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Padre e hijo separados por la patrulla fronteriza se reúnen tras 326 días

La problemática social que enfrentan los inmigrantes en Estados Unidos comienza en sus países de origen y se perpetúa al llegar al país del norte.

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Ha pasado un año desde que la administración del gobierno de Donald Trump puso en marcha la política de inmigración de "Tolerancia Cero". Desde ese momento son miles las familias de inmigrantes que han sido separadas en la frontera.

Ese fue el caso de José Alvizures, de Guatemala, quien estuvo separado de su hijo, de 10 años, tras ser deportado a su país de origen.

Alvizures llegó a Estados Unidos con su hijo Ervin para buscar asilo por las amenazas de muerte que recibió por parte de las pandillas que controlan su ciudad.

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Sin embargo, en EE. UU. fue detenido por la patrulla fronteriza y deportado a Guatemala, pero sin su hijo. Según informó Alvizures a CBS News, "una vez que estuvo bajo custodia, un oficial se le acercó, le dio cinco páginas y le dijeron que firmara el papeleo. Pero dijo que no sabía qué era ya que no podía hablar ni leer en inglés".

Los documentos eran su propia orden de deportación. Su hijo se quedó en los Estados Unidos y estuvo en poder del gobierno por cinco meses, antes de ser entregado a un tío de Arkansas.

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El domingo, Alvizures pudo llegar, por fin, para reunirse con su hijo, gracias a la ayuda de Al Otro Lado, una ONG que está trabajando en su caso de asilo.

Los familiares del menor no piensan que haya sido maltratado durante su estadía con el Servicio de Inmigración y Aduanas. No obstante, sostienen que el niño tiene pesadillas. Además les contó que cada noche, él y otros niños rezaban una oración y algunos lloraban.

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La ACLU dijo que presionará para que el gobierno acelere el proceso de identificación y reunión de las familias que ha sido separadas.

Mientras tanto, por la frontera siguen cruzando más inmigrantes con sus familias, quienes arriesgan su vida para lograr escapar de diferentes flagelos sociales en sus países de origen.

"Una vez que estuvo bajo custodia, un oficial se le acercó, le dio cinco páginas y le dijeron que firmara el papeleo. Pero dijo que no sabía qué era ya que no podía hablar ni leer en inglés."

Quienes logran llegar hasta este punto, siguen corriendo el riesgo de ser detenidos por la patrulla fronteriza, una institución que según el ex patrullero Francisco Cantú, es un “sistema que perpetúa la violencia, y deshumaniza al ser humano”.

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