condenó a trece martirios.
Santa Eulalia murió en la hoguera y los testigos de su muerte dijeron haber visto el alma de la joven elevarse en forma de paloma.
Otros dijeron haber presenciado una gran nevada que cubrió su cuerpo, hasta que, días después, fuera rescatado por cristianos que la adoraban, para darle santa sepultura.
Su lealtad y devoción a Cristo, la consagraron como santa adolescente y una de las patronas de la ciudad de Barcelona en España.
A continuación, te compartimos una oración para este día, 12 de febrero, fecha en que se conmemora a Santa Eulalia.
Santa Eulalia de Barcelona por Pedro García de Benavarre. | Imagen: Wikimedia Commons
ORACIÓN DE LA MAÑANA
Acoge nuestros corazones quebrantados, nuestros espíritus humillados.Que esta ofrenda de alabanza encuentre gracia ante ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
¡Oh, buen Jesús!, que noble y sensitivo poblaste de raíces mi alma seca y has sido para mí cual nueva meta, futuro y mi sostén definitivo.
Libremente, has querido ser mi amigo refrescando mi alma cuando enteca anhelaba un consuelo y no una mueca consolándome atento y efusivo.
¡Qué tesoro tan rico he adquirido!¡Qué suave consuelo proporcionas!¡Qué alegre compartir, qué amable abrigo!
Tu gracia, tu poder y tu ternura son mi solio de honor y techo amigo que me llena de paz y de ternura. Amén.
Salmo 32
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones:
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
Bandera de Santa Eulalia. | Imagen: Wikipedia
La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos; encierra en un odre las aguas marinas, mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera, tiemblen ante él los habitantes del orbe:
Porque él lo dijo, y existió, él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres; desde su morada observaa todos los habitantes de la tierra:
Él modeló cada corazón, y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército, no escapa el soldado por su mucha fuerza, nada valen sus caballos para la victoria, ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros aguardamos al Señor:
Él es nuestro auxilio y nuestro escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre.
Blanco y Negro, Santa Eulalia, por Ricardo Bellver. | Imagen: Wikimedia Commons
PALABRA DE DIOS
Romanos 13,11b. 12-13a
Ya es hora de despertaros del sueño. La noche está avanzada, el día se echa encima:
Dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad.
Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío. Dios mío…
CÁNTICO DE ZACARÍAS
El Mesías y su precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguopor boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasospor el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus profetas.
Santa Eulalia, Mérida, España. | Imagen: - Max Pixel
PRECES
Dirijamos nuestra mirada al Señor de la vida y de la alegría, que siempre atiende nuestras súplicas:
Señor, escucha a tu pueblo. Para que la Iglesia sepa transmitir con sencillez la verdad salvadora a todos los hombres.
Para que quienes se encuentran en paro no caigan en el desánimo y pronto puedan encontrar trabajo. Para que las personas con dinero no sean esclavas de los bienes materiales.
Para que sepamos acoger con alegría las nuevas formas de vida y de expresión de la fe que el Espíritu Santo suscita en la Iglesia.
Padre nuestro…
ORACIÓN
Escucha, Señor, nuestras súplicas matinales y, con la luz de tu misericordia, alumbra la oscuridad de nuestro corazón: que los que hemos sido iluminados por tu claridad no andemos nunca tras las obras de las tinieblas. Por nuestro Señor Jesucristo.
El día de ayer se celebró la veneración de la Virgen de Lourdes.
Los católicos han creído desde hace milenios en las apariciones de la Virgen María. Nuestra Señora de Lourdes apareció por primera vez en 1858. El papa Pío IX autorizó al obisco local en 1862 para que se le permitiera la veneración a la población de la virgen. Conoce más detalles aquí.