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Mujer que murió de cáncer a los 35 años escribió su propio obituario

Fabricio Ojeda
20 abr 2019
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Dicen que la vida es muy corta y que simplemente tenemos que aprovecharla y vivirla sin desperdiciarla en las pequeñas cosas, pero cuando esa es la cruda realidad para una mujer a la que ya se le agotaron las posibilidades, el consejo recobra un nuevo sentido.

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A los 35 años se supone que te queda al menos la otra mitad de tu vida por delante y millones de oportunidades para ser feliz, o no. Sin embargo, cuando tenía 33 años, a Bailey Matheson le cayó como balde de agua fría lo que al final representaría su sentencia de muerte.

Esto le hizo comprender que ante la inminencia de su último día, solo le quedaba agradecer todo lo que pudo tener y sentirse afortunada por eso.

La dura noticia llegó a ella en 2017, después de que la invadieron dolores misteriosos en el estómago y luego apareció una masa del lado izquierdo del abdomen. Entonces, en enero de ese año, a Matheson le diagnosticaron leiomiosarcoma, un raro cáncer que afecta el tejido muscular liso.

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Después de que esta enfermedad tocara la puerta de la hermosa mujer, natural de Canadá, su reacción, noble en demasía, fue escribir un sincero obituario dirigido a sus padres, sus familiares, amigos, mascotas, médicos y a todos quienes la ayudaron y que hicieron que “algo que normalmente es tan difícil” fuese “más soportable y más pacífico”.

"Puede que 35 años no parezcan largos, pero maldita sea, fue bueno". Esta frase llena de plenitud y satisfacción es el inicio del obituario de esta mujer que nació el 23 de enero de 1984 y cuya vida llegó a su fin el pasado 5 de abril, en el sitio que se convirtió en su hogar: Halifax, Nueva Escocia.

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Su sonrisa perfecta, cabello lacio y castaño y una bellas piernas fueron algunas de las pequeñas cosas que tal vez enamoraron a Brent Andrews, su novio, quien tuvo unas líneas muy especiales en esta despedida.

“Para mi Brent, entraste en mi vida tres meses antes de mi diagnóstico. No tenías ni idea de en lo que te estabas metiendo cuando te pasaste ese día. No podría haber pedido que un hombre mejor estuviera a mi lado para todas las aventuras, citas, risas, gritos y fracasos”.

Y es que cuando el final se acerca, nuestro corazón se sincera y se ablanda, deseando lo mejor para todos los que se quedan en vida llorando nuestra partida.

“Eres una persona increíble y cualquier persona en tu vida es tan afortunada de conocerte. Te amo más allá de las palabras”, le dijo a su novio en esta misiva.

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Pero sin duda, los más dolidos por esta pérdida, y sobre todo por el hecho de que Bailey Jean era única hija, son sus padres Wendy (Foxwell) y Sandy (John Alexander) Matheson.

“Sé lo difícil que debe haber sido verme detener el tratamiento y dejar que la naturaleza siguiera su curso. Los quiero mucho más a los dos por esto”, confesó.

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Y es que ella no quiso pasar por las difíciles quimioterapias, porque solo quería vivir y aprovechar al máximo lo que le quedaba de existencia física.

Baily viajó entonces a 13 países: Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra, Noruega, Croacia, Montenegro, Santa Lucía, México, Francia, Marruecos, Grecia, Portugal y España. Y también pudo ir a dos conciertos de su banda favorita, Coldplay.

Así, la hermosa de 35 años murió tranquila, con el apoyo de los suyos, amada y dando el mejor consejo que una persona podría seguir: "No te tomes las cosas pequeñas tan en serio y vive un poco".

Antes de partir, las personas necesitan decir todo lo que llevan dentro, como Jean Hedley, quien a los 91 años también dejó un obituario antes de estar de nuevo junto a su difunto esposo.

Esta bella anciana les comunicó a sus familiares y allegados que ya era el momento de “colgar sus zuecos”. Conoce sus maravillosas palabras de despedida pulsando en este enlace.

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