Estudiante de 2do grado salvó a su papá de morir, arriesgando su vida en una transitada autopista
Luego de un día de clases en Ellen Woodside Elementary, Cameron Simoncic, estudiante de segundo grado, se fue a casa de su padre, pero al llegar notó que algo no estaba bien.
El pequieño contó que su padre es diabético y a veces tiene crisis en el que su cerebro deja de funcionar.
Ese día al llegar a casa encontró a su padre inconsciente en la cocina, así que necesitaba atención inmediata.
El niño de siete años trató de desbloquear el teléfono para llamar a emergencia, tocó las puertas de los vecinos y no consiguió a ninguno.
Así que solo se le ocurrió subir a la bicicleta y emprender camino a casa de sus abuelas, que viven a 8 kilómetros aproximadamente, cruzando 4 carriles de tráfico para llegar a la autopista 25, esquivando autos.
En esa misma dirección iba conduciendo la maestra de primer grado de Cameron, Keller Sutherland, quien al parecer había tenido un mal día, incluso cuestionando sus logros como maestra.
Ese día tomó las galletas de la máquina expendedora y salió de la escuela temprano después de una reunión cancelada. Fue entonces cuando vio al chico esquivando vehículos.
"Apenas le dije a mi esposo que había un niño pequeño en su bicicleta conduciendo por la carretera. No estoy segura de lo que está sucediendo, pero siento que necesito darme la vuelta y ver qué está pasando", comentó.
Al detenerse, Sutherland se sorprendió al descubrir que ese niño era Cameron, uno de sus alumnos del año pasado, quien de inmediato le contó lo que estaba sucediendo.
Otros dos hombres se habían detenido al costado de la carretera y habían llamado al 911, según Sutherland, y cuando llegaron los primeros socorristas, Cameron pudo darles a todos direcciones a su casa.
"Vino la ambulancia, vinieron los bomberos. Los bomberos fueron muy amables conmigo", dijo. Sutherland, quien elogió la valentía de Cameron. "No hay duda de que Dios me colocó donde él lo hizo cuando me necesitó", expresó.
Niño manejando una bici. Fuente: Shutterstock
No todos los héroes tienen capas y muchas veces los maestros hacen cosas grandiosas y especiales por sus alumnos. Tal como el profesor que decidió llevar a sus dos niñas al baile de padres e hijas, porque habían perdido al suyo.
Luke Reece de Davison, Michigan, murió el 19 de septiembre por complicaciones de coágulos de sangre. Dejó a su esposa y cinco hijos.
Steven Culbert, un antiguo maestro de las dos hijas menores de Luke, estuvo pendiente de la familia desde que ingresó al hospital.
Pero su gesto más importante lo tuvo después de la muerte de este padre de familia. Preocupado por que Alivia y Avery no se perdieran el baile de padres e hijas de la escuela, decidió invitarlas con él junto a sus dos hijas.
Luke falleció cuatro semanas antes del baile, pero la invitación a las chicas seguía en pie. Entonces muchas personas se unieron a la causa para hacerla mucho más especial. Un amigo compró vestidos para las niñas, otro les regaló ramilletes para las cuatro chicas y el profesor Culbert. Además, arribaron al lugar en una hermosa limusina. Una historia que, sin duda, llena de amor y nostalgia el corazón de cualquiera.