Bisabuela deja a su esposo para casarse con hombre 23 años más joven, pero todo era una estafa
Margaret, de Crawley, West Sussex, cuenta cómo ha cambiado su vida desde que conoció a Samba Sarr, un instructor de equitación 23 años menor que ella, de vacaciones en Gambia con su exmarido británico en noviembre de 2002.
Tras enamorarse del "apuesto" gambiano, quien, con 48 años, era menor que sus dos hijos, comenzó a visitar el país de África occidental dos veces al año, causando gran discordia en su matrimonio. En el 2004, el matrimonio de 38 años de Margaret sucumbió y su relación con Samba rápidamente se tornó sexual. Recientemente, Gambia ha sido designado un "paraíso sexual" para abuelitas británicas.
La pareja tenía una "increíble" vida sexual, y él le pidió matrimonio. El año siguiente se casaron en una hermosa ceremonia de 2600 dólares, que ella pagó sola. Ninguno de sus parientes fue a la ceremonia, pero eso no arruinó su gran día. Tras ella pagar por su visa de turista, Samba, carpintero ocasional, se mudó al Reino Unido en junio de 2006. Pero entonces, Margaret cuenta que la relación "cambió instantáneamente".
"Fui erradicada", explica. "Allá él estaba orgulloso de estar conmigo, pero por la diferencia de edad, nunca quería que lo vieran conmigo estando aquí. Sólo quería la visa. Me destrozó el alma". En un principio, la pareja vivía en Machynlleth, Gales, pero fueron rechazados por la comunidad, y tras un año, se mudaron a Newtown, en Powys, donde alquilaron una propiedad.
La mudanza implicó que Margaret tuvo que volver a trabajar, tras haberse retirado de ser líder de equipo en hogares de retiro. "Trabajaba todo el día para pagar las cuentas, mientras Samba se pasaba todo el día sentado", recuerda.
Alrededor de esa época, Margaret comenzó a sospechar que él le era infiel con una lugareña de su misma edad, algo que Samba siempre negó rotundamente. Margaret cuenta cómo entró en una espiral depresiva, pero aún así, no lo dejó. En vez de eso, se gastó 120.000 dólares de sus ahorros para comprar un terreno en Gambia y construir un edificio de dos pisos.
Su alienada relación continuó hasta que Margaret recibió una foto de Samba con dos niños de raza mixta, enviada por la mujer con la que ella sospechaba que le había sido infiel. "Él lo negó hasta quedarse sin aliento, y dijo que eran hijos de su amiga", cuenta.
Aldea de Gambia. Fuente: PxHere
"En el fondo, no le creía, pero estúpidamente seguí viviendo con él", dice. En 2012, Margaret lo ayudó a conseguir la ciudadanía británica. Poco después, sus mentiras fueron reveladas, y ella descubrió que los niños eran suyos y finalmente lo abandonó.
"Me enteré de que se estaba acostando con esta mujer en nuestro lecho marital mientras yo estaba en el trabajo", cuenta Margaret. "Solía volver a casa y dormir en esa cama. Él ni siquiera cambiaba las sábanas". Ahora la pareja se disputa el edificio en Gambia, ya que el nombre de Samba es el único que está en los papeles.
Playa en Gambia. Fuente: Wikimedia Commons
Se espera una decisión final en el caso para finales de este mes. "Cuando conocí a Samba, pensé que era el hombre de mis sueños", cuenta Margaret. "Fui crédula, sinceramente. Él sólo quería un pasaporte y una vida aquí. Lo saqué de la pobreza y así es como me pagó".
"Otras mujeres deben tener cuidado. Cuando veo a mi abogado en Gambia, veo a mujeres ahí en todo tipo de condición. Ellos buscan mujeres blancas, europeas, y las desangran", dijo la dolida anciana.
Dinero en efectivo. Fuente: PxHere
En otro indignante caso, un hombre 23 años más joven se hizo amiga de (y se mudó con) la anciana y viuda Joan Blass, causando preocupación en su familia. La abuela había sido diagnosticada de demencia severa. Apenas y podía recordar su propio nombre, y mucho menos el de su "muñequito". Luego de enfermarse de cáncer, Blass murió en marzo de 2016, con 91 años de edad. Pero la pesadilla de su familia apenas comenzaba.
Descubrieron que secretamente se casó con Colman Folan, el hombre se había convertido apenas 5 meses antes en su cuidador. El matrimonio implicaba que sus hijos Michael, de 53, y Daphne, de 62, perderían una herencia de $267.000, puesto que la ceremonia anuló su testamento.